Wenceslao Vargas Márquez
El tema de revertir o no la reforma educativa ya no debe estar en el debate. Revertirla de inmediato es un mandato popular incontrovertible, una especie de Brexit, como la decisión inglesa que sacó a la Gran Bretaña de la Unión Europea, pero aquí un Brexit mexicano para rechazar una reforma educativa que tanto agravió a los docentes bajo complicidad sindical. Se trata de implementar, como consecuencia de una votación popular ya consumada, una salida a la trampa que la reforma significó.
¿Con cuáles elementos sostenemos esta afirmación de que este Brexit nacional es políticamente vinculante? Es simple: La opción electoral que propuso sistemáticamente la desaparición de la reforma educativa ganó las elecciones con más del 53% de los votos. Fundamentada así, la decisión es incontestable en cuanto a que ya nada hay qué debatir respecto de un sí o un no. Es un mandato de las urnas.
El debate ya se dio por un lapso de seis años y se hizo la votación el primero de julio. Nadie se puede quejar de precipitación ya que hubo un largo debate, extenso, entre asociaciones civiles, ONG’s, redes sociales, espacios académicos, medios de comunicación, padres de familia. Pocas discusiones acerca de una política pública mexicana (o ninguna) puede superar el largo tiempo dedicado a esta discusión: más de setenta meses que son los seis años completos del sexenio federal que concluye. No es una cifra menor.
Lo que debe estar ahora en la discusión es el cómo acatará este mandato popular el nuevo gobierno federal a cargo del ganador López Obrador y sus contraparte legislativa en el Congreso de la Unión, y cómo la ejecutará el también nuevo gobierno local a cargo del triunfador Cuitláhuac García Jiménez y del titular que designe en la SEV veracruzana, pieza clave en la implementación de este mandato popular. Deberá haber en la SEV 2018-24 la conciencia de que este Brexit existe y que es obligatorio acatarlo una vez cumplidas las formalidades institucionales del caso.
Queda revisar, además, y como parte de este proceso, las otras tareas del propuesto titular de la SEP, Moctezuma Barragán. Para abordar esta revisión debemos repetir que el sexenio federal es breve, seis años (cinco años y diez meses en realidad por la reforma electoral) son un suspiro, urge empezar el trabajo con una reflexión: el propuesto candidato para la SEP tiene como tarea principal reconstruir el tejido social y los vasos comunicantes entre autoridad y subordinados.
Consideramos que Moctezuma desahogará una agenda muy larga que implicará temas relacionados con los otros poderes del Estado, pero en sus tareas hay una lista de actividades que sólo dependen de su decisión administrativa. Vale la pena repetirlas. Son: 1) restituir en su empleo a los trabajadores despedidos; 2) pagar salarios caídos y resolver problemas de pago que llevan ya meses o años; 3) restituir adscripciones a personal agraviado removido por la pura y simple voluntad de algunas autoridades educativas; 4) indicar el desistimiento de la SEP en cualquier juicio laboral entablado contra trabajadores.
Para ejecutar estas tareas ya hemos propuesto tres trayectorias: la trayectoria a seguir con los empleados de la SEP central, la trayectoria de los trabajadores que dependen de gobiernos estatales del signo Morena, y las trayectorias de los trabajadores de gobiernos que no son del signo Morena. Esta es la agenda y el tiempo es breve. En un parpadeo habrá se agotado el sexenio. Moctezuma Barragán se convertirá entre julio y noviembre en una especie de representante sindical sustituto para quienes fuimos abandonados por el SNTE y secciones a nuestra suerte. Fuimos golpeados, humillados y escupidos y, sin sueldo, nos hemos mantenido de pie.
Estas dirigencias sindicales citadas, que sólo se rieron ante los atropellos derivados de la ley docente, han cumplido su cita con la historia. Los dirigentes sindicales salidos de sus filas como candidatos fueron derrotados en las urnas dentro del mismo tsunami electoral que cambió la geografía política del país. Aquí en confianza: se atrevieron todavía a pedirle al magisterio el voto para un escaño; la petición fue rechazada.
Las dirigencias nacional y seccionales del SNTE tendrán que presenciar, como convidados de piedra, la instrumentación del Brexit educativo obligatorio que ya viene. No puede ser de otra forma pues se enfrentan las dirigencias del SNTE a la paradoja de que defienden (en presente de indicativo) defienden, repito, rabiosamente la existencia y aplicación de la reforma educativa cuando el magisterio y el gobierno federal electo la rechazan. ¿Cómo le harán para romper la contradicción?
Como no tenemos quehacer, desde aquí observaremos con lupa cuál será la justificación cuando pongan sobre la mesa su retractación, su abjuración, su mea culpa, y comiencen a implementar el viraje.
Twitter @WenceslaoXalapa