Este Día del Maestro, que se conmemora el 15 de mayo, además de celebrar se debe reflexionar sobre el significado de ser docente, pues hoy los jóvenes y las familias mexicanas piensan que ser profesor es una tarea irrelevante, afirmó Hugo Casanova, del Instituto de Investigaciones sobre la Universidad y la Educación (IISUE) de la UNAM.
Por siglos, los profesores han sido parte fundamental en la formación de los individuos; en épocas pasadas eran de las figuras sociales más respetadas. Son los cimientos del proceso enseñanza-aprendizaje, cuyo fin es transmitir y fomentar el conocimiento, así como crear un mundo más justo.
Con frecuencia se olvida que las principales funciones de los maestros, desde el nivel básico, es la transmisión de conocimientos y la formación de personas capaces de incorporarse a la sociedad mediante el saber, un conjunto de valores y un sentido de ciudadanía.
Casanova destacó el trabajo de los maestros en el medio rural, que con frecuencia se enfrentan a carencias y a muchas obligaciones administrativas que dejan de lado la parte humana: la compasión ante el maltrato intrafamiliar, las largas caminatas sin probar alimento, estudiar después de extenuantes jornadas de trabajo, darles consuelo, motivarlos y comenzar la lección de nuevo.
Sin embargo, ahora son maltratados por el sistema y en ocasiones por la sociedad misma. “El prestigio social del magisterio mexicano fue seriamente lastimado en los últimos años, con resultados políticos, sociales y humanos, en la medida que los maestros se vieron confrontados y cuestionados”.
Por eso, el universitario reiteró el llamado a reflexionar, recuperar lo que significa ser profesor y redignificar una de las profesiones más trascedentes, que ha construido naciones al formar a ciudadanos conscientes de sus derechos y obligaciones.
El momento actual es propicio para impulsar un marco de políticas públicas que revaloren el tratamiento gubernamental y social hacia ese sector profesional estratégico, concluyó.