Sergio Martínez Dunstan
Permítame gentil lector referirle en materia educativa dos promesas incumplidas que resultaron a fin de cuentas en burdos engaños presidenciales. Se quiere hacer creer lo que en realidad es una vil mentira. Es falsa la cancelación de la mal llamada reforma educativa y una verdad a medias la aprobación de la reforma laboral.
La primera promesa incumplida fue la abrogación de la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación. El Proyecto de Decreto dictaminado para su aprobación en el pleno de las Cámaras de Diputados, Senadores y en los Congresos de las entidades federativas se encuentra en suspenso. La negociación entre la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y la Secretaría de Educación Pública continúa en proceso. Para propiciar los acuerdos, el Presidente de la República advirtió que dejaría la política educativa cómo estaba antes de la reforma del dos mil trece.
En vista del éxito no obtenido, Andrés Manuela López Obrador (AMLO) propuso hacerlo por decreto, objetado por los legisladores priistas que argumentaron la ilegalidad de ese acto dada la falta de atribuciones para hacerlo. No obstante, “se expidió un memorándum para dejar sin efecto todas las medidas en las que se haya traducido la aplicación de la [mal] llamada reforma educativa”. Cabe resaltar también la declaración de Mario Delgado, “[la] Reforma Educativa no se aprobará en este periodo de sesiones”. En síntesis, sigue vigente la reforma educativa impulsada por la administración peñista. Es una falacia decir que se va a abrogar la reforma educativa sin tener los consensos necesario ni las facultades para llevarla a cabo. Es desdeñar la supremacía constitucional.
Segunda promesa incumplida: la reforma laboral, recientemente aprobada, el once de abril del dos mil diecinueve. Con ella, se busca garantizar la justicia laboral y asegurar la democracia sindical y atender la condición impuesta por el país vecino para la renegociación del T-MEC.
Algo sucedió, nos equivocamos en la interpretación o el resultado esperado tomó un rumbo distinto. Me explico, atestiguamos hace algunos días del interés manifiesto de Elba Esther Gordillo Morales (EEGM) de dirigir los destinos del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). En un discurso pronunciado el pasado siete de abril, señaló: “nos hablan de democracia sindical (…) quieren que los dirigentes de los sindicatos sean elegidos con voto libre, secreto y universal y les tomamos la palabra (…) yo seguí mi derecho legal y legítimo (…) de llegar a la presidencia del sindicato”. A su vez, Maestros Comprometidos por México, Asociación Civil vinculada a EEGM, en un pronunciamiento publico, externaron el respaldo a la “la decisión de la Mtra. EEGM de participar en el próximo proceso electivo en el SNTE.” Por su parte, la (CNTE) definió su postura de luchar en contra del regreso de EEGM. Asimismo, el SNTE exhortó al Congreso de la Unión a reafirmar los principios y derechos sindicales plasmados en los convenios 87 y 98 de la OIT aunque en voz de su Secretario General, Alfonso Cepeda Salas, fijo su posición “No vamos a permitir que nos dispersen en aras de ambiciones enfermizas y obsesivas… este sindicato somos todos y lo vamos a defender con toda nuestra fuerza (…) este sindicato es de todos, este sindicato somos todos y lo vamos a defender con toda nuestra energía, con toda nuestra fuerza”.
Hasta el propio presidente de la República señaló, como respecto al mismo asunto, “que está reservando su lugar en primera fila, porque quiero ver las elecciones internas, quiero ver a los maestros votando por primera vez en urnas de manera libre y en secreto, sin acarreos, sin amenazas, con democracia.” Y otra vez el engaño, la reforma laboral modifica algunos articulados de ciertas leyes, una de ellas, la Ley Federal del Trabajo, más se deja intacta la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, Reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional.
Lo anterior significa que el SNTE tiene la libertad de reformar a sus estatutos si así lo considera conveniente e incluir, si ese fuera el caso, la renovación de su dirigencia sindical antes del tiempo establecido. Así como tampoco considerar el voto universal para ese proceso. No existe ningún precepto legal que lo obligue a ello.
Algunos especialistas destacan las repercusiones negativas de las prácticas antidemocráticas de ciertos líderes sindicales que buscan sus propios beneficios traicionando la confianza de sus agremiados. Su interés se basa en sacar el mayor provecho para ellos en lo particular, y de sus huestes en segundo término, sacrificando las condiciones de a quienes representan. Legitiman con su acción el incumplimiento de las obligaciones patronales, pactan en lo oscurito a espaldas y en contra de los trabajadores. Así se le ha considerado a la acción del SNTE en la mal llamada reforma educativa. Traicionaron a la base. Al parecer, continuará del mismo modo al menos hasta que se decida erradicar el abuso de ciertas organizaciones sindicales hacia sus representados. Seré breve, la reforma laboral afecta negativamente la reforma educativa. Ambas, resultaron un vil engaño presidencial.
Carpe diem quam minimun credula postero
facebook: SergioDunstan
Twitter: @SergioDunstan