Miguel Ángel Pérez Reynoso
Puede pensarse, ya como un lugar común que el contexto de pandemia nos ha traído muchos cambios de diversa índole, no solo en el terreno educativo sino en la vida social en general. Los cambios nos han llevado de manera obligada a una nueva habilitación de prácticas y relaciones en la tarea educativa. Pero ¿y qué sucede con los hábitos educativos de lectura y revisión de textos? La educación a distancia se ha tornado en un esfuerzo un tanto exagerado por hacernos creer que la tarea educativa continúa. Pero en todo ello, ¿Qué hay con los hábitos de lectura? ¿Qué con el espirito investigativo de los escolares? ¿Y qué sucede en la tendencia de acercarse y acompañar por parte de los docentes a los escolares a quién más lo necesitan?
El encender las pantallas ha desplazado a otras dispositivos que no son electrónicos y que han quedado desplazados en esta pandemia, ¿cuántos libros han abierto los escolares en estos meses y cuántos han leído?, ¿cómo están equipadas las bibliotecas familiares y qué tendencia tienen los escolares por consultar en formas que se reduzcan a las páginas de internet?
Me parece que la pandemia ha desplazado a los libros, los ha dejado en el algún rincón de los recuerdos o más bien de los olvidos. El libro cuya creación tiene más de 500 años en unos cuantos ha pasado a otro lugar, ya son muy pocas las referencias o las recomendaciones a partir de los encuentros vía zoom o meet por recomendar la lectura de algún texto en particular. Esto es grave en sí mismo, debido a que la pandemia deberá de pasar pero la estela de la no lectura tal vez quede. Es obvio decir que se han habilitado nuevas formas de acceder y de consolidar aprendizajes, tanto en la conexión con los docentes como en las consultas por internet, pero no olvidar que los libros son insustituibles.
Es importante animar a los escolares a que apaguen los dispositivos electrónicos y enciendan un buen libro de literatura o de otro género lo importante es leer en el formato tradicional. ¿Cómo hacer para regresar a niños y niñas a que abran un libro y permanezcan frente a él y continúen y concluyan con el ejercicio de leer? Estamos ante un peligro inédito una nueva pandemia, la del analfabetismo funcional. Combatámosla distribuyendo y animando la lectura en cualquier tipo de texto. Pedirles a los maestros que lean para animar a que los escolares a su cargo también lo hagan. Esta es la mejor forma de aniquilar cualquier tipo de virus