Especialistas en transparencia y académicos coincidieron en que los sindicatos han abusado de la “autonomía sindical”, amparada por la Organización Internacional del Trabajo, para manejarse en la opacidad y negarse a entregar información que es pública.
La comisionada del IFAI, Jacqueline Peschard, aseguró que las organizaciones gremiales “pelean” para no dar información, aun cuando la Constitución señala que los recursos que vienen del erario son públicos y se debe conocer su origen y destino.
En la presentación del libro La transparencia sindical, otra larga marcha, organizada por la Fundación Friedrich Ebert y la Red por la Rendición de Cuentas, Peschard consideró que las movilización de la CNTE lejos de ir a favor de la transparencia, son por una defensa a la opacidad.
“Cuando veo que del corporativismo han surgido disidencias sindicales como la CNTE, donde su movilización lejos de ir a favor de la transparencia, como contraste frente al dominio del SNTE, encontramos todo lo contrario, es una defensa de la opacidad y de los recursos que reciben, quien sabe porque o cómo”.
Luis Emilio Giménez Cacho, coordinador de la Unidad Técnica de Servicios de Información y Documentación del IFE y autor de La transparencia sindical, otra larga marcha, expresó que sin transparencia no solo pierden los sindicatos, también lo hace el país.
Señaló que es de interés público que haya buenos sindicatos en México, pero para ello, hay que cambiar las bases sobre las que se asienta el sindicalismo, porque es necesario construir nuevas leyes en favor de los asalariados donde se privilegie el interés individual sobre el interés colectivo.
Mauricio Merino, investigador del CIDE, dijo que gracias a la rendición de cuentas a la apertura de la información, hemos podido conocer datos que eran ocultos como los contratos colectivos de trabajo, las tomas de nota, pero no son resultado de la voluntad de los sindicatos o los patrones.
“Las enormes cantidades de recursos que fluyen hacia el SNTE o el sindicato de Pemex hoy todavía son un motivo de preocupación, de debate público, porque independientemente de la voluntad de los trabajadores, los recursos del erario público todavía no sabemos bien a bien a dónde va, cómo se usa o que destinos tiene”.
Recordó escándalos casos como el “Pemexgate”, donde dinero público terminó en las arcas del PRI para favorecer una candidatura presidencial de Francisco Labastida o recientemente el caso de la líder del SNTE, Elba Esther Gordillo, que está presa precisamente por haber sido acusada del mal uso de los recursos de los trabajadores de la educación.
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