Sergio Martínez Dunstan
La Secretaría de Educación Pública (SEP) mandó al bote de la basura el plan de reforzamiento previsto. No está contemplado en el calendario de actividades del inicio del ciclo escolar 2020-2021. Adiós etapa remedial o de nivelación. Éste es otro desatino de la autoridad educativa como los que he dado cuenta en este espacio. Señalé las normas obsoletas de evaluación de los aprendizajes durante el confinamiento que consideraban la asistencia como criterio de promoción al grado subsecuente (Un dilema de promoción en la educación a distancia. Aprobar por decreto o reprobar por “faltista”). También adelanté que la SEP venía trabajando con otro marco normativo (La evaluación de los aprendizajes en educación básica frente a la emergencia sanitaria). Para su instrumentación, se instruyó llevar a cabo la Fase Intensiva del Consejo Técnico. En las guías correspondientes se contempló la elaboración del Programa Escolar de Mejora Continua que incluyera los planes de trabajo de los maestros y éste, a su vez, un plan de reforzamiento. En una colaboración posterior, compartí algunos comentarios expuestas en mis redes sociales de algunos profesores como por ejemplo Elvi Marin que cuestionó con toda la razón y precisión: ¿vamos a remediar en tres semanas lo que no se pudo trabajar en tres meses? (Cómo abatir el rezago educativo en seis días sin morir en el intento). Advertí algunos desatinos conceptuales en la interpretación del Acuerdo Número 12/06/20 (Regularizar, nivelar, remediar. ¡Que la SEP lo explique!).
La semana pasada, destaqué la primicia que nos ofreció Profelandia sobre la publicación en ciernes del Acuerdo Número 14/07/20 (Regreso a Clases. Aprende en Casa II). Se borra así, de un plumazo, la cadena de decisiones fallidas referidas en el párrafo anterior. El Acuerdo Número 14/07/20 reforma algunos numerales del 12/06/20. Revisémoslos a vuelo de pájaro:
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El noveno considera la capacitación docente previo al inicio del ciclo escolar como viene ocurriendo así como también ordena realizar una sesión extraordinaria del Consejo Técnico del 17 al 25 de agosto con el objeto de establecer las estrategias pedagógicas que permitan brindar el acompañamiento a los educandos para el cabal cumplimiento de los planes y programas de estudio. En ambos casos, se prevé realizarse a distancia con el apoyo de plataformas tecnológicas o digitales y de manera presencial si acaso existieran las condiciones.
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El décimo, determina la realización de otra fase intensiva del Consejo Técnico. Recordemos que se llevó a cabo del 20 al 31 de julio según el acuerdo anterior. Asimismo, se previene la instalación del Comité Participativo de Salud Escolar, que se encargará de la limpieza, en el marco del Consejo de Participación Social.
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Lo relativo con el periodo de inscripciones y reinscripciones se anticipa en el décimo primero.
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El calendario de actividades aplicables para el cierre del ciclo escolar 2019-2020 y el inicio del ciclo escolar 2020-2021 se establece en el décimo cuarto las cuales estarán sujetas al semáforo epidemiológico y de las indicaciones de las autoridades sanitarias
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El décimo segundo faculta el uso de la televisión y de las tecnologías de la información, comunicación, conocimiento y aprendizaje digital para dar cumplimiento al currículo oficial. Asimismo, se determina la entrega de los libros de texto gratuito y previene la rectificación de las calificaciones de los alumnos bajo determinadas circunstancias. De igual manera, se anticipa una etapa de valoración diagnóstica y de trabajo docente para resarcir rezagos e insuficiencias en el aprendizaje cuando se reanuden las clases presenciales en las escuelas.
Algunos han dicho que la SEP no ha definido el papel del maestro en el Programa Aprende en Casa II. Quizá haga falta puntualizarlo mejor. Está muy claro que el contenido lo determinará la SEP en concordancia con los libros de texto. Que las clases serán producidas y televisadas por grandes empresas. Que los maestros inscribirán a los alumnos. Que el profesor dará seguimiento al proceso de aprendizaje de todos y cada uno de sus estudiantes Que los evaluará para fines de acreditación, promoción, regularización y certificación según las normas generales. Que los maestros comunicarán a los padres de familia las calificaciones de sus hijos. El docente hará lo mismo que hacía antes bajo circunstancias diferentes y de un modo distinto, a distancia. Pondrá al servicio de los demás sus recursos técnicos, materiales y financieros (luz, teléfono, internet, computadora). Hasta que se regrese a la nueva normalidad. Incluido dar clases concebida ésta como explicarle a los alumnos lo que entendieron, entendieron a medias o de plano no entendieron. Y que cuando se abran las escuelas, y se regrese a las clases presenciales continuará, con el ciclo escolar en donde se haya quedado. No empezará de cero. Pero sí diagnosticará y resarcirá en dado caso el probable rezago educativo, el retraso en cuestión de aprendizaje correspondiente al fin del curso del ciclo anterior y del principio del actual. A pesar de la epidemia y de las televisoras. Deberá poner en juego su experiencia y profesionalismo para formar seres humanos que sobrevivan a esta realidad y transformen nuestra sociedad. El maestro tendrá la misma responsabilidad social con expectativas mas altas, dificultades mayores y respaldo institucional condicionado. Comprendida también la duda sobre su quehacer y la obligación de la rendición de cuentas. Al final de la historia el maestro seguirá siendo maestro. Así o más claro.
Carpe diem quam minimun credula postero
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