La escuela pública es la escuela de todos nosotros, es el producto del triunfo de la revolución de 1910 en su legado social, es el espacio en donde niños, niñas, jóvenes y adolescentes mexicanos pueden trazar un horizonte formativo pensado en la posibilidad de desplegar todas sus habilidades y potencialidades. La escuela pública ha cambiado y se ha reconfigurado a lo largo de la historia la reciente y la que no lo ha sido tanto.
Es por esto que en el debate actual, es donde se pone en juego el compromiso en educción del nuevo gobierno, el asunto de fondo muy de fondo es la defensa y el desarrollo de la escuela pública mexicana. Para ello podríamos iniciar con una pregunta que está más ligada a la investigación y a la producción de conocimientos: ¿Cuál es el estado actual que guarda la escuela pública mexicana sobre todo en sus ciclos básicos?
La pregunta no tiene ni una sola, ni única respuesta; se cruza con la diversidad y complejidad del sistema. Algunas regularidades:
- Ha habido en los últimos años un descuido gubernamental al desatender (o ignorar) los requerimientos institucionales de la escuela pública, no sólo en lo material o en infraestructura, también en lo cultural y sobre todo en el terreno simbólico, ¿Qué le ha representado a los gobiernos la escuela pública?
- El descuido se ha asociado con el desmantelamiento de la escuela pública. La fuerte tendencia privatizadora de los últimos años al colocar el servicio educativo como una mercancía más y al anteponer la venta por encima del servicio, ha hervido para ensanchar aún más la brecha de oportunidades e incrementado los rezagos. La educación para los pobres ha sido por consecuencia cada vez más pobre.
- En el último sexenio se terminó desconfiando de los docentes y de su trabajo, la reforma educativa en el fondo ha sido una estrategias global para golpear y desarticular al magisterio mexicano, a partir de la amenaza de la evaluación. Junto a ello se crearon los estigmas de docentes idóneos y no idóneos. Esto sucede en un país en donde ni el presidente de la república ni sus tres secretarios de educación fueron idóneos en el puesto que la sociedad les delegó.
- La escuela pública pasó a vivir un complejo proceso de invisibilización, de las demandas, los requerimientos, se terminó trasladando las responsabilidades a la sociedad, a los padres de familia, se creó un sistema de becas a modo de zanahorias que deberán ser perseguidas por los conejos, sin que logren alcanzarlas. La escuela pública dejó de ser prioridad nacional con relación a como lo fue en su origen.
El asunto se ha sobre politizado incluso los grupos disidentes del magisterio en donde se supone debería descansar la vanguardia en la defensa de la escuela pública, han puesto por encima sus intereses políticos e ideológicos y han contribuido muy poco en defender los principios públicos de la escuela pública.
El nuevo gobierno tiene tres grandes retos: a) la justicia educativa, b) la equidad educativa y c) el rescate de lo valioso en la trayectoria de la escuela pública mexicana. Aquí deberán visibilizarse los docentes como verdaderos intelectuales que defienden y saben hacerlo lo concerniente a la escuela pública, la fusión entre la escuela y la comunidad deberá reinventarse y los recursos deberán fluir hasta abajo en donde realmente se necesitan.
La escuela pública es el legado más importante de la historia del sistema educativo nacional, es compromiso de todos los y las educadores mexicanos defenderla y honrarla como lo hicieron los maestros del pasado que con muy pocos recursos hicieron mucho por ella.