El neoliberalismo promueve la liberalización de la economía, el libre comercio y una reducción del gasto público y de la intervención del Estado en la economía en favor del sector privado. Para ello los neoliberales eliminan las regulaciones de los comercios y las empresas. En ese contexto, desde los ochentas, en nuestro país se liberaron regulaciones y promovió la creación de universidades y carreras de medicina. Al grado que hasta un municipio puede otorgar el reconocimiento de validez oficial de estudios (RVOE) para los programas para la formación de médicos. Aún más se han creado universidades en casas particulares sin que estas tengan el RVOE. A tal grado que existen más de 5000 escuelas, institutos o universidades de educación superior y más de 180 programas de las carreras de medicina. Más que en los Estados Unidos, quien cuenta con tres veces más habitantes, 10 veces más camas de hospitales, y más de cuatro veces el número de jóvenes en las universidades y colegios de educación superior. El estado también delegó las competencias de evaluar los programas de educación superior a consejos acreditadores privados. A pesar de ello, más del 50% de carreras de medicina y menos del 20% de carreras de psicología no están acreditados, pero se anuncian y ofrecen formar médicos y psicólogos, sin que el estado de señal de vida. Eso es neoliberalismo.
El resultado de esta política neoliberal en el ámbito de las universidades es por un lado un aumento en los negocios universidades cuyo único objetivo son las ganancias; al grado de que la mayoría de escuelas de medicina privada tienen unos ingresos libres (después de gastos de operación) de más de 10 millones pesos mensuales y por otro realizan un fraude a los consumidores, los alumnos y sus padres. Quienes piensan que al ingresar a esa universidad los alumnos tendrán el perfil para ser competentes en la profesión que se les ofrece, que los programas académicos están acreditados y en el caso de las carreras de medicina el fraude se extiende a los potenciales clientes. Los clientes piensan que el egresado es una persona competente para resolver sus problemas de salud, que no provocará complicaciones o muertes por incompetencia. Los dueños de los programas de medicina privado se asustan frente a la 4T, piensan que el negocio está en riesgo.
Para formar y practicar a los estudiantes de medicina en las escuelas privadas, el estado neoliberal, les ha ofrecido hacerlo en las instalaciones infraestructura y pacientes del sistema público sanitario. En teoría por una aportación de parte de las universidades privadas sin ninguna transparencia y que está lejos de reflejar la inversión que hace el estado. Es decir, a diferencia de los Estados Unidos donde todas las universidades privadas tienen sus propios hospitales universitarios, el estado subsidia con infraestructura a los dueños de las universidades privadas, y les ofrece a estudiantes que no han pasado ningún examen de admisión y cuyo mérito es el tener padres con recursos para pagar su educación privada.
Por lo tanto, el neoliberalismo, ha convertido la educación médica en México, en un negocio, que ha pasado de más del 80% de escuelas de medicina en instituciones del estado en 1970 a menos de 35% en 2020. Que ha creado nuevos millonarios, subsidiados por el estado, propietarios de universidades y escuelas de medicina; que está exponiendo a los pacientes del sistema sanitario a estudiantes, con una formación insuficiente; que ha creado una inequidad en el acceso a las universidades y programas de medicina, donde los que tienen recursos tienen posibilidades de ingresar a las carreras de medicina; que ha disminuido el porcentaje de médicos con conciencia social que rechazan atender a pacientes en zonas marginadas y en zonas rurales. El neoliberalismo para apoyar a los programas de educación médica privada ha reducido el apoyo a los programas de medicina de instituciones públicas.
Una política no neoliberal con orientación y responsabilidad social debería regular la infraestructura que deben tener las universidades y programas de medicina, deben establecer un sistema de admisión, deben crear un organismo acreditador para las carreras de medicina pública y otro para las privadas, deben establecer un examen de conocimientos y competencias que autorice el ejercicio de la profesión médica, debe otorgar la exclusividad de los espacios clínicos, plazas de internado y servicio social para los programas de universidades públicas; deben crear una comisión de formación de recursos humanos para la salud de instituciones públicas y otro para instituciones privadas, y debe apoyar las carreras de medicina de instituciones públicas para que aumenten más espacios para estudiantes de medicina.
Una política dirigida a otorgar una cobertura universal con calidad, requiere incorporar una transformación de la educación médica, de una (neoliberal) orientada a facilitar los negocios privados a una dirigida a resolver los problemas sanitarios del país.
Dr. Arturo Jiménez Cruz
Profesor de la Facultad de Medicina y Psicología.
Investigador Nacional en el área de la salud nivel III
Universidad Autónoma de Baja California