*Jesús Andriano
A unas semanas de terminar el periodo vacacional para más de 25 millones de estudiantes, e iniciar el nuevo ciclo escolar 2018-2019, las actividades en las escuelas retoman su cauce y los objetivos para atender el nuevo modelo educativo se convierten en una prioridad esencialmente para los maestros; como parte de la estrategia para que todos los docentes conozcan e identifiquen la intención de los aprendizajes clave, la SEP anunció que para el inicio del ciclo se contemplan dos semanas de trabajo colegiado, en la primera la actualización sobre los programas de estudio y en la segunda, la fase intensiva del Consejo Técnico Escolar, cuyo propósito es construir la ruta de mejora para atender el trabajo escolar.
En la primer semana con la finalidad de que los maestros tengan un acercamiento a los planes y programas de estudio, e identifiquen los materiales educativos, se diseñaron las guías de trabajo para la semana nacional de actualización, en la que se les solicita a los docentes después de un receso escolar, conocer los planteamientos curriculares, las orientaciones didácticas, la evaluación formativa, los nuevos materiales educativos, la implementación de la autonomía curricular, así como las acciones encaminadas en el planificación del inicio del ciclo escolar. La tarea se plantea de manera sencilla, ya que se argumenta que el acercamiento al nuevo modelo ha sido progresivo desde anunciamiento hasta la fecha, mediante los diferentes cursos que se ofertaron en línea, el avance de documentos oficiales para conocer los principios pedagógicos del nuevo modelo, así como el estudio individualizado de cada uno de los docentes para identificar los principios básicos del documento aprendizajes clave, e incluso en el mismo documento se enfatiza que hay una familiaridad con los programas de estudio anteriores, por lo tanto se asume, que ante una relación con los planes y programas anteriores difícilmente los docentes desconocerán la propuesta del nuevo modelo educativo.
Sin duda la construcción de referentes comunes o básicos puede colaborar para que los docentes conozcan la intencionalidad del nuevo modelo; sin embargo uno de los objetivos que el plan y programa plantea, se encuentra en lograr transformar la práctica docente, con la intención que esta se acerque lo más posible a los planteamientos centrales y al enfoque del currículo, para que los alumnos logren los aprendizajes clave. Implementar un plan de estudios y asumir que se transforme la práctica docente, suele ser arriesgado o asumir que a partir de las buenas intenciones de los docentes se va a transformar la práctica educativa, es adjudicarle la responsabilidad anticipada al maestro sobre el resultado de una reforma que desde su origen vive en constante tensión. Fullan (2001) plantea que el rol del docente suele transformarse si se vincula su actuar con su agencia de cambio. Se denomina agencia a la capacidad de una persona para actuar en el contexto, en dicha habilidad se definen metas de forma autónoma y objetivos para lograr el cambio.
Un agente de cambio se caracteriza por estar insatisfecho con la realidad actual, y por querer contribuir a mejorarla; por lo tanto tiene el valor de asumir riesgos, con la intención de enriquecer para mejorar su entorno; logra ver posibilidades en una situación en donde los otros ven limitaciones; inspira a otros con su visión y posee la habilidad de procurar el bien social, antes del bien individual. De acuerdo con Fullan (2001), para convertirse en agente de cambio, el docente necesita adquirir cuatro capacidades básicas; la primera construir y actuar en congruencia con una visión personal, la cual consiste en examinar y reexaminar las razones y motivos para ser docente, la visión del docente debe construirse con base en el razonamiento y relacionarse con el mejoramiento de la sociedad; la segunda dominar los contenidos de la profesión, los conocimientos que abarcan, desde los contenidos del curso que se imparte, hasta el conocimiento y aplicación de teorías, principios, conceptos, técnicas y métodos necesarios para lograr metas y objetivos educativos planeados. No es suficiente con que el docente se exponga a nuevas ideas y técnicas; es necesario que reflexione sobre lo que hace y se habilite en nuevas técnicas de enseñanza y aprendizaje.
La tercera capacidad es poder trabajar en colaboración, esencial tanto para el aprendizaje personal de los docentes, como para el mejoramiento organizacional de las escuelas, sabedores de que la participación de los docentes contribuye a lo solicitado en la segunda semana de trabajo en la construcción de la ruta de mejora. Para obtener conocimientos en colaboración, el docente debe tener la capacidad de establecer relaciones y lazos sociales con todos los actores educativos, con la intención de mejorar el entorno educativo. Y por último emplear la investigación para mejorar la práctica; el docente como agente activo en la escuela es capaz de reflexionar sobre su propia práctica, lo que le permite identificar y diagnosticar problemas e intervenir utilizando metodologías apropiadas.
La docencia es una acción privilegiada, que implica la profesionalización y no solo el compromiso de actualizarse en una jornada de trabajo. Capacitar al docente a partir de la información es posicionarlo en el limbo, es dejarlo a la reserva de un marco de interpretación sobre la idea de aquello que debe ser; es necesario reorientar los marcos de referencia de la profesionalización para transformar intelectualmente el quehacer de la docencia.
No se trata de perfeccionar la docencia a partir de la asimilación y capacitación de nuevos planes y programas de estudio, simplemente hay que desarrollar hábitos intelectuales en los docentes para que orienten la generación de la información al posible conocimiento, asuman el sentido de la argumentación, así como la elaboración de diversas estrategias que atiendan las necesidades educativas de los alumnos, con la intención de que se contribuya a los aprendizajes, independientemente si son clave o no dentro de la propuesta de un modelo educativo. Los maestros de una escuela son los mediadores de las reformas educativas porque son los responsables del proceso de enseñar y del monitoreo de aprendizaje; pero su forma de mediar depende en gran medida de la calidad de capacitación que se les brinde.
*Docente investigador interdisciplinario de la Escuela Normal de Tecámac. Colaborador de Voces Normalistas