Miguel Ángel Pérez Reynoso
El título de este artículo fue el título del evento que el jueves pasado se tuvo con colegas argentinos que forman parte del movimiento pedagógico latinoamericano de colectivos y redes de docentes que a través de las narrativas hacen investigación e innovación desde la escuela.
El pasado jueves 28 (vía Zoom), los estudiantes de la UPN Guadalajara que forman parte de la Maestría en Educación Básica (M.E.B.) pudieron enlazarse y tener el gusto de dialogar con Gabriel Roizman, del Centro de Investigación Educativa de Avellaneda, Argentina y con Paula Dávila investigadora en este campo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA (Universidad de Buenos Ares) y con Nora Catoira una apasionada jubilada que ha contado su testimonio y su legado después de 54 años de trabajar en educación.
Este evento no lo habíamos vivido en Jalisco, de colocar en diálogo a animadores, investigadores y docentes en servicio que a través de pensar y reflexionar sobre narrar, escribir y dialogar desde la experiencia se pueden construir alternativas para investigar y transformar la práctica. Fue un evento especialmente gratificante y emotivo para todos nosotros.
La narrativa en investigación es una alternativa de reflexión y transformación educativas, dicha propuesta parte del supuesto de que los sujetos educadores ponen en juego sus saberes pedagógicos, junto a la experiencia acumulada y ello, a partir de hablar de sí, se vinculan con otros docentes que también escriben acerca de su práctica o desde la práctica. Esta alternativa pedagógica y metodológica está sirviendo para hacer que los docentes piensen en la práctica a partir de escribir y en ello se han conformado distintas redes y colectivos de docentes en el ámbito latinoamericano. En el evento que tuvo cupo lleno en zoom también se enlazaron colegas de Colombia, Venezuela, y en lo local de Michoacán Chiapas, Edomex y el DF.
El encuentro también sirvió para distinguir las diferencias y asimetrías que hay entre la experiencia argentina con la experiencia propia de nuestro país. Enlisto dos puntos que nos hacen diferentes:
En el caso argentino los docentes tienen una larga tradición en este campo, de tal manera que desde el Ministerio de Educación (lo que es aquí la Secretaria de Educación), las narrativas se animan y se han convertido en una política pública potente, que cuenta con recursos, apoyo y visibilidad política y pedagógica. Y en donde los funcionarios educativos entienden y apoyan dicha iniciativa. Para el caso nuestro las narrativas son practicadas de manera marginal, por grupos o docentes que desde colectivos disidentes o por la obligación de formar parte de un posgrado se habilita esta alternativa. Trabajar desde la marginalidad no es malo, pero el peso que se tiene en cuanto al trabajo con docentes no es el que debiera tener. Los funcionarios educativos locales desconocen dicha propuesta, como desconocen muchas cosas más y no las apoyan, por omisión o por ignorancia.
El segundo elemento tiene que ver con un asunto cultural, normalmente nuestra cultura es mas de trasmisión oral, de contar historias, (no siempre de escribirlas), de platicar, de hablar, de decir; pero el compromiso de estar de frente ante la hoja en blanco o frente al procesador termina por bloquear dicha riqueza de la práctica que pudiera narrar por escrito. En el caso argentino se cuenta con una larga tradición cultural de plasmar en obra escrita lo que se piensa y lo que se hace y lo que se piensa de lo que se hace y que termina convirtiéndose en texto o narración.
Y junto a lo anterior y también como parte de la matriz cultural, se trata de ver, vinculado con esta tradición pedagógica de trabajar en colectivo: de encontrarse, de convivir e intercambiar experiencias, al entender a la docencia como una profesión rigurosa que va más allá del dispositivo técnico de saber hacer cosas, para pasar a un componente intelectual de aprender y saber de todo eso que se hace y poder escribirlo.
Gabriel y Paula centralmente fueron capaces de hacer clic con los estudiantes de la UPN de Guadalajara, al dejar esa semilla sembrada, acerca de la importancia y la necesidad de trabajar las narrativas, no a partir de escribir cualquier cosa sino de seleccionar aquel asunto que se torne en un relato que sea significativo, tanto para él autor o autora que después al publicarse y circular las ideas, dejar de serlo para convertirse en un pretexto para que los demás también escriban y pasen de ser simples lectores a convertirse en autores.
Junto a lo anterior, otra insistencia metodológica importante es re-escribir lo que se escribe, no quedarse con las notas iniciales, sino exigirse realizar una segunda vuelta de elaboración, al revisar y de reelaborar el texto en cuestión, y ese segundo texto es más valioso que aquel que se produce en el primer intento, porque pasa por un tratamiento cuya re-inscripción se hace al lado de los pares docentes.
Desde aquí, desde este lugar le damos (así en colectivo) a Gabriel Roizman y a Paula Dávila un profundo agradecimiento, por su tiempo y la pasión con la que se conectaron en diálogo con nosotros. Y para los docentes estudiantes del posgrado de la UPN Guadalajara gracias por la disposición, la apertura de abrirse a aprender nuevas formas de entender la profesión de enseñar.
Con este encuentro abrimos un capítulo de este vínculo de redes y colectivos docentes y la historia afortunadamente continuará …