Juan Rubén Compañ
La crisis e incertidumbre que se vive a nivel global, genera muchos y variados cuestionamientos en diferentes ámbitos como la salud, la economía, la ciencia y la educación, entre otros. En el ámbito educativo hay diversos cuestionamientos que se presentan en las diferentes redes sociales y que giran en torno a la preocupación por el aprendizaje de los niños y niñas del sistema educativo nacional. La cancelación de las clases presenciales, no es cuestión menor, no se puede soslayar. Las autoridades educativas y federales han impulsado ciertas acciones para dar continuidad al aprendizaje de las niñas y niños, a través de diferentes recursos. Tal situación permite cuestionarse lo siguiente ¿Lo logros de aprendizaje de los niños se verán afectados? De manera inmediata y un tanto lógica, pesaríamos que sí. Y en efecto, las evidencias empíricas y los organismos internacionales como la Unesco, OCDE y el Banco Mundial, refieren que los más afectados de no estar en las aulas son los más desfavorecidos. Sin embargo, parece que hay elementos que nos posibilitan analizar y argumentar de acuerdo con diferentes datos, un tanto precipitado en estos momentos pero no menos importante, la posible tendencia que puede seguir México en cuanto al logro de los aprendizajes. Lo que se puede referir en un primer momento, es que probablemente no haya diferencias significativas en los aprendizajes de los niños y niñas que cursan educación básica, ello se puede advertir a partir de los siguientes elementos:
- Los resultados de las evaluaciones internacionales. En este apartado se hablará únicamente de la evaluación internacional y no nacional, debido a que la contingencia sanitaria y la cancelación de clases es a nivel internacional y también, porque la prueba internacional a la que nos vamos a referir en las siguientes líneas, considera algunas variables que nos permitirán de manera más adecuada analizar el sistema educativo nacional.
Un debate que ha sido ampliamente polémico, pero que nos retrata de manera importante los avances en cuanto a los logros de aprendizaje de los estudiantes, son las evaluaciones que realiza el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés). Esta evaluación se aplica en México desde el 2000 y, hasta hoy, ya son 6 emisiones. La evaluación de PISA se realiza cada tres años y se aplica a estudiantes que tienen 15 años. Evalúa habilidades y conocimientos que los estudiantes han adquirido a lo largo de su vida y que son esenciales para su participación plena en la sociedad, es decir, no evalúa currículos escolares. Es pertinente referir esto último, ya que lo que los alumnos viven en su vida cotidiana en las aulas o en las casas, no sólo es la apropiación de contenidos curriculares, también son las habilidades que desarrolla y pone en interacción con los otros para responder ante disímiles y diversas situaciones. En ese tenor, la evaluación PISA es compleja, pues posibilita captar la educación en su conjunto, es decir, lo que aprende y de lo que se apropia una persona en su vida cotidiana en interacción con la sociedad, llámese docentes, padres, tutores, entre otros. Lamentablemente, los resultados en PISA no han sido favorables para México y, lo más preocupante, es que no hay cambios significativos en las distintas áreas que evalúa (lenguaje, matemáticas y ciencias) a pesar de casi ya dos décadas de su primera aplicación. La siguiente gráfica ilustra lo anterior:
Lo primero que nos indica ello, es que en las tres áreas, México se ubica por debajo del promedio de la OCDE en todos los años de aplicación. Cabe señalar que en 2009, México vivió una contingencia sanitaria a la que respondió con los recursos que se tenían y que fueron pensados para ese momento. Es importante referir, que también consideró la cancelación de clases presenciales por un tiempo (menor que ahora). Pero lo que reflejan los datos del 2009, ante la contingencia sanitaria es que no hubo diferencias significativas en los resultados, incluso hay algunos puntos que se ganan en todas las áreas; por ejemplo, lenguaje gana15 puntos en 2009 (425) en comparación con lo que obtuvo en 2006 (410), matemáticas eleva 13 puntos en 2009 (419) en comparación con 2006 (406) y ciencias gana 6 puntos en 2009 (416) en comparación con el 2006 (410). Lo que se advierte con estos datos, de manera incipiente, es que la tendencia en los resultados en las pruebas no muestran diferencias significativas y las mínimas que puedan existir no pueden estar asociadas de manera determinante y directa por el motivo de la contingencia y la cancelación de clases, incluso los pocos puntos que se ganan en 2009, pudiesen advertir que lo que se pudo hacer en casa abonó a mejora de los aprendizajes, es un tanto arriesgado decir ello, sin embargo, los datos así lo reflejan. Habría que hacer un análisis con mayores variables para ello, seguramente es necesario, sin embargo, es el alcance de este momento en este texxto.
- La asignación de los docentes a los recintos escolares. La OCDE (2019) refiere que alrededor del 27% de los estudiantes en México que acuden a escuelas desventajadas y 17% de los estudiantes que acuden a escuelas aventajadas ven obstaculizada su instrucción, debido a (según informan los directores), a la escasez del personal docente. Lo que se puede advertir con estos datos es que la cancelación de las clases presenciales por parte de las autoridades educativas, se da en un tiempo determinado por las mismas, derivado en esta ocasión por la contingencia sanitaria. Sin embargo, la cancelación de las clases presenciales por tiempo indeterminado, es una constante en diversos ciclos escolares. La falta de maestros y la política de asignación de docentes se ha documentado en varios artículos, es una situación recurrente en nuestro sistema educativo nacional. Así que, es más probable que los logros de aprendizaje en los niños y niñas estén afectados por otras variables que no se refieren tan abiertamente y no sólo por la cancelación de clases durante esta contingencia sanitaria. Parece que sería pertinente reflexionar sobre la política de asignación de los docentes al servicio educativo, pues el gobierno federal y el gobierno estatal deben garantizar el derecho a la educación, a través de contar con toda su plantilla docente completa para que puedan impartir sus clases presenciales sin mayor problema. El gobierno federal y estatal tiene que asumir con mayor congruencia y sistematicidad esta situación. Hay que mirar los efectos que traerá en los alumnos y alumnas, no estar en clases presenciales, que seguro los habrá, pero también, es importante referir que la cancelación a las clases presenciales es una dinámica muy frecuentemente en los recintos escolares y que afecta de manera sustancial los aprendizajes de los niñas y niños a lo largo del ciclo escolar y no sólo en tiempo de contingencia.
- La vida cotidiana en los recintos escolares en el último trimestre de estudio. La vida cotidiana guía el rumbo de las escuelas hacia una dinámica propia de las instituciones, en varias ocasiones para potencializar los logros de aprendizaje, en otras tantas, actúa como una barrera. El sistema educativo nacional se guía por un calendario oficial, que, a grosso modo, señala el inicio y término de las actividades escolares. Pero no se señala que ese calendario oficial, se crea y se recrea con los diferentes actores que integran los recintos escolares y que le dan una dinámica particular a las instituciones. Se sabe que la dinámica cultural de las escuelas no se mueve únicamente por lo estrictamente pedagógico, incluso no sería sano, en las instituciones escolares se llevan a cabo acciones culturales y administrativas que se colocan por encima de lo pedagógico. Por ejemplo, en educación básica, hay mucho tiempo que se destina a la presentación de festividades que culturalmente son celebradas por el grueso de la sociedad, el 10 de mayo y el 15 de mayo son un caso ilustrativo. La presentación del festival del 10 de mayo, demanda mucho tiempo y energía por parte de los alumnos y los docentes, cuestión muy desgastante en muchas ocasiones. El mes de mayo, pareciese ser que es el mes del maestro, lo que modifica las actividades académicas, en serio. Un mes con muchas actividades sociales en detrimento de las académicas. Cabe señalar que ello es importante referirlo, porque precisamente, la cancelación de clases probablemente pueda llegar hasta esos días, y entonces, ante esta situación de la dinámica de la vida cotidiana que enfatiza con mayor fervor las actividades culturales en menoscabo de lo pedagógico, parecería que año con año, no exclusivo de este, hay tiempos que poco coadyuvan a la mejora de los aprendizajes. En este tenor, pareciese que la cancelación de las clases, en estos precisos momentos, no puede marcar una diferencia sustantiva en los logros de aprendizaje en comparación con otros ciclos escolares. Además de lo anterior, hay que sumarle, que en términos administrativos, las evaluaciones se entregan de forma anticipada, eso demanda que directivos y docentes atiendan esta tarea, soslayando, las actividades académicas en el aula. La última fase del ciclo escolar, parece que está más atenta a lo cultural o administrativo, más que a lo pedagógico. Quizá sea la parte del año escolar, que menos enfatiza las actividades académicas. Ante tal situación, pareciese que son tiempos que poco potencializan los logros de aprendizaje.
Lo que se planteó sólo son elementos que podemos considerar de acuerdo a los datos que se ofrecen del sistema educativo nacional y a lo que se vive en la cotidianeidad de los recintos escolares, cuestión no menor. De tal forma que se advierte que el logro de aprendizaje de los alumnos, se verá afectado por la contingencia, sin embargo, puede no ser significativo, de acuerdo a la tendencia que ya se analizó arriba. Lo importante sería reflexionar sobre las políticas de acción que se tendrían que implementar de manera constante, si de verdad se quieren mejorar los aprendizajes de los niños y niñas. De lo contrario, pasará una contingencia como una eventualidad más y el servicio educativo seguirá su cauce sin transformaciones.