Miguel Ángel Pérez Reynoso
Hace unos días asistí a un evento en donde se hizo alusión y referencia al origen y a las contribuciones de muchos docentes, los cuales entregaron gran parte de su vida a trabajar con niños y niñas desde el preescolar hasta la educación secundaria en sus respectivos casos. Me detuve a pensar en el origen de dichos docentes y en lo singular de cada carrera o de cada trayectoria de los mismos. Todo ello, implica recorrer un camino largo que se traza o se vive de distintas maneras:
Los orígenes: las constantes y diversidades.
Para la gran mayoría de los y las maestros que desde hace varias décadas se han incorporado a la educación, el origen está en dos lugares: en la vocación de servir a los demás a través del trabajo de enseñanza, pero también en las condiciones de pobreza que se asocian a las dificultades de estudiar una carrera más larga o más cara. Ser maestro o maestra no es una carrera para ricos ¿por qué? Porque hay una representación social asociada a que la docencia es una profesión sencilla. Pero en el origen hay otro elemento importante que tiene que ver con el factor cultural de la profesión de ser docente.
El origen no se reduce a hacer trámites a las escuelas Normales o escuelas de magisterio, hay un factor cultural de la selección de los sujetos que se encargarán de la formación básica de los niños y las niñas y que dentro de todo ello hay un mundo de concepciones, las cuales están asociadas a la simplicidad de un desempeño profesional, a buscar y encontrar atajos para laborar más pronto y a vivir bajo la tutela del Estado con un trabajo seguro, estable y que es para toda la vida.
Las trayectorias.
El segundo elemento de la carrera docente está asociado con las trayectorias, los itinerarios profesionales o la vida de las y los docentes en la profesión. Este es el elemento más rico ya que se vincula con las identidades y las distinciones profesionales. Las trayectorias profesionales se vinculan con los contextos en donde se ubican las escuelas, las distintas relaciones que se tejen con los colegas que se encuentran en las mismas, la relación con las autoridades o los directivos que sirven a las mismas y con la imagen del control o la aplicación de la normatividad en cada centro escolar y por ultimo ahí mismo se genera la relación con el sindicato y la gestación de una forma de vincularse al gremio ligado al resto de los docentes. Para decidir al final qué tipo de docente se quiere ser y en donde se plasma el verdadero compromiso social y profesional y la proyección que se difunde ante la comunidad.
El cierre o el retiro.
Las carreras de todos los profesionales de los distintos campos disciplinarias o profesionales concluyen con el retiro, después de 30 años o más de servicio después de llegar a los 60, 65 años o más años, las personas inician con un ejercicio de cerrar su ciclo profesional y comenzar a concluir su camino en la profesión y formar parte del ejercito de jubilados, retirados o pensionados dependiente del caso.
Los caminos de la profesión docente se bifurcan con relativa facilidad, inician de cierta manera de una forma común, pero se van torciendo en infinidad de direcciones. En todo ello lo triste o lo paradójico del asunto, es que tenemos muy pocas historias que logren recuperar desde el corazón mismo de la práctica, desde el centro de las vivencias, una serie de relatos y narrativas que nos permitan ilustran cuál es el balance de la vida profesional en la docencia y en dónde están los quiebres, los desaciertos, etc. A partir de la mirada y el texto de sus protagonistas.
En el final de todos los caminos muchas veces se presenta una serie de sensaciones que combinan la satisfacción con el vacío, el éxito con algunos fracasos acumulados, el logro con algunos desaciertos. Los caminos de la educación no siempre son exitosos. Sería bueno que cada docente desde que inicia pudiera hacer la historia de su propia vida en la profesión, como un legado para sí mismo pero también para los demás que llegarán después.