Jesús Andriano*
En los últimos meses el tema central para gran parte de la sociedad es la educación, en diversos lugares se habla, se cuestiona y se opina sobre las experiencias de una buena o mala educación en tiempos de cuarentena. La diversidad y viabilidad para atender la educación se ha reducido al uso indiscriminado de la tecnología como un recurso o una herramienta en los procesos de enseñanza en el mejor de los casos. Al cierre del ciclo escolar el balance en el cumplimiento de los planes y programas de estudio se encuentra lleno de incertidumbre, las actividades programadas en una modalidad a distancia generaron no solo un distanciamiento social, sino un alejamiento a la dinámica cotidiana de un proceso de enseñanza y de aprendizaje, se pudo validar que no es lo mismo situar la enseñanza en la escuela, que realizar en el mejor de casos actividades escolares en casa.
Al regresar a las aulas no podemos suponer que todo continuará como antes y que la vida educativa solo cambio por unos meses de la escuela a la casa, hay que reconocer que nos estamos enfrentando a una posible crisis educativa, la planeación de los cursos remediales va a denotar un ausentismo de los alumnos y posiblemente una deserción en las comunidades alejadas, los aprendizajes adquiridos durante el confinamiento por los estudiantes son parciales están mediados por marcos interpretativos de acuerdo al apoyo que tuvieron para su enseñanza, la incertidumbre sobre la nueva normalidad genera un descontrol entre los actores educativos. Las acciones que se generaron para salvaguardar el cierre del ciclo escolar son cuestionadas por la mayoría de la sociedad, se evalúa la pertinencia de una enseñanza a la distancia, la eficiencia en el cumplimiento de plan de estudios en el tiempo establecido, así como la culminación del año escolar un mes antes de lo establecido.
La dinámica de estudio en los hogares permitió valorar la importancia del espacio escolar como eje articulador de ideas, saberes e intereses de los alumnos, todo parece indicar que nunca antes se había extrañado tanto la escuela como se añora ahora. La intención de tener un equipo de cómputo con acceso a internet se estableció como una prioridad y el acceso a la educación se convirtió en un privilegio para cierto grupo de la sociedad.
Las condiciones han generado una serie de actividades ajenas a la que estábamos acostumbrados, nos preocupa el futuro, la sorpresa nos cuestiona sobre el devenir de las escuelas. Los retos ahora son otros, no solo atender lo que conlleva un plan y programa de estudio, la forma de entender y vivir la educación va a transformar la forma de enseñar y aprender; aquellos espacios escolares que se encuentran ausentes de cualquier voz y en las que el silencio perdura por su vacío, tendrán que reconfigurarse con protocolos ajenos a su naturaleza.
Los docentes durante el receso escolar tienen que analizar, reflexionar y reconfigurar la ruta para atender los nuevos objetivos del ciclo escolar 2020-2021, Pérez Lindo (1998), citado por Sagastizabal (2006, p.23) plantea, la realidad en la que vivimos es más compleja de lo que parece, la magnitud de los problemas reclama una nueva sabiduría que permita conciliar el sentido de la existencia, las necesidades del bienestar colectivo, los cambios culturales, los desafíos ecológicos, los conflictos sociales, y el impacto en la ciencia y la tecnología.
La naturaleza de la enseñanza y el aprendizaje van a modificar la forma de ver la educación, la realidad social en tiempos complejos tiende a reconfigurar la tarea de la escuela, es factible el momento para generar estrategias que contribuyan al aprendizaje en los alumnos a partir de la experiencia de vida, una opción es buscar que la información sobre lo vivido tenga utilidad para innovar la realidad de la sociedad en tiempos complejos; ante el cumulo de información la escuela tiene un doble desafío, por un lado aprender de la experiencia y por otro enseñar a los alumnos a convivir en tiempos de incertidumbre.
*Profesor investigador en la formación de docentes, Colaborador de Voces Normalistas
Referencias
Sagastizabal, M. d. (2006). Aprender y enseñar en contextos complejos . Buenos Aires: Noveduc .