Como es natural, intereses de grupo impregnan los debates acerca de la política educativa y confunden las perspectivas. Un repaso breve a los hechos de la semana acaso pruebe el punto.
1. Los diputados escuchan sin debatir. Esta semana comenzaron las audiencias públicas en la Cámara de Diputados, con miras a perfilar, se dice, el fin de la Reforma Educativa del gobierno de Peña Nieto y enterrar la evaluación punitiva. La facción mayoritaria del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación acudió a reiterar lo que expresa en los medios y la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación lo que manifiesta en calles y vías de ferrocarril. La cuadrilla que comanda Alfonso Cepeda Salas apoya la iniciativa del presidente López Obrador sin quitarle una coma. La CNTE quiere abrogar todo. La participación de académicos y organizaciones sociales se distinguió por la escasa pluralidad. Obvio, Morena y aliados son mayoría y querían escuchar sus planteamientos, que se enfocaron más a denostar el pasado inmediato que a profundizar en la propuesta. Hubo quien recordó la fracción VII del artículo 3º y pidió que se consagre de nuevo la autonomía universitaria.
2. El martes 6, los partidos de oposición —que hicieron suya una propuesta de académicos— presentaron una iniciativa que no contradice la del presidente López Obrador, pero mantiene la autonomía del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, aunque con otro nombre y funciones más amplias y, a la vez, reduce el peso de la evaluación estandarizada. En mi entrega del miércoles 13 haré una reseña de ella. Advierto que tiene dos vertientes: 1) Las fracciones de Movimiento Ciudadano y de los partidos Acción Nacional, de la Revolución Democrática y Revolucionario Institucional le manifiestan al Presidente que no le otorgarán la mayoría calificada para aprobar su iniciativa. 2) Pero que tampoco defienden el estatus actual. Le tienden una mano y le ofrecen un instrumento para evitar que quede cautivo en las redes de la CNTE.
3. La CNTE, una federación de grupos con intereses disímbolos, tiene en su ADN político nunca ceder y oponerse a cualquier gobierno. No sólo insulta al presidente López Obrador objetando que su iniciativa es neoliberal, sino que también mantiene el bloqueo a las vías ferroviarias en partes de Michoacán. El mandatario quiere salir de esas mallas, “no nos merecemos ese trato”, dijo y luego solicitó la intervención de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos. La respuesta de la CNDH fue dura. Las autoridades expresaron: “están obligadas a proteger y garantizar, en el ámbito de sus atribuciones, los derechos de las personas, mandato al que no pueden renunciar o pretender delegar a terceras instancias”.
4. La huelga del Sindicato Único de Trabajadores de la Universidad Autónoma Metropolitana parece un sinsentido. Los líderes saben que la UAM no puede ofrecer más, que en cuestiones salariales no es autónoma y aun así se embarcaron en una aventura. Incluso, organizaron una marcha hacia la SEP; también desafían al Presidente. Escribo el sábado por la mañana, hoy, habrá pláticas de conciliación. Si no hay solución, es posible que se prolongue varias semanas. La anterior duró 64 días.
Las audiencias en la Cámara de Diputados no generaron debates, fue una reiteración de posturas de los diferentes actores. Los litigios serios vendrán cuando se discutan las iniciativas del Presidente y de los partidos opositores, junto con otras que sólo ajustan parcelas. Al Presidente se le hace tarde en Michoacán, la disidencia magisterial desoye sus llamados y él no quiere romper las trampas de la CNTE usando el poder del Estado. Y ahora los jefes del SITUAM también quieren que les resuelva su pliego. Parece que las cosas seguirán movidas.