El trabajo colegiado de maestros y directores en los Consejos Técnicos Escolares (CTE) está en el centro de atención de la política educativa. Este año la SEP emitió lineamientos que señalan que estos cuerpos colegiados deben enfocarse principalmente a los aprendizajes, evaluación, formación profesional y fortalecer la autonomía de gestión de las escuelas. Sin embargo, los problemas para implementar está política son señalados en una reciente nota de Eduardo Andere y Elisa Guerra www.educacionfutura.org/reforma-educativa-y-pedagogia-consejos-tecnicos-escolares-en-aguascalientes/.
Por la importancia del trabajo colegiado para introducir innovaciones en las escuelas abordaré, en esta nota, cómo la gestión del conocimiento puede ayudar a maestros y directores a fortalecer el trabajo colegiado en las escuelas y zonas escolares. El tema de la gestión del conocimiento se desarrolla principalmente para las empresas privadas pero se basa en el principio del trabajo en equipo y la colaboración para desarrollar proyectos lo cual no es ajeno a las actividades de maestros y escuelas. Por ello conviene revisar el trabajo colegiado a la luz de la gestión del conocimiento.
En primer lugar, se debe hacer referencia a la amplia diversidad o heterogeneidad de problemas en una escuela. Por ejemplo, los problemas de aprendizaje de español en 3er grado de primaria son diferentes a los de 6o grado, no sólo por los contenidos curriculares sino por la edad de los niños. Además, la situación familiar y económica de cada uno de los niños afecta de diferente forma los aprendizajes. Esto sin considerar a los niños con necesidades especiales. A lo anterior hay que agregar los métodos de enseñanza practicados por cada maestro en el salón de clase. No sólo existen los maestros con diferentes habilidades sino con diferente experiencia y formación, o bien interés o motivación. Incluso, cuando un maestro obtiene una buena evaluación en una prueba estandarizada esto no nos garantiza que aplique un buen método de enseñanza en el salón de clase.
La diversidad de elementos que afectan el aprendizaje de cada niño, en cada escuela, no se puede controlar únicamente por el director de la escuela y aun menos por las autoridades educativas mediante controles administrativos. En la actualidad no se considera que el director de la escuela sea el único responsable del funcionamiento de la escuela bajo su responsabilidad.
En primer lugar, si bien el director es el responsable administrativo, el liderazgo del director no se puede pensar sin la capacidad para generar un ambiente de comunicación, coordinación y colaboración, en primer término, con los maestros de la escuela. Por ello, es que el trabajo colegiado en los Consejos Técnicos Escolares sirve para atender los problemas que surgen de la heterogeneidad de cada escuela.
En segundo lugar, no obstante la importancia del trabajo colegiado, éste no ha tenido hasta el momento un peso importante en el sistema educativo nacional. Los Consejos Técnicos Escolares se reúnen generalmente una vez al mes y ocupan el horario de clases de todo un día de trabajo. Además del poco tiempo asignado, en proporción a un ciclo escolar, en las reuniones de Consejo Técnico Escolar no sólo se ocupan de asuntos pedagógicos sino que también se incluyen temas de administración y organización.
El trabajo colegiado
Por lo anterior, el trabajo colegiado no tiene un espacio importante en las condiciones laborales de los maestros. Esta situación indica la ausencia de incentivos institucionales para fomentar y fortalecer el trabajo colegiado de maestros y directores en las escuelas y también en las zonas escolares en donde se debe reunir un Consejo Técnico Escolar de Zona.
Crear las condiciones institucionales para fomentar el trabajo colegiado puede llevar tiempo. Sin embargo, los cambios pueden empezar a surgir desde las escuelas y las zonas escolares a partir del trabajo colegiado que realizan en los Consejos Técnicos respectivos. Para ello, se podrían aprovechar las propuestas surgidas de la llamada Gestión del Conocimiento en donde destacaría su utilidad para administrar y crear el conocimiento organizacional, en este caso, de cada escuela y zona escolar.
El conocimiento organizacional se refiere al “cómo hacer las cosas”. Cada organización, sea una escuela o una empresa privada, sabe cómo funcionan las cosas para la organización. Una pregunta planteada en la gestión del conocimiento es cómo generar innovaciones, o bien conocimiento nuevo, que se traduce en “qué hacer diferente” para lograr los objetivos, que en el caso de la escuela pública se refieren a mejorar el aprovechamiento escolar y, en un sentido más amplio, mejorar la educación de niños y jóvenes.