El ciclo educativo 2019 está por empezar, por lo que la 4T se encuentra haciendo los preparativos para iniciar clases y, para ello, preparan a los docentes con un taller de capacitación en lo que ellos llaman, eufemísticamente, “Hacia una Nueva Escuela Mexicana”; documento donde se resume la visión que tiene el nuevo gobierno federal sobre la educación mexicana en este sexenio.
Este documento que supuestamente sería el eje vertebral de la capacitación (o adoctrinamiento) docente para el periodo 2019-2020, consta de aproximadamente 60 cuartillas en las que se convoca a todos los maestros mexicanos a realizar un esfuerzo educativo para “hacer realidad el momento histórico para consolidar un proyecto de nación y a través de él, generar los insumos para alcanzar los ideales de la Cuarta Transformación del país”. Igualmente, en este documento se incluirá una carta de AMLO para ser leída a los docentes. Sin embargo, dicha carta no se incluye en este documento; en su lugar se deja un espacio en blanco, que será llenado después.
Llama la atención que en las actividades de este taller de capacitación se encuentre la actividad programada “Lectura de la carta del Presidente de la República a las Maestras y a los Maestros” (p. 15): “Actividad 3: Lectura de la carta del Presidente. Celebremos con aplausos que el gobierno de la República valora nuestro esfuerzo y festejemos que concluyó un marco jurídico injusto como fue la reforma educativa anterior (el subrayado es mío).
También celebremos que tenemos un mensaje del Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador, a propósito del inicio de las actividades del ciclo escolar 2019-2020. Este mensaje contiene la visión del Gobierno de México en el marco de la Cuarta Transformación y será uno de los insumos para la construcción de la NEM; les pido que escuchen con atención y tomen nota de las ideas que les resulten más relevantes de la lectura de la misma. ¿Quién de ustedes quiere dar lectura en voz alta a la carta?” El documento antes referido ha tenido muchas críticas, tanto en los medios de comunicación como en las redes sociales, por el hecho de que se les solicitaría a los docentes “celebrar con aplausos” la carta programada del presidente López Obrador y las iniciativas del gobierno federal por haber eliminado la reforma educativa anterior.
Ante la oleada de críticas por la forma y fondo de los mensajes panetarios de este documento, que se distribuyó entre los supervisores del Sistema Educativo Nacional, hace dos días la SEP publicó un comunicado de prensa donde manifiesta que no reconoce que esta versión sea la oficial. Adicionalmente, también se inhabilitó la liga de la Nueva Escuela Mexicana, donde se podía bajar de Internet el curso de capacitación contenido en el texto de referencia (www.nuevaescuelamexicana.edu.mx).
Independientemente de que el texto sea o no reconocido ahora por el gobierno en turno después de tantas críticas, es clara la intención que tuvo su versión preliminar. Por ello, todo este episodio me recuerda la novela de George Orwell, 1984, en la que describe una distopía que, de acuerdo con la RAE, se dene como la “representación cticia de una sociedad futura de características negativas causantes de la alienación humana”. La obra de Orwell es una crítica severa a regímenes, como el estalinismo de la Unión Soviética, que pretendía controlar los pensamientos, sentimientos y comportamientos de los ciudadanos. En la novela de Orwell, para controlar a las personas se crean varias instituciones que protegen al Partido en el poder del Gran Hermano (Big Brother).
Dos de ellas son el Ministerio de la Verdad y la Policía del Pensamiento. El líder del partido disfruta de un intenso culto a la personalidad. En este mundo ficticio se castiga severamente la mínima disidencia al gobierno, ya sea de pensamiento, palabra u obra. En esta distopía es central un gobierno omnipotente, que vigila a todos los ciudadanos, que niega la historia y que utiliza la propaganda masiva y recurrente. La novela 1984 es una de las mejores valoradas en el mundo, a tal grado que acuñó el adjetivo orwelliano, que connota conceptos como el engaño oficial, la vigilancia secreta, la terminología engañosa y la manipulación de la historia registrada. La propaganda que la SEP planeaba hacerle a la Nueva Escuela Mexicana en la versión “no oficial”, que circuló ampliamente en las redes sociales, tenía tintes orwellianos.
Esperamos que las autoridades educativas enmienden este error en la versión oficial y que traten a los maestros mexicanos con respeto, como profesionales inteligentes y con la capacidad de disentir de posicionamientos doctrinarios.