Erica Franco Lavín
Maestra en Ciencias de la Educación
El 16 de agosto se levantó una parte del telón de la estrategia Aprende en casa II, la cual tiene como eje central clases televisadas, ese día se anunciaron los horarios con los que trabajaran más de 30 millones de estudiantes que se encuentran matriculados desde educación inicial, preescolar, primaria, secundaria hasta bachillerato; al fin, después de mucha espera, se expuso la barra programática de las diversas asignaturas y los canales donde serán transmitidas, sin embargo, la información más específica de los diversos niveles educativos se plantean abordar durante la semana previa al arranque del ciclo escolar 2020-2021, empezando el lunes 17 de agosto con educación inicial, preescolar y educación especial, culminando el sábado 22 de agosto con 2° y 3° de secundaria y educación indígena.
Las inconveniencias de fragmentar la información por parte de la SEP para el regreso a clases, obstaculiza que los docentes puedan vincular de manera directa su planeación con las actividades de las clases televisadas del programa Aprende en casa II, pues el proceso enseñanza-aprendizaje que se desarrolla entre maestros y estudiantes tiene como antesala siempre, un trabajo monumental de planeación didáctica, donde se contempla la revisión de contenidos, libros de texto, aprendizajes esperados que se organizan en secuencias didácticas y por sesiones, diseño de materiales didácticos y organización de recursos complementarios, todo esto requiere un esfuerzo mayor al considerar una enseñanza en tiempos de pandemia.
Desde la semana pasada, los docentes ya están inmersos en la organización escolar para llevar a cabo la educación a distancia, las inquietudes de padres y madres de familia, así como de estudiantes ya se dejan entrever, pues empiezan a contactar a sus maestros y maestras para que les puedan orientar sobre el trabajo del siguiente ciclo escolar, solicitan se les diga de que manera llevaran a cabo las actividades con sus hijos e hijas, pues ellos consideran a los docentes como responsables directos y figura central de la labor educativa.
Ante tales circunstancias, es más que imprescindible que se difundiera a la comunidad escolar, la información completa de la estrategia que se va a implementar, no pueden dejarse vacíos y mucho menos dar información fragmentada por parte de la SEP sobre la estrategia Aprende en casa II, de seguir bajo esta dinámica, las autoridades estarían develando un profundo desconocimiento del trabajo docente en relación al arranque de un nuevo ciclo escolar, en educación no se improvisa, pues los maestros están conscientes de las responsabilidades que conlleva su labor, por ello han pedido que sean informados de manera oportuna y completa de todo lo concerniente a esta estrategia.
No se puede seguir con un trabajo descoordinado, impositivo, con decisiones unilaterales y con información parcial, la educación requiere que se actúe con base en el conocimiento pleno de la materia, desplegando un verdadero trabajo colaborativo, involucrando de manera real a todos los docentes, estableciendo un diálogo serio, donde exista una retroalimentación constante entre lo que se diseña en las cúpulas y lo que se vive en el contexto de maestros y estudiantes.
Para hacer posible la educación en tiempos de pandemia si se requieren alianzas, pero con aquellos que han mostrado un interés genuino en el ámbito educativo, hablamos de académicos, intelectuales, profesionales e investigadores educativos, los que con sus aportes promueven el análisis y reflexión constantes, son estos aliados quienes observan minuciosamente cada paso que se da desde diversos aristas, durante años han investigado los problemas que enfrenta la educación, se han acercado a las escuelas, han visto la labor de los docentes y la realidad que viven los estudiantes.
Nunca es tarde para conjuntar esfuerzos, el objetivo que tenemos debe ser común, hacer posible un trabajo a distancia, establecer nuevos vínculos con los estudiantes, promover aprendizajes significativos, garantizar que el conocimiento sea la base para generar igualdad, equidad y justicia, pero sobre todo, que nuestras acciones garanticen no solo una transformación del sistema educativo, sino una verdadera transformación social.