En Aguascalientes, el Delegado Especial en la Sección 1 del SNTE, José Luis Briones Briseño, y el representante del CEN, Jesús Salomé Rodríguez, encabezaron una reunión del Comité Ejecutivo Seccional con el propósito de respaldar al presidente del SNTE, Juan Díaz de la Torre. La convocatoria no encontró mayor respuesta, según se observa en la foto, publicada en el propio portal del sindicato.
Francisco Javier García Zapata
Hay indicios de que es cuestión de días para que Juan Díaz deje la presidencia nacional del SNTE, y la fecha sólo depende de que se concrete algún arreglo para darle forma a su salida sin hacer muchas olas; será de una tersura inversamente proporcional a la resistencia. Ocurrirá mucho antes de que comience el próximo ciclo escolar, el primero y quizá único en el que se aplique la tan llevada y traída Reforma Educativa de Peña Nieto.
Así lo señalan diversas voces en las filas magisteriales, las cuales aluden a varios acontecimientos como aceleradores de la defenestración de quien alguna vez fue el principal operador político de Elba Esther Gordillo, y que luego tomó su lugar con resultados que los maestros califican de desastrosos. Su gestión es considerada de tal manera pésima, que casi por aclamación un significativo número de agremiados pide el retorno de La Maestra.
Los primeros hechos específicos y a la vista son el triunfo de López Obrador, la formalización de Esteban Moctezuma Barragán como próximo titular de Educación, la confirmación oficial de que la Reforma Educativa del gobierno peñista será revertida y la descentralización física de administración federal.
El peso de todos estos elementos es suficiente para causar un derrumbe. Pero lo que hace correr más rápido las aguas es que Moctezuma Barragán necesita ponerse ya a chambear tanto en el modelo que sustituirá a la Reforma Educativa peñista como en la mudanza de la SEP hacia tierras poblanas.
López Obrador y quien será su Secretario de Educación han señalado que la nueva propuesta deberá ser fruto del trabajo conjunto y consensuado de todos los protagonistas del quehacer educativo, los maestros entre ellos por supuesto, con lo cual se le dará la mayor legitimidad, consistencia y aceptación al proyecto.
Es de creer que para ello se requerirá del sector magisterial un interlocutor válido, legítimo y legitimado, con representatividad y liderazgo, con ascendiente y respaldo entre los maestros, la mayoría de los cuales optó por la oferta lopezobradorista. Si nos atenemos al ambiente que prevalece en el gremio, ninguna de esas cualidades hacen brillar hoy a Juan Díaz, quien por el contrario está en su punto más bajo de aceptación, sin capital político para negociar.
De igual manera, se perciben por lo menos dos vertientes de una ofensiva concertada contra la actual dirigencia magisterial, que ha resentido los efectos y se apresta a atrincherarse, aunque no se ve algún soporte del cual pueda asirse. La primera vertiente es la acentuación de los cuestionamientos jurídicos; la otra, en respaldo, una intensa campaña en las redes sociales.
¿Por qué ahora, hasta ahora, luego de un lustro, se muestra rigor contra lo que se considera una imposición o un asalto de Díaz de la Torre a la dirigencia?
Justamente por su desempeño. Al haber caminado del brazo de quienes los maestros consideran adversarios naturales, o al menos contraparte en la relación laboral, Díaz perdió la oportunidad para legitimar por el ejercicio del poder lo que era cuestionable por origen.
Hay que tener presente asimismo que la política es de oportunidades, de momentos propicios (de coyunturas, dicen algunos). Y el cambio de colores y visiones en la administración federal genera sobradamente esa circunstancia. Colores y visiones que, por si hace falta recordarlo, no son los que la dirigencia nacional del SNTE respaldó en las elecciones recientes, y en cambio tuvieron en los trabajadores de la educación unos de sus más fervientes promotores.
Por otra parte, en las redes sociales, santificadas por López Obrador, crece el golpeteo ante las dudas de que sólo sea una acertada administración y un poco de buena suerte lo que ha convertido en millonario, a los 30 años de edad, a un vástago de Juan Díaz.
Los pasos que Díaz de la Torre y sus cercanos escuchan en la azotea los llevó a reconocer de inmediato el triunfo de AMLO y manifestarse a sus órdenes, así como a convocar a una reunión nacional de secretariado en busca de asegurarse el respaldo y proyectar la imagen de que están en control del gremio. En los estados se realizan reuniones seccionales, sin mayor fortuna.
También se puso en acción el secretario general del SNTE, Alonso Cepeda Salas, quien se reunió a fines de la semana anterior con el Secretario Otto Granados Roldán, ante quien hizo una defensa de las Normales, y de paso reiteró el reconocimiento del SNTE a la Reforma Educativa, pues considera que gracias a ella “realmente se han elevado los niveles de calidad según la OCDE en los últimos años en México”, si bien “nosotros insistimos en que hay que mejorarla, revisarla y perfeccionarla” (http://cort.as/-8DW7).
Mientras tanto, en un lugar de la ciudad todavía sede de todas las secretarías, también se congregaron los integrantes de Maestros por México, con Tomas Vázquez Vigil a la cabeza, a fin de tomar acuerdos para impulsar la refundación del SNTE, mediante una estrategia que los lleve a tomar las riendas. Dicha agrupación cuenta con 153 comités (“capítulos”) en otras tantas ciudades, y tiene presencia en las 32 entidades del país, con los suficientes afiliados como para incidir y decidir en las secciones.
Si usted cree que MxM cuenta con el aliento y apoyo de Elba Esther Gordillo, y si cree que La Maestra no tarde en retornar, justo por esa puerta, está en lo cierto.
Es más, si cree que entre los hechos bajo cuerda está una alianza de La Maestra y el candidato triunfador, y que La Maestra tiene también en la mano los hilos de la CNTE, igualmente es certera su percepción. Al menos es lo que se escucha cada vez con mayor insistencia.
Valga acotar que en todo caso el próximo primer mandatario ha afirmado varias veces que será respetuoso de la vida interna de los sindicatos. Es decir, deja el campo abierto para una batalla a una sola caída, sin réferi pero con un previsible vencedor; eso sí, con límite de tiempo, que está a punto de agotarse.
Así que para Díaz de la Torre, Cepeda Salas, Silvia Luna y sus cercanos llegó el momento de recoger varas. Ya vienen otros, u otra, a lanzar los cohetes.