He decidido escribir una trilogía en torno a la Reforma Educativa (2013–2019). Inicia con esta entrega y seguirá en las dos siguientes: Los fantasmas que persiguen la reforma o que forman parte de la reforma, son varios y diversos.
La Reforma educativa (Peña-Nuño) como bien se ha dicho nunca fue educativa, se redujo a una reforma laboral y política pensada en impactar en los asuntos educativos. Los fantasmas de la reforma son varios. Destaco:
- La evaluación punitiva, pensada en evaluar y vigilar para expulsar.
- Las nuevas reglas y el marco legal ha estado pensado en regular el ingreso, la promoción y la permanencia, todo con base en evaluar el desempeño docente de principio a fin.
- La desaparición de la plaza automática después del egreso de la escuela Normal y de la plaza en definitividad, todo queda supeditado al resultado de la evaluación.
- La restricción significativa de los derechos laborales de los trabajadores de la educación en cuanto a ascensos, cambios de adscripción, etcétera.
- La desaparición del escalafón y de la carrera magisterial por lo tanto se hace aún más vulnerable la promoción y los esquemas de ascenso tanto en la salarial como en lo profesional.
- La extrema vigilancia del desempeño docente a través de la evaluación constante.
Como podrá verse, los fantasmas de la reforma están íntimamente vinculados con la amenaza a los docentes (a los viejos que ya forma parte del sistema pero más aún a los nuevos que apenas ingresaran al mismo).
Quiere decir que en esta ecuación relativamente sencilla: Reforma educativa más restricción de los derechos labores es igual a la disputa por el control la plazas.
Lo que la reforma educativa buscó desde un inicio, es y ha sido la disputa y el control por las plazas docentes, de ahí que se pudo dar un acuerdo entre el sindicato y la SEP (la del PRI), en tener el control en el reparto de las plazas.
Aparece otro fantasma de la reforma, la evaluación para el ingreso se decide no tanto como un principio de rigor académico para mejorar la calidad, sino con la intención de depurar el sistema desde el origen. No se quiere (desde el inicio) aceptar a docentes revoltosos, grillos, que alboroten a sus compañeros, que se opongan a los propios términos de la reforma, etcétera. De esta manera, la dupla SEP–SNTE ha sido el garantizar al máximo el control absoluto las plazas, de esta manera se da de igual manera la venta de las mismas pero no de manera directa como se hacía en antaño, sino que ahora lo que se vende es el lugar en la relación de docentes aprobados, “que saliste en el lugar 153 no te preocupes por 150 mil pesos yo te coloco en el lugar 3 o 7, y que te doy oportunidad de que escojas lugar de adscripción”.
El fantasma más visible asociado a la reforma educativa no sólo es el cambio en la regulación laboral, sino también es el manejo férreo de las plazas de los docentes. De esta manera, se sabe desde un inicio quien ingresó al sistema, se tiene la ficha completa de su historial no académico, sino político.
Esto es lo que está en disputa en estos días, esto es lo que se juega en la nueva propuesta de ley, el control de las plazas docentes que ni el viejo sistema, ni tampoco el SNTE están dispuestos a perder su control. ¿Qué es lo que viene? Lo decimos en la próxima entrega.
*Doctor en educación. Profesor–investigador de la UPN Guadalajara, Unidad 141. mipreynoso@yahoo.com.mx