Un tropel de comentarios estalló a partir del momento en que Esteban Moctezuma Barragán anunció que Gilberto Guevara Niebla sería el encargado de la Equidad para la Educación en el futuro gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Guevara Niebla no es un personaje cualquiera; es figura nacional, fue uno de los dirigentes más destacados del movimiento de 1968.
Aclaración. Conozco y me considero amigo de Gilberto. He participado con él en aventuras intelectuales y también he aprendido de su sabiduría y carácter. Lo respeto y estoy convencido de que pondrá todo su empeño en realizar una tarea decorosa. Como pocos, tiene conocimiento del sistema educativo mexicano.
No voy a participar en el debate para considerar si su designación es buena o mala; me interesa descifrar por qué AMLO y EMB lo escogieron. Pienso que hay varios mensajes que se empalman en esa designación. Aunque buena parte de mi escrito de hoy es especulativa —de adivinanzas, dice mi amigo, El Maestro—, pienso que vale la pena otear qué hay detrás de su nominación.
GGN es un crítico contumaz de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y de sus métodos de lucha violentos; también de los líderes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, tan apegados a modos corruptos. Además, expresó críticas a López Obrador cuando era candidato y decía que iba a desmantelar la Reforma Educativa. Pero, más que nada, Gilberto, con su pluma y acción en el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, es un defensor de la reforma y sus alcances. Su libro Poder para el maestro, poder para la escuela: La reforma educativa 2013 (México: Cal y Arena, 2016) es un ejemplo elocuente de ello.
Antes de comenzar con mi especulación, permítaseme recurrir a la autoridad de Nicolás Maquiavelo. En el capítulo XXII de El príncipe, habla de los ministros o secretarios de los gobernantes: “No es una cosa de poca importancia para los príncipes la buena elección de sus ministros, los cuales son buenos o malos, según la prudencia usada en dicha elección… hay tres especies de cerebros. Los primeros piensan y obran por sí y ante sí; los segundos, poco aptos para inventar, poseen capacidad selectiva en el atenerse a lo que les proponen otros; los terceros no conciben nada por sí mismos…”. Estimo que GGN tiene un cerebro de la primera especie: independencia de criterio, pensamiento innovador e iniciativa personal.
Escoger a Guevara Niebla, después de las críticas que le hizo, habla bien de AMLO, parece que sí dejó atrás el rencor y el ansia de empequeñecer a sus enjuiciadores. Pero a fe mía que la designación busca también marcar distancias y dejar de asustar a quienes defendieron y creen en la reforma. Aunque nada es definitivo, percibo tres avisos.
Primero, a la CNTE, si bien AMLO buscará dialogar con sus líderes y hacer ciertas concesiones, les notifica que no abrogará la Reforma Educativa; no que la Constitución sea intocable, pero no pretende echar todo para abajo.
Segundo, a los seguidores de Elba Esther Gordillo y a la corriente dominante en el SNTE. Si bien el Poder Judicial ya absolvió a la señora Gordillo, no pienso que AMLO quiera cargar con el desprestigio que acarrea. Tampoco creo que quiera darle puestos dentro de la SEP a sus fieles. Acaso GGN simbolice que no desea que los líderes del SNTE recolonicen el gobierno de la educación básica. El Presidente electo aspira a que su equipo conquiste la rectoría en ese territorio.
Tercero, al gobierno saliente. Sí habrá cambios en la Reforma Educativa, pero no radicales. Se sostendrán los pilares pedagógicos, aunque sí habrá mudanzas en la estructura burocrática y el Servicio Profesional Docente. Se les bajará el peso a los atributos del Estado evaluador.
Puede haber otras razones, pero me quedo con esas conjeturas. Imagino que GGN pronto renunciará al INEE. No pienso que quiera poner en duda su autonomía.
RETAZOS
En mi artículo del domingo 12 escribí que el SNTE nunca acusó a la señora Gordillo de fraude —o robo o lo que fuera— de las arcas sindicales. Aventuré, en tono de duda, que Juan Díaz de la Torre firmaba, junto con el comisionado de finanzas, las transferencias que iban a una cuenta de ella. Díaz de la Torre ya respondió. Afirmó que entre sus facultades no estaba liberar cheques a los presuntos operadores financieros de EEG. Sin embargo, la pregunta sigue firme, ¿por qué el SNTE nunca la demandó por la falta de mil 978 millones, 393 mil 241 pesos?