Jesús Andriano*
De un día a otro la educación a nivel mundial se transformó, se quedaron atrás las formas tradicionales de la enseñanza escolarizada; la escuela dejo de ser el espacio de interacción social, los docentes se involucraron a los procesos diferenciados de la enseñanza. A pesar de que ha sido una tarea difícil, la adaptación a nuevas formas de enseñar y de aprender se han convertido en una alternativa cotidiana para cumplir con los propósitos de los planes y programas de estudio.
El trabajo en el aula en tiempos de pandemia es una añoranza, el sentimiento de lejanía sobre los espacios y tiempos destinados para el cumplimiento de una actividad académica son parte del pasado, la evocación de la escuela hace ver que las actividades académicas en casa, en el mejor de los casos cumplen con el propósito con el cual fueron diseñadas. Es cierto que tanto docentes como alumnos estamos ante un escenario complejo por no contar con los recursos pedagógicos, ni con las competencias tecnológicas necesarias para enfrentar la nueva realidad educativa; sin embargo, dichos acontecimientos han generado un aprendizaje, hemos aprendido a partir del error y de la experiencia. Los vacíos educativos han dado pauta para redefinir desde la práctica docente el modelo pedagógico vigente, ante la situación emergente los docentes han desarrollado algunas habilidades experienciales para dar cumplimiento a los procesos educativos en contextos no escolarizados para dar cumplimiento al propósito educativo.
El reto es mayúsculo implica no solo el desarrollo de habilidades, sino el de articular las diferentes áreas del conocimiento para que se mejore el nivel de aprendizaje entre los estudiantes. Es de reconocer que, ante la situación de la pandemia, los alumnos están más preocupados por entregar las evidencias para validar el trabajo realizado en casa, que el hecho de aprender o preguntar, que lo que se enseña cumple con un objetivo de aprendizaje.
De acuerdo con la tabla generacional los alumnos que se encuentran inscritos en las diversas instituciones son nativos digitales, nacidos en su mayoría en el presente siglo, dispuestos a adaptarse a las condiciones y uso de la tecnología como un recurso natural, recreativo o social. Sin embargo, ante la situación generada por la pandemia del COVID esas habilidades en el uso de la tecnología con fines recreativos dio un giro de 360º, teniéndose que adaptar en el mejor de los casos al uso del recurso con fines educativos.
La angustia por la evidencia no es propia de los alumnos, para dar cumplimiento a las actividades planeadas, los docentes se ven involucrados no solo en solicitar, sino en presentar dichas evidencias como parte de su trabajo.
El desarrollo de dichas acciones no ha sido nada sencilla, la rutina escolar ha sido alterada, las condiciones de enseñanza demandan un tiempo superior al destinado en la modalidad escolarizada, el aprendizaje destinado para la entrega de actividades genera un mayor compromiso de autoestudio en los alumnos, lo que propicia una alteración en el rendimiento académico y social. El trabajo educativo dadas las condiciones en tiempos de pandemia requiere de una profunda transformación hacia una educación integral, donde reinventar la forma de enseñar propicie aprender y potenciar el desarrollo humano sin limitaciones espacio-temporales.
El Grupo de Trabajo Internacional sobre Docentes para la Educación 2030 en un trabajo conjunto con la UNESCO, han publicado una serie de herramientas para proteger la salud mental de los docentes ante el posible regreso a las aulas en tiempos de pandemia. Plantean consejos prácticos sobre cómo preparar a los docentes para un entorno escolar diferente al que estaban acostumbrados y sugiere cómo mitigar su impacto en su salud mental. Entre las recomendaciones destacan: realizar evaluaciones psicológicas y socioemocionales periódicas a los docentes, crear redes de apoyo entre pares y llevar a cabo formación en habilidades emocionales para el manejo del estrés.
En tiempos de COVID habrá que dimensionar que el problema educativo no se resuelve entregando evidencias, asumir que el resultado de un aprendizaje se limita al producto es validar la entrega como sinónimo de aprendizaje y no el aprendizaje como una construcción propia de las condiciones del contexto.
*Profesor investigador en la formación de docentes, Colaborador de Voces Normalistas.
Referencias
International Tank Force on Teachers for Education 2030. (27 de Octubre de 2020). International Tank Force on Teachers for Education 2030. Obtenido de Supporting teachers in back-toschool: https://teachertaskforce.org/