Con la publicación del Estatuto Orgánico del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) en el Diario Oficial de la Federación, el 21 de octubre pasado, y su entrada en vigor, se establece de forma oficial su autonomía, económica y operativa, con la titánica misión de coordinar y evaluar la calidad y el desempeño del Sistema Educativo Nacional de educación básica y media superior.
El Estatuto del INEE está dividido en un centenar de artículos que detallan el funcionamiento al interior de su amplia estructura; con una Junta de Gobierno como órgano central de dirección, encabezada por una presidencia, el INEE se apoya en seis unidades administrativas, que están segmentadas en 19 direcciones generales, el organigrama del INEE lo convierte en una especie de supersecretaría cuyo mandato consiste en evaluar la integralidad del Sistema Educativo Nacional.
Sylvia Schmelkes, presidenta del INEE, asegura que con la publicación del Estatuto Orgánico del Instituto, además de que se establece su plena autonomía y se garantiza que con la nueva estructura se cumple el mandato de su creación, el INEE se pone a la cabeza en la ardua tarea de evaluar los distintos escenarios y actores que protagonizan el entramado de la educación nacional.
Por lo pronto, el INEE está concentrado en algunas pruebas de medición, como Escale y Enlace, que se modifican diametralmente. Enlace desaparece, no así Escale. Se busca, de forma simultánea al diagnóstico sobre estas y otras pruebas, instrumentar algunos otros mecanismos de evaluación internacional y su pertinencia en nuestro sistema educativo.
Igualmente, arranca el procedimiento para la evaluación de ingreso a la docencia; en enero próximo, afirma Schmelkes, se lanzan los primeros lineamientos con la idea de que la evaluación se haga en julio.
También continúa, como parte del trabajo cotidiano del Instituto desde su creación en febrero de este año, la evaluación del desempeño de los maestros en activo.
Para este ejercicio de evaluación, se busca consensar las formas con el apoyo del magisterio, primero mediante una consulta al interior del gremio, pero también con la ayuda de la Secretaría de Educación Pública para garantizar su difusión masiva.