En esta ocasión en nuestros Diálogos Educativos, tuvimos la oportunidad de platicar con una gran personalidad de la educación en México. La Doctora Angélica Buendía Espinosa, quien cuenta con un enorme recorrido en el plano de la educación pública y privada en diversos niveles y modalidades educativas, que le han permitido posicionarse como una especialista de la educación a lo largo y ancho de la república mexicana.
Con una gran trayectoria y experiencia profesional como normalista, administradora, docente, investigadora, conferencista, con un amplio compendio de publicaciones académicas, además de haber sido Tesorera, Secretaria General, Vicepresidenta y actualmente Presidenta del Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), y Jefa del Departamento de Producción Económica en la UAM-X, entre muchas otras actividades que desempeña, es candidata a ocupar un puesto en la Junta Directiva del Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, en proceso de conformación.
Sin duda, con el excelente perfil que tiene, es una candidata ideal para ser electa y, desde su conocimiento y amplia experiencia contribuir al logro de los objetivos que se han planteado en el recién modificado artículo 3º. Constitucional, que regula la educación en nuestro país. El nuevo organismo educativo requiere de los mejores perfiles para atender los problemas y desafíos del presente y futuro de la educación en México.
Por todo ello y mucho más, es un enorme gusto tener la oportunidad de entrevistar a la Dra. Angélica Buendía. Le agradecemos su gentileza al recibirnos en su oficina en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Para iniciar nuestra charla y conocer más acerca de la Doctora, iniciamos preguntado, ¿Quién es Angélica Buendía Espinosa?
Angélica Buendía Espinosa: Es una mujer nacida en el municipio de Texcoco en el Estado de México, cuando todavía esa comunidad era más rural que urbana. Fui de las primeras mujeres que salió de mi colonia, que no era el centro de Texcoco, a estudiar una carrera universitaria a la Ciudad de México.
Mis padres personas humildes, tuvieron siete hijos, fuimos una familia grande, con muchas carencias. Mi madre solo estudió la primaria y mi padre la secundaria que quedó inconclusa, ambos fueron empleados de la Universidad Autónoma Chapingo, ella era cocinera y él se encargaba del mantenimiento como colocador de vidrios. Siempre me impulsaron para salir adelante, consideraban que la educación era el único medio para lo que nosotros conocemos como movilidad social y económica. En ellos y en mis hermanos encontré mi principal impulso, gracias a su apoyo y sus consejos. Hoy ese apoyo me la da mi familia, tengo una hija y un hijo que son parte fundamental en mi vida.
Entonces, la universidad comenzó a impregnarse en usted desde niña, ya que tuvo la oportunidad de jugar y caminar en las instalaciones de la Universidad Autónoma de Chapingo al acompañar a sus padres en algún momento. Viene usted de una posición en que seguramente no era fácil abrirse paso, dado las circunstancias a que se enfrentaba en aquel entonces.
Nos podría compartir, ¿Cuál es su formación académica? Es decir, en donde se formó profesional y académicamente hablando.
Angélica Buendía Espinosa: Tuve oportunidad de estudiar el bachillerato normalista en la Normal No. 21 de
Texcoco, me acerqué a la docencia desde este espacio. Posteriormente, ingresé a la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Iztapalapa, en donde cursé la Licenciatura en Administración. Al egresar de esta universidad, ingresé a trabajar en la Universidad Autónoma de Chapingo, como asistente administrativo, en ese entonces no era tan complicado encontrar empleo. Ejercí un tiempo mi formación profesional en el departamento de análisis presupuestal del departamento de Preparatoria Agrícola.
Prácticamente estuve cuatro años en Chapingo, pero en esas fechas, coincidentemente se acabada de abrir el proceso de selección para la segunda generación de la Maestría en Economía y Gestión del Cambio Tecnológico en la UAM-X. Se presentó la oportunidad y decidí realizar mi ingreso a la maestría, la cual concluí a inicios de 1998. Justo en esas fechas, estaba iniciando el proyecto de Universidades Tecnológicas en México, y el gobierno solicitó apoyo a la misma maestría para colaborar con egresados y, muy joven, me fui a trabajar como profesora investigadora a la Universidad Tecnológica del Norte de Guanajuato, ubicada en la sierra norte del estado.
Después, en el 2003, ingresé el doctorado en Ciencias Sociales en el área Sociedad y Educación en la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco.
Podemos resumir que mientras usted estudiaba, se daba la oportunidad de trabajar. Iba avanzando en su vida, se estaba abriendo paso, y de alguna forma fue alternando el estudio y el trabajo. Aunque ya nos comentó algunas de sus experiencias laborales, podría ampliarnos más sobre su experiencia en el ámbito laboral de la educación:
Angélica Buendía Espinosa: Después de mi experiencia laboral en la Universidad Autónoma Chapingo y en la
Universidad Tecnológica del Norte de Guanajuato, ingresé al sector privado. Específicamente, a la Universidad del Valle de México, donde trabajé por varios años, prácticamente de principios de 1998 y hasta el 2007, aunque hice un paréntesis pues me fui a estudiar el doctorado.
Ingresé primero como profesora, luego fui coordinadora de licenciatura, muy pronto me designaron coordinadora de profesores, posteriormente, me asignaron la responsabilidad como directora de desarrollo institucional y llegué a ser directora de una división académica de Ciencias Sociales, de uno de los campus más grandes de la universidad. Allí tuve oportunidad de estar muy de cerca de los procesos de evaluación y acreditación institucional de educación superior, que comenzaban a tener su auge como parte de las políticas públicas para la educación superior.
Ahí me involucré con los planes y programas, evaluación, indicadores, profesores, estudiantes, modelos educativos, entre muchos otros temas. Además, la UVM nos ofrecía mucha formación docente, sobre didáctica, diseño curricular, prácticas pedagógicas y procesos de enseñanza-aprendizaje. Todo ello me permitió ampliar la comprensión del ámbito educativo, además, haber estado en la normal fue decisivo para saber que la educación era, es y ha sido una de mis más grandes pasiones en la vida. Hice varios cursos y diplomados en todos estos temas. Me pareció fundamental estudiar, leer, investigar, intervenir sobre la educación y sus procesos. En la UVM estuve muy de cerca en los procesos de evaluación y acreditación, ello me generó muchas reflexiones y cuestionamientos, de los principales fueron ¿en qué medida realmente estos procesos mejoran la calidad de la educación?, ¿cómo conceptualizar la calidad de la educación? y ¿para qué educamos?
Mencionaba que hice un paréntesis en este espacio laboral, pues mis cuestionamientos y reflexiones que, por cierto, poco interesaban en la educación privada, me condujeron a decidir estudiar la evaluación a profundidad, a través del doctorado. Mi interés fue comprender los fundamentos teóricos y epistemológicos y el funcionamiento de la evaluación. Quería descubrir ese campo, pues según mi experiencia la evaluación era para mejorar la educación, pero yo seguía viendo varias incongruencias, sin alcanzar el objetivo de mejora. Desde la política pública, el análisis organizacional y la teoría institucional estudié la evaluación, la acreditación, la calidad y la privatización de la educación superior, en el doctorado. Nuevamente vinculaba mi experiencia laboral con mis estudios e intereses de investigación. Tuve la gran fortuna de conocer a los investigadores educativos más prominentes de todas las unidades de la UAM, hoy grandes amigos. A todos les tengo un gran aprecio y respeto por su trabajo, pero dos de ellos han marcado mi trayectoria académica y personal: Magdalena Fresán Orozco y Eduardo Ibarra Colado.
Posteriormente tuve oportunidad de hacer estancias en la Universidad de Stanford, el Centro de Investigación para la Educación Superior en la Universidad de Kassel en Alemania y trabajé en un proyecto latinoamericano para evaluar los efectos de la evaluación y la acreditación, dirigido por el Centro de Investigación y Desarrollo Cinda en Chile, donde pude ampliar mi visión académica.
Ingresé como jefa de la oficina técnica del Consejo Académico, como profesora investigadora en el 2007 a la Unidad Cuajimalpa de la UAM, y como profesora investigadora en la misma Unidad, en el 2009. En el 2013 me incorporé a la Unidad Xochimilco, y en 2015 fui designada como coordinadora de la maestría en Desarrollo y Planeación de la Educación. A partir de abril de 2018 soy Jefa del Departamento de Producción Económica en la UAM-X.
Me incorporé hace nueve años al Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), fui aceptada como candidata y, posteriormente como socia. A partir de 2014, me he desempeñado como Tesorera, Secretaria General, Vicepresidenta y actualmente como Presidenta del COMIE.
Con esta gran formación académica y experiencia laboral, ¿Qué percepción tiene de la educación pública en el momento actual que está viviendo la sociedad mexicana?
Angélica Buendía Espinosa: Yo me formé en la educación pública, creo y estoy convencida de que la educación pública es una obligación del Estado, es una obligación con los ciudadanos, con la gente, con el país. Es verdad que tenemos muchos retos, pero también creo que debemos reconocer los logros alcanzados hasta hoy. Seríamos injustos con quienes han formado y forjado las instituciones que tienen que ver con la educación en nuestro país, y creo que para poder avanzar hay que reconocer los aciertos y errores del pasado.
Hemos tenido organizaciones e instituciones importantes que han dado orientación a lo que la educación pública ha logrado. Estoy consciente que el entorno internacional cambio, y aprendimos a vernos más allá del territorio nacional, y a pensar cómo podemos medir o valorar la educación en función de lo que pasa en otros lugares. Lo cual es valioso, pero también es muy valioso reconocer que somos diferentes. Y considero que ahí es donde hay que apostar, en reconocer la diversidad, no sólo la diversidad de género que es fundamental, sino la diversidad en un sentido mucho más amplio. Hay que reconocer que las escuelas, los maestros, los contextos son distintos. El haber tenido la oportunidad de trabajar en lo público y en lo privado me permite decir que conozco ambos campos y creo que también debemos avanzar en la colaboración, es decir, en no ver como separados a estos sectores.
En lo que toca a la educación pública, considero que es un momento decisivo con la última reforma. Reconocer a la educación como un derecho humano, respondiendo también al contexto internacional, específicamente los ODS, lo que condujo plantear su obligatoriedad en todos los niveles. La obligatoriedad plantea dos grandes retos. El primero es la equidad para que todas las opciones educativas respondan a atender las diferencias con la misma calidad. No podemos hablar sólo de ampliar la cobertura, todas las niñas, niños y jóvenes; merecen espacios educativos dignos. Ello implica reconocer también que las profesoras y profesores, académicas y académicos, trabajan en condiciones diversas, tienen formaciones diversas e intereses y motivaciones diferentes. Ello implica repensar las políticas de reconocimiento y formación. Son un gran eje que se debe atender. Pero debemos hacerlo desde el conocimiento y en México se ha generado bastante al respecto. Finalmente, agregaría que se requiere compromiso del Estado con la educación, y ese compromiso se debe traducir no solo en la reforma educativa, sino en financiamiento necesario para su concreción, sin ello estamos frente a letra muerta.
Es muy alentador escucharla, tiene una gran visión en los diversos temas que se tienen que atender y considerar para mejorar en el ámbito educativo. Me gusta que menciona que hay que aprender del pasado. Desde la experiencia y visión que usted tiene, aunque ya nos brindo un poco de ello, ¿Cómo considera que se podrían lograr mejoras en el ámbito de la educación pública en nuestro país?
Angélica Buendía Espinosa: Estoy convencida que se debe atender la diversidad, la diferencia y avanzar a
mejores esquemas de política pública. Hay mucho apoyo teórico, pero también hay mucha evidencia empírica de que podemos hacerlo. Nos comparamos con un país como Finlandia, pero nosotros somos diferentes, somos un país pluricultural, contrastante. Somos ciento veinte millones de habitantes y tenemos otro contexto. Debemos partir de lo que somos y pensar hacia dónde queremos llevar a nuestro país con apoyo de la educación, qué proyecto educativo es el que nos hará mejor país, el que forme mejores ciudadanos, el que nos ayude a mitigar la desigualdad que hoy ofende, lastima.
Considero que debemos pensar lo que es medible y lo que no lo es en el terreno educativo, porque ahora se quiere medir todo. Se piensa que con el incremento de los indicadores, la realidad va a cambiar, pero no sucede así. Mis investigaciones me han mostrado que al menos en la educación superior, no importa cuantos programas evaluados y acreditados tengas, pues no hay el impacto suficiente o esperado en la calidad de lo que los estudiantes perciben como su aprendizaje, su formación. Cumplir con lo administrativo o procedimental, no trae como resultado un cambio en los hechos educativos. Recuerdo un ejemplo en alguna de mis investigaciones, en que me decían los profesores,“el día que viene la evaluación y la acreditación, cuando nos viene a revisar algún comité, hay computadoras, pero al otro día se las llevan porque eran rentadas”. Lo que nos hace pensar que estas formas de medir todo, solo han llevado a la simulación, y lo que necesitamos no es simular, sino mejorar la educación.
Creo que se cayó en un abuso para generar indicadores. Hay que mediar entre lo que es medible y lo que no lo es. Por otro lado, en temas específicos hay mucho por hacer, creo que hay que generar espacios de atención para chicos vulnerables. Se debe pensar en nuevos modelos de ingreso a educación media superior y superior que no consideren sólo el mérito y responsabilicen sólo a los estudiantes de “sus fracasos educativos”.
En concreto debemos repensar la evaluación, atender la diversidad, construir mejores políticas públicas ⎯menos homogéneas⎯, pensar en los grupos en condiciones más desfavorables, reconocer a los jóvenes talentosos, aprender a colaborar entre la educación pública y privada, y requerimos de más justicia educativa y social, con base siempre en el conocimiento, la evidencia y en la intervención educativa.
Es muy amplio su conocimiento en diversos temas educativos, tiene usted una gran visión de lo que se debe hacer en muchos temas de la educación nacional. Aunque ya lo ha venido abordando, quiero recordar que estamos viviendo un momento histórico y de transformación, sin duda el gobierno actual está llevando a cabo nuevas medidas, sin embargo, me gustaría preguntarle, ¿Qué otros temas considera que se deberían atender desde el proyecto educativo que encabeza la 4T?
Angélica Buendía Espinosa: La educación inicial, la educación básica es algo prioritario que se debe atender.
Creo que recuperar a las escuelas normales sin una visión paternalista, es algo muy importante, y ya se está avanzando en ello, se debe dar continuidad. Se debe romper con la homogeneización de la educación. Se deben diferenciar a los tipos de instituciones, no todo es igual.
Me parece que se debe crear un sistema de reconocimiento a la formación docente, que vaya acorde con la diversidad institucional, con la diversidad de formaciones que requiere el país. Se deben atender a las desigualdades, así como generar oportunidades para las niñas, niños y jóvenes.
Lo obligatorio y lo gratuito, transita en diferentes formas y niveles. Se debe reflexionar más allá de estos conceptos, en cómo se aplican y cómo no abren brechas que después se vuelven insalvables.
Hay que dejar de pensar en la idea de que los académicos e investigadores son privilegiados, se ha construido ese imaginario social. Lo que hacemos es contribuir y poner a disposición de la sociedad y del gobierno lo que hemos construido. Queremos apoyar, el país ha invertido en nosotros. Yo le debo todo a la educación pública, estoy en el Sistema Nacional de Investigadores y pongo a disposición de mi país lo que sé. Creo que todos estamos en esa lógica. Construir mí trayectoria educativa, profesional y de formación para la investigación, me ha llevado por lo menos 40 años de vida ¿por qué no tenemos derecho a tener una vida digna, igual que lo tienen todas las mexicanas y mexicanos? Somos constantemente evaluados interna y externamente a nuestra institución, nada se nos da gratuitamente. Como mencioné, soy presidenta del COMIE, donde se genera una gran cantidad de investigación educativa que puede servir a las autoridades para una toma de decisiones más informada. Pero en cada campo de conocimiento, en cada disciplina, los académicos mexicanos han realizado grandes aportes a la generación de conocimiento necesario para el desarrollo de nuestro país, y estoy segura que todos queremos contribuir a un México más justo y equitativo.
Al ser usted una protagonista central de la investigación y la educación en México, ¿Qué proyectos tiene en un breve futuro?, es decir, ¿Cuál es su agenda de trabajo para los próximos años?
Angélica Buendía Espinosa: Ingresé al Consejo Mexicano de Investigación Educativa en 2010, y desde 2014 he apoyado en algunos cargos de gestión, siempre con la colaboración y experiencia de mis compañeros. Voy a terminar mi gestión en la presidencia en diciembre de este año, concluirá este gran proyecto que ha sido para mi el COMIE, que me ha dejado muchas satisfacciones, muchos aprendizajes y muchos amigos.
Actualmente soy jefa del Departamento de Producción Económica en la UAM-X y es un cargo que tendría que dejar en 2021. Al concluir, pienso tomar un periodo sabático pues tengo varios proyectos de investigación en curso y me dedicaré a ellos, para analizar los procesos de institucionalización y cambio en la educación; análisis organizacional; así como desigualdad, educación y justicia educativa, son temas que seguiré trabajando. Así que hay mucho por hacer.
También, en este momento participo en el proceso para ocupar un puesto en la Junta Directiva del Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación en México, que será elegida por el Senado de la República, y si se considerara que yo soy una persona que puede contribuir, tendré que dejar algunas cosas para dedicarme en cuerpo y alma a esa encomienda nacional. Estamos a la espera, pero puedo afirmar con certeza que la experiencia de participar ha sido muy enriquecedora para mí.
Lo que no dejaré de hacer es seguir trabajando por mejorar la educación de mí país, desde el ámbito donde me encuentre. Sea éste mi salón de clases, mi producción científica y mi rol en la gestión educativa. Esa es Angélica Buendía.
Sin duda que es una profesional de la educación y me da mucho gusto saber que está participando en el proceso de conformación de la junta directiva del nuevo organismo educativo, estoy seguro que estará ahí, su experiencia y formación serán de gran ayuda para las decisiones que se habrán de tomar en bien de la educación nacional. Finalmente doctora Angélica Buendía, los profesores son un agente muy importante en todos los niveles, sin embargo fueron olvidados en los gobiernos pasados, fueron incluso maltratados; por ello, me gustaría preguntarle,
¿Qué mensaje le daría a los profesores en México?
Angélica Buendía Espinosa: Yo soy una profesora, me incluyo entre ellos, he sido profesora toda mi vida, he transitado por todos los niveles educativos. Los profesores somos agentes de cambio y en cada generación que pasa por nuestras vidas, sabemos reconocer a cada estudiante. A veces nos involucramos en temas que no deberíamos, pero es esa vocación de ser maestro y querer apoyar para sacar adelante a cada joven. No podemos dejar pasar a los estudiantes pues son nuestras generaciones futuras.
Deseo que mejore la educación de nuestro país, y eso depende de todos. No debemos escatimar en apostar a la educación, la ciencia y la salud, son fundamentales para el desarrollo de nuestro país. Para la educación las y los profesores somos pieza clave debemos asumir el rol que nos toca en el cambio educativo, con vocación, compromiso, responsabilidad y pasión por lo que hacemos.
Me da mucho gusto escuchar su respuesta y mensaje a los profesores, viéndose e incluyéndose entre ellos, porque efectivamente usted ha estado al servicio de la educación en diferentes posiciones, pero sobretodo como profesora.
Sinceramente ha sido un deleite el poder conversar con usted, nos ha enseñado mucho. Le deseamos mucho éxito en sus planes futuros y que siempre siga sirviendo a la nación desde donde se encuentre.
¡Mucho éxito doctora Angélica Buendía Espinosa!