Wenceslao Vargas Márquez
En ningún momento de los seis años de gobierno del sexenio federal que concluye se atrevió nadie de las dirigencias seccionales y nacional del SNTE, ni sus diputados vía Panal, a plantear en voz alta (o baja, no importa; o con voz meliflua, pero tampoco) a que la SEP y el INEE desvincularan la evaluación docente y la permanencia en el empleo. Jamás. Hemos argumentado al respecto en una nota precedente.
Fue hasta después de las elecciones federales del primero de julio y la derrota de la simbiosis PRI-Panal, y de los múltiples candidatos magisteriales con raíces en el SNTE, en que para acomodar el discurso la dirigencia nacional se dio un viraje para agarrar aire (y valor) y plantear por vez primera que se desvincule evaluación y permanencia, tema único de resistencia por el que fue a prisión Elba Esther Gordillo en febrero de 2013. Los supuestos delitos fueron inventos.
El CEN del SNTE planteó por primera vez el tema a las reporteras Martínez y Poy, en ese orden, para sus respectivos medios los días uno y dos del agosto en curso. La primera reportera le pregunto al entrevistado, dirigente nacional del SNTE, lo siguiente: “¿La CNTE tenía razón cuando dijo que al ley era punitiva? R.- La CNTE dijo que era punitiva porque condicionaba la permanencia. Hoy ratifico que no puede estar ligada la permanencia de los maestros al sistema, a la evaluación del desempeño”. En realidad ese “ratifico” es impropio, se pronunciaba por primera vez el planteamiento de manera que la “ratificación” no existe. Es una falsedad. La ratificación no existe.
La segunda reportera planteó, en su oportunidad, como quinta pregunta de su propia entrevista, lo siguiente: “5. ¿Es posible evaluar al docente sin atar los resultados a su permanencia en el servicio? R: Claro que es posible. Como sindicato, en diciembre de 2012 y durante los primeros meses de 2013, al darse los primeros debates sobre la legislación en materia de educación, dijimos: Respetaremos siempre el estado de derecho; asumimos corresponsablemente el fortalecimiento de la escuela pública impulsando la transformación del sistema educativo que signifique un beneficio para el pueblo de México; demandamos que esa transformación no significara la pérdida de derechos adquiridos por parte de los trabajadores de la educación”.
La respuesta es más larga y no tiene caso transcribirla entera, por aburrida. Sólo rescatemos que si el presidente del SNTE declaró en ella que el sindicato se inconformó “en diciembre de 2012 y durante los primeros meses de 2013” es más claro declarar que el sindicato se inconformó vía la voz de Elba Esther Gordillo quien era la dirigente nacional en esas fechas. ¿Por qué el hecho sin el nombre propio? ¡Es obvio! (Yo mismo me enojo por las preguntas que hago, perdón).
Además, el que la reforma educativa no implicara “pérdida de derechos adquiridos” también fue ficción. Se perdió la estabilidad en el empleo docente y se perdió la posibilidad de que un profesor al jubilarse propusiera al titular de su vacante. A este proceso muchos (folklóricamente) le llaman “herencia de plazas” y lo supusieron ilegal pero el dato es falso. Lo hemos dicho otras veces: la posibilidad legal de proponer vacantes se halla (hasta hoy) en el art.62 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado. La posibilidad sigue vigente… pero ya no para los docentes del SNTE, y aun así se habla de que no se perdieron derechos con la reforma educativa.
El sindicato dejó de representar a los trabajadores en dos frentes, en lo laboral y en lo político. Laboralmente desde la reforma educativa de 2013, y políticamente desde las elecciones nacionales de julio cuando el elector agremiado al SNTE se desplazó (en 8 de cada diez) hacia Morena y sus gobiernos en busca de una satisfacción a tantos agravios. Así, todas las estructuras de mando actuales se convirtieron en dirigencias parasitarias que nada representan para el trabajador.
Nos ha tocado conocer de conflictos laborales por los más dispares motivos desde el año 2013 y en la mayoría de los casos se le orienta al trabajador en conflicto, por parte de los mismos dirigentes, que se busque un abogado porque el SNTE no tiene cómo ayudar… a menos que se le turne el caso al propio abogado sindical. De hecho la reforma estatutaria sexenal del SNTE (se reforman cada seis años para adaptarse a la ambición del momento) de febrero de 2018, anunciada en Jalisco, debió crear un Titular de Asuntos Jurídicos para Primarias, un Titular de Asuntos Jurídicos para Secundarias, etc., porque sus políticos sindicales renunciaron a su capacidad de negociación política.
Se ocupan los dirigentes en los últimos días de ir acomodando el discurso a la realidad política que nació el primero de julio. Dicen que han peleado por la desvinculación de la evaluación y la permanencia en el empleo y que por eso ahora “ratifican”. Es falso. La única dirigente que peleó eso fue Gordillo y por eso fue a prisión. Penosas maneras de adaptar su discurso a una realidad que cambió. ¿Cuál es su verdadera preocupación actual? La preocupación por las playas, por los popotes y por la vaquita marina. La reforma educativa del 2013 convirtió al SNTE, ante la renuncia a su capacidad política, en una mezcla de bufete de abogados y sucursal de Green Peace. No tardará mucho para que digan ahora que también gracias a ellos quedó en libertad Elba Esther.
Twitter @WenceslaoXalapa