Una investigación centrada en la educación superior concluyó que, en cursos que han superado los 100 estudiantes, la tasa de deserción es menor cuando se cuenta con el recurso de video. Por otro lado, en el caso de los cursos con menos de 100 estudiantes, el uso de video no tuvo un efecto relevante. Este resultado muestra que detrás del uso del video, los estudiantes en clases más grandes pueden verse más afectados para compensar su naturaleza de clase aparentemente impersonal.
Los valores absolutos muestran que en los cursos con hasta 100 estudiantes inscritos, no es posible registrar un impacto mayor. En las aulas con un máximo de 50 estudiantes, la tasa de abandono escolar es del 28,20% en los cursos con video, en comparación con el 25,60% de los cursos que no tienen este recurso audiovisual. Se registra una diferencia aún menor para salones de clase con hasta 100 estudiantes, con tasas de 21.90% contra 22.60%.
Dado que los dos tipos de cursos experimentaron el mismo efecto, fue necesario verificar la conectividad social como una posible explicación. En las clases pequeñas, los estudiantes tienen muchas oportunidades de conectarse con sus maestros y otros estudiantes cara a cara. Sin embargo, a medida que aumenta la clase, las oportunidades para conectarse disminuyen, lo que hace que muchos estudiantes sientan que la comunicación basada en video hace que sus maestros parezcan más reales y actuales.
Otra encuesta realizada en la red de Canvas, que ofrece cursos y clases en línea de las mejores universidades del mundo, muestra que en casi 30,000 páginas de contenido, los estudiantes buscaron los que contenían videos en una tasa mucho mayor que los que no tenían recursos.
“Cuando se trata de construir los tipos de cursos que mantienen a los estudiantes participando en clase, el video es un recurso muy efectivo. Contrariamente a lo que podríamos asumir, el uso de videos hace que la experiencia de EaD sea más humana e interactiva”, concluyó Alejandro Sisniega, VP de Instructure para América Latina.