El ciclo escolar 2019 – 2020 está por arrancar, las escuelas se preparan, los docentes han asistido a una serie de cursos con la intención de conocer los contenidos y las orientaciones de lo que será el nuevo modelo o la nueva propuesta de trabajo llamada a nivel nacional “Nueva escuela mexicana”.
Estamos a unos cuantos días de que todo inicie, en la cercanía del ciclo escolar 2019 – 2020, (en este último año concluye la segunda década del tercer milenio), los maestros y maestras han regresado a las escuelas, el descanso ha sido corto pero sustancioso, que se compensa con el entusiasmo de volver a clases, de volver a ver y saludar a los colegas de la escuela, de esperar con ansia a que regrese el bullicio infantil.
He asistido a varias escuelas en estos días con la intención de observar lo que ahí sucede incluso a algunas escuelas Normales. Los rostros de las personas no son de entusiasmo tampoco de certeza, veo más incertidumbre interrogantes de preguntas no aclaradas. Vivimos tiempos de turbulencia, así son los tipos de las reformas educativas, los rostros de los y las docentes también así lo dicen.
Quisiera poder entrar en la mente de los docentes, en este inicio de ciclo escolar, ¿Qué preguntas se hacen. Qué textos consultan. Qué tipos de lecturas están haciendo para prepararse de la mejor manera y enfrentar el regreso al trabajo de un ciclo escolar que se vislumbra demandante y agotador?
Ante este contexto me pregunto ¿Cuáles son los textos de cabecera que se debieran consultar en estos días? ¿En dónde ha quedado la lectura de los clásicos: Freyre, Vygotsky, Freinet, Piaget, Macarenko, etc.? ¿Cómo se planea el ciclo escolar y qué hay de con las equidades e inclusiones de todo llegará a buen puerto?
En estos días de abundante lluvia en algunas escuelas también son de reflexión, no de las cosas que ya pasaron (que ya de por si es mucho) sino de las cosas que están por venir. La práctica de los maestros y las maestras está entre dos tiempos, entre el que ya pasó y el que viene, pero paradójicamente ambos tiempos se articulan en el presente.
La práctica docente es hacer cosas en un contexto determinado, con palabras y silencios, con lápiz y papel, con gis y pizarrón, con tijeras y borradores, es hacer cosas con una intencionalidad educativa lo más clara posible ¿en dónde estamos parados hoy en día hacia donde nos dirijamos? ¿Qué cuentas habremos de dar en el primera semana de julio del año 2020 cuando este ciclo escolar concluya?
Todo es así fugaz, efímero, lo único que queda (si es que queda algo) son recuerdos distantes y uno que otro texto escrito, que algún docente por curiosidad o por ocio se puso a hacer, en donde plasma qué está pasando hoy en día y qué sentido le da a sus vivencias educativas. En tiempos de crisis, de turbulencia es decir de un nuevo intento de reforma educativa.