En este trabajo me disculpo con los zapatistas al retomar una de sus frases estelares: de “otro mundo es posible”, “otra educación es posible” y concluido con “otra nueva escuela mexicana es posible”. Esta posibilidad en realidad es la idealización de una alternancia, ante la realidad de la propuesta gubernamental de Nueva Escuela Mexicana propongo construir desde los márgenes la concreción de otra Nueva Escuela Mexicana que también es posible, pero dicha posibilidad deberá pensarse como una posibilidad real pero que ya se vive de facto pero que requiere organización y sistematización.
La propuesta oficial de la NEM peca desde el origen de ese exceso gubernamental de hegemonista y centralista, sólo la SEP y el Secretario que está al frente de la misma saben de ella y tienen “la neta del planeta”, sólo ellos saben cuál es el camino que deberá seguirse y sólo ellos saben el manejo de los tiempos de cuándo y a qué hora llegará la gran propuesta, la verdadera propuesta educativa para este país. Otro aspecto importante dentro de este contexto, es que las iniciativas de gobierno en educación en los primeros años de gestión, son más discurso que acciones y luego la lógica se va invirtiendo, hoy estamos bajo esta misma realidad en donde el excesivo discurso no corresponde con la dispersión de las acciones.
En educación como muchos saben, los tiempos y la modalidad de arribar a propuestas educativas pertinentes, (la pertinencia se refiere a que es verdaderamente innovadora y a que nos ayuda a resolver problemas que no se han resuelto con otros propuestas o a que prácticamente garantiza mejores resultados y menor tiempo y a más bajo costo), caminan más despacio con los ritmos políticos. Esa es otra distinción de la NEM del actual gobierno, quiere sujetar la propuesta educativa al calendario de los tiempos políticos.
De esta manera la otra NEM como ya dije se teje desde los márgenes ¿qué significa esto?, que el actual gobierno está incurriendo en los mismos errores de su antecesor en cuanto a los procedimiento y pretende impulsar una reforma educativa (en este caso un Acuerdo Educativo) en las cúpulas empresariales, con los organismos sindicales y con algunas ONG, pero desplazando y dejando de lado las propuestas y la experiencia del magisterio sobre todo de los maestros y maestras movilizados.
Una alternativa podría ser, el lograr hacer compatible la propuesta oficial con las propuestas que se tejen en los márgenes del sistema, un verdadero acuerdo educativo es aquel que es capaz de recoger todas las voces, todas las propuestas de los distintos actores y agentes, (aun los que pudieran ser o parecer incompatibles), a partir de una matriz articuladora.
Este es el punto clave del gran reto y del enorme desafío que se le presenta a los impulsores oficiales de la NEM, en el marco de la 4 T, generar un amplio acuerdo sumando todas las voces y todas las propuestas. De no ser así, estaremos ante el acostumbrado paralelismo de propuestas educativas. Arriba se pacta una cosa mientras que abajo se tejen desde la acción otras muy diferentes y lo más triste aun es que no siempre dichas iniciativas son compatibles entre sí.