El Tecnológico Nacional de México (TECNM) realiza las tres funciones que se le requieren a la mayoría de las instituciones de educación superior: docencia, investigación y vinculación. Respecto a la función de investigación el TECM apoya la investigación educativa de una manera particular.
El TECNM apoya, impulsa y fomenta la investigación educativa a través de la emisión de dos convocatorias al año (al menos 2017 y 2018), y sigue un camino que va desde el registro y aprobación de la línea de investigación, el registro y aprobación del proyecto de investigación, y culmina con el informe final de la investigación.
Para muchos investigadores el registro y la aprobación de líneas de investigación en un catálogo parece algo extraño…y lo es. Para quienes se dedican a hacer investigación, las líneas de investigación son una compleja maduración de las indagaciones que realiza el investigador a lo largo de su trayectoria académica que se engarza con el interés y las actividades que realiza la propia institución de educación superior.
Esto significa que la línea de investigación es definida tanto por el investigador como por la institución educativa. Sin embargo, en el caso del TECNM, la lógica para definir las líneas de investigación es distinta al menos por tres razones: por administrar el caos, por los perfiles disímiles de los profesores investigadores, pero también por una lógica que desconoce el objeto de estudio sobre el cual trabaja.
Quienes toman las decisiones en el TECNM consideran que deben planear y ordenar las líneas de investigación, en parte también por la diversidad de instituciones del propio TECNM (tecnológicos federales, descentralizados, centros de desarrollo). Para esta tarea de planeación y ordenamiento le pidieron al único centro de investigación educativa del propio TECNM la definición de tales líneas de investigación educativa. El resultado de esta solicitud y trabajo de discusión (suponiendo que se dio) fue la definición de seis líneas de investigación: Modelos educativos y currículo; Docencia y aprendizaje; Evaluación e indicadores de desempeño; TICS; Gestión Académica; y Entorno del proceso educativo.
¿Todo cabe en este jarrito sabiéndolo acomodar? En el sentido popular, sí. En la investigación educativa, la respuesta es no. La decisión del TECNM de ordenar el caos, ha llevado a los profesores-investigadores que presentan sus proyectos de investigación educativa puedan ser rechazados por falta de congruencia o correspondencia con la línea de investigación.
Si las líneas de investigación no fueran evaluadas – ¿olvidé mencionar que tienen vigencia de dos años? – o al menos se definieran lineamientos con perspectivas más abiertas para que el investigador y la institución definieran sus líneas de investigación, quizá el problema del rechazo de los proyectos de investigación educativa por la falta de correspondencia con la línea de investigación, podría arreglarse.
Esta perspectiva más abierta no genera un caos. El COMIE por ejemplo tiene diecisiete áreas temáticas y cada una de ellas tiene entre cinco y doce temas afines que podrían ser líneas de investigación. El DIE (del CINVESTAV), el IISUE (de la UNAM) o cualquier otro departamento, centro o instituto de investigación tienen líneas de investigación en las cuales fácilmente se identifica a los investigadores y los proyectos de investigación en curso a través de sus páginas web institucionales. En todos estos casos existen líneas de investigación sin tanta administración de la investigación.
La segunda razón para justificar el control de las líneas de investigación es la diversidad de perfiles de los profesores del TECNM. En el Tecnológico se tienen profesionistas sobre todo del área de ingeniería que se consideran ingenieros, pero no profesores de ingeniería. Los profesionales de la ingeniería que dan clases adquieren posgrados con relación directa o indirecta a la educación. ¿Qué tipo de investigación educativa (y línea de investigación) podría generarse de estos perfiles académicos? ¿Una investigación multidisciplinaria con métodos mixtos y referentes empíricos que ayudarían al lugar donde se producen? La respuesta es que no lo sabemos y quién sabe si se permita o se alcance a observar.
En otro momento para los interesados abordaremos los tipos de proyectos de investigación educativa que se generan en el TECNM. Por mientras llegamos a una interrogante quizá elemental ¿En el TecNM la administración de la investigación educativa es para mejorarla, apoyarla e impulsarla? La respuesta parece obvia, como parece obvio generar una propuesta sencilla para el problema expuesto líneas arriba: colocar en las propuestas y registros de proyecto de investigación, la línea de investigación a la que se pertenece (y quizá explicar brevemente por qué). Sin embargo, como lo saben los institucionalistas una vez que las cosas se instauran, aunque no funcionen, permanecen.