Como todo en esta vida, la mirada depende del color del cristal, como diría Ramón de Campoamor. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) lo mismo frena el agandalle que quiere realizar la Secretaría de Educación Pública (SEP) en las nuevas leyes secundarias, que se lanza a huelga en la primera semana de clases. Pero, de acuerdo con el presidente Andrés Manuel López Obrador, la Coordinadora actúa de manera responsable; en tanto, la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se inclina ante el jefe del Ejecutivo.
Aunque se mantuvo con cierta discreción, la SEP mandó al Congreso o lo hizo por la vía de la Secretaría de Gobernación, quién sabe en estos tiempos cuál sería el camino, una iniciativa para que el Organismo para la Mejora Continua de la Educación (OMCE) dependa en forma directa del secretario. La SEP quiere cambiar –o darle la vuelta– al texto constitucional, además de crear nuevas instancias burocráticas.
Según reportes, la SEP quisiera una comisión para administrar el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación que la fracción IX del nuevo texto del artículo 3º dispone que corresponde a la Junta Directiva de la OMCE. La SEP propuso la figura del secretario ejecutivo, designado por el secretario de Educación Pública como jefe de esa comisión.
Diputados de la CNTE, dentro de Morena, defienden sus parcelas y se oponen. Señalan que eso implica crear más órganos burocráticos no previstos en la enmienda constitucional. Además de que eliminaría la autonomía técnica de la OMCE. Si acaso, le permitiría cierto juego a la presidencia de la Junta Directiva.
El diario 24 Horas (19/8/2019) reportó que dirigentes de la CNTE anuncian paros en Chiapas, Michoacán y Guerrero para la semana que viene. Van contra los gobiernos estatales porque quieren que respeten la “bilateralidad” y se les pague lo que aseguran que se les debe.
La bilateralidad, aun por encima de la ley –o aprovechando el espacio sin leyes secundarias–, ya existe. En el taller que preparó la SEP para que los maestros entiendan qué es la Nueva Escuela Mexicana, el sindicato participaría a la par de las autoridades educativas en todas las etapas de estos procesos, desde la emisión de las convocatorias hasta la ponderación de resultados y asignación de plazas (ver el artículo de Jennifer O’Donoghue en Profelandia, (16/8/2019). Pero cavilo que lo que la CNTE quiere va más allá de la bilateralidad,
codicia regresar a ser gobierno, empezando en sus territorios.
Sin embargo, los amagos de la CNTE no hacen mella en el optimismo del presidente. Para él, la CNTE se porta bien. Niega que se opusiera a la Reforma Educativa para defender la herencia de plazas (Excélsior, 20/8/2019). De nuevo, una cita de Profelandia (18/8/2019): “Y yo quiero hacer aquí un reconocimiento a la Coordinadora, la CNTE que ha actuado de manera muy responsable y estamos llegando a acuerdos para mejorar la educación pública”. Es más, ofrece garantías de que podrán proceder con sus tácticas: “No va a haber represión, nunca vamos a utilizar nosotros la fuerza”.
La corriente mayoritaria del SNTE, en lugar de desafiar al Presidente, lo halaga y hasta se postra ante él. El Comunicado 62-2019 del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE apunta que Alfonso Cepeda Salas expresó al secretario de Educación Pública: “Acudimos como siempre con la irrenunciable determinación no sólo de opinar sobre nuestra materia de trabajo, sino de construir, de contribuir a esa Nueva Escuela Mexicana (NEM), que toda la sociedad y nosotros mismos estamos demandando”.
No obstante, en el mismo acto dejó claro su intención de cogobernar: “En el SNTE no queremos invadir atribuciones (…) simplemente, queremos contribuir a que se cumplan los fines y objetivos del Artículo 3º Constitucional, queremos construir juntos la NEM”. ¡Después, ya veremos!
La CNTE detiene los afanes centralistas de la SEP. Pero sus líderes siguen en las mismas. Además, el Presidente los mira con un lente magnánimo.