Sergio Martínez Dunstan
En mis colaboraciones anteriores he analizado la realidad educativa con énfasis en educación básica en aras de descubrir el proyecto educativo y la estrategia de implementación incluso antes de su definición concreta y formal. Confirmé algunas de mis suposiciones en el discurso que Esteban Moctezuma Barragán , titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), expuso durante la presentación de los resultados de la Consulta Nacional por una Educación de Calidad con Equidad, el pasado 6 de diciembre (https://goo.gl/kH2pX2). Basta recordar que los resultados de la consulta serán la base del Acuerdo Nacional que guiará el trabajo del sector educativo durante todo este gobierno, según se mencionó.
Respecto a las suposiciones que pude comprobar, van algunos ejemplos:
1. En Volver al Futuro ¿hacia una nueva era para la educación? (https://goo.gl/WjjXAY) expuse la experiencia de Esteban Moctezuma con el Compromiso Social por la Calidad y Equidad Educativa Asociación Civil que ha estado operando desde 2002. Considero que el Compromiso Social constituye la columna vertebral del proyecto educativo. Por ello, cuestioné: ¿Este Compromiso Social mutará hacia un Acuerdo Nacional sobre la Educación? ¿Será la solución a la mal llamada Reforma Educativa?
2. En ‘Continuidad y cambio. Proyecciones sobre la formación de los docentes en educación básica’ (https://goo.gl/2vCqAn) aludí a la Academia Nacional de Directores, mencionada en “10 preguntas por la educación”.
3. En “Mucho ruido y pocas nueces ¿cómo se concretará el proyecto educativo” (https://goo.gl/avJrUf) escribí sobre lo que leí entrelíneas en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal recientemente reformada.
4. En “Modelos de evaluación docente: Entre el clientelismo, el credencialismo y la meritocracia” (https://goo.gl/Fdt3jR) hablé sobre el polémico Escalafón de los Trabajadores de la Secretaría de Educación Pública que Esteban Moctezuma mencionó también en una entrevista radiofónica (https://goo.gl/kD3KXx).
Indudablemente, el tema más recurrente, polémico y sensible es la evaluación de los docentes. En la referida presentación de resultados, Moctezuma Barragán señaló que el maestro acepta la evaluación, pero rechaza lo punitivo de la misma, que esté ligada a la permanencia en el empleo. Esta idea la retoma la SEP y sustenta su posición en el estudio de la Fundación Bill y Melinda Gates, promovido en todo el mundo y adoptado por muchos países. En esta investigación se concluyó que los países que ligaron la evaluación con el tema laboral no aumentaron el logro académico en los alumnos y sí, en cambio, perjudicaron a los maestros en su tarea docente.
Las nuevas evaluaciones docentes, anunció Esteban Moctezuma, tendrán un carácter diagnóstico: “servirán para […] ofrecerles formación y capacitación a los maestros, [estarán] diferenciadas por regiones, no [serán] punitivas y nunca [estarán] ligadas al tema laboral, sino […] a la capacitación permanente, a la formación continua que deben tener maestras y maestros de México”.
La gran diferencia que encuentro en relación con la política educativa de la administración anterior es la postura respecto a los docentes. Uno de los hallazgos de los resultados preliminares de la mencionada Consulta es el relativo al magisterio y a la profesión docente. El propio Moctezuma Barragán mencionó que en el sexenio anterior el magisterio fue maltratado mediante campañas encaminadas a denigrar la profesión docente. En contraparte, resaltó que los maestros mexicanos se han distinguido por su preparación por “la profundidad y el conocimiento de su materia”; su responsabilidad, ya que están “comprometidos en cuerpo y alma con su tarea docente”; así como con el amor por sus alumnos, “que quieren a las niñas y a los niños, y a los jóvenes que educan”. Por ello, en la política educativa actual se busca revalorar la función magisterial. Esto me trae a la memoria el Acuerdo Nacional para la Modernización de Educación Básica de 1992 (https://goo.gl/r5KdWY) en el cual se hablaba también de la revalorización de la función magisterial considerando seis aspectos: formación del maestro; actualización, capacitación y superación del magisterio en ejercicio; salario profesional; vivienda; la carrera magisterial, y el nuevo aprecio social al maestro.
Otro descubrimiento de la Consulta, según menciona en su discurso Esteban Moctezuma, se relaciona con la promoción de una “educación para formar a personas comprometidas con su comunidad, personas conscientes del medio ambiente, mexicanos solidarios con su país, ciudadanos responsables y con valores (…). Se busca que la premisa de la educación, desde la inicial hasta la universitaria sea educar para la vida”. Este ‘hallazgo’ es concordante con los fines de la educación, el mexicano que queremos formar, precisado en el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria. Desde mi particular punto de vista, la Reforma Integral a la Educación Básica (RIEB), conocida como Acuerdo [Secretarial] 592, pondera el desarrollo de las competencias para el trabajo. Mientras que, en el Modelo Educativo para la Educación Obligatoria, se busca desarrollar aprendizajes clave (al final de cuentas son en realidad competencias) para la vida. Según parece, el enfoque competencial incluiría ambos planteamientos: educar para el trabajo y para la vida. Textualmente Moctezuma Barragán expresó que: “los universitarios no sólo forman profesionistas, sino que desarrollan personas con valores, conocimiento y capacidades adecuadas para desarrollarse plenamente en la actual era del conocimiento, y formarse con civismo y solidaridad social.”
Detecto algunos tópicos que se retomarán de la política educativa anterior: Escuelas de tiempo completo; reducción de la descarga administrativa; fortalecimiento del normalismo como la base de la formación magisterial, a fin de desarrollar la vocación y capacidades pedagógicas; el rescate de la cultura de las poblaciones indígenas; la educación especial; entrega directa de los beneficios y recursos que la SEP envía a las escuelas; infraestructura digna; la capacitación a los directores, supervisores y Asesores Técnicos Pedagógicos; la equidad, y la calidad.
Vale la pena destacar algunos aspectos en la citada presentación de resultados que desde mi punto de vista son relevantes, si no precisamente innovadores, tales como la elaboración de un modelo para la educación (escuelas) multigrado, el acompañamiento y compromiso de los padres de familia en la educación de sus hijos, el cambio de la escuela en un verdadero Centro Comunitario de Aprendizaje.
En su discurso Esteban Moctezuma reveló dos acciones inmediatas a realizar:
1.- Se pondrá al servicio de todo el magisterio la Línea Maestro Cero en Conducta, como si fuese un 911, para denunciar cualquier irregularidad o hechos de corrupción (venta de plazas, problemas de acoso, falta de presupuesto, desviaciones de recursos, entre otros).
2.- Se enviará una iniciativa de reforma a la Constitución mediante la cual se abrogará la “mal llamada Reforma Educativa” para comenzar a construir la transformación educativa, implementar las acciones correspondientes y sentar las bases de una nueva escuela mexicana.
Hace algunos días, en la reunión con miembros del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Andrés Manuel López Obrador recurrió a la parábola del vino nuevo en odres viejos. Quiso decir, según interpreto, que la política de su administración no encaja en los viejos moldes. Que la visión del actual gobierno es discordante con la forma de pensar de los actores que validaron la reforma educativa. Difiere, sobre todo, respecto a la postura ante el magisterio y la evaluación del desempeño, que desde mi punto de vista responden a los compromisos inherentes al ardid político-electoral maquinado para ganar el voto de los profesores. Por lo demás, veo muchas más coincidencias que divergencias entre ambas políticas. En lo estrictamente educativo, dejando de lado los aspectos sindicales y laborales, pareciera más, verter vino viejo en odres viejos.
Carpe diem quam minimun credula postero
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