He leído y oído decir a AMLO que echará atrás a la reforma educativa porque fue impuesta por los organismos internacionales, porque su verdadera intención fue privatizar la educación pública, razón por la cual se denostó a los docentes y se les culpabilizó del fracaso educativo que ha tenido el país. Sin embargo, estos argumentos parecen más bien posiciones ideológicas que solo convencen a los fieles admiradores de AMLO. A falta de pruebas de lo dicho hasta ahora, AMLO ha sostenido que “la reforma educativa ha fracasado” ya que los resultados que arrojan las evaluaciones nacionales e internacionales de aprendizaje —como las que realiza la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), con la prueba PISA, y las que diseña el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), con las pruebas Planea—, han demostrado que el país ha retrocedido en materia educativa desde que se implementó la “mal llamada reforma educativa”.
No me extraña que AMLO afirme con ligereza lo anterior, dado que su propósito es claramente electoral: le habla al oído a los profesores disidentes de la CNTE, así como a muchos otros que están inconformes con ser evaluados, para ganarse su intención de voto. Tampoco sorprendería que crean en estos argumentos quienes estuvieron en contra de la reforma educativa todo el sexenio pasado. Todos ellos pareciera que piensan que existe una mano negra del capitalismo mundial que manipula a los gobiernos para hacer de los ciudadanos unos “zombis” que no piensen y que se rindan ante las intenciones maquiavélicas de las empresas transnacionales que desean privatizar la educación y para ello se deben correr a los docentes que actualmente trabajan en el Sistema Educativo Nacional.
Lo que me sorprende grandemente es que quien seguramente será el próximo secretario de educación de México, Esteban Moctezuma, repita los mismos argumentos de AMLO, sin darse cuenta de que éstos son de una ingenuidad enorme y que se sostienen solo por la fe ciega que se le tiene al líder de MORENA.
Para ejemplificar lo anterior, me referiré al tema de los bajos resultados de aprendizaje que AMLO afirma que son producto de la reforma educativa. Primero, lo más obvio. Cualquier reforma en educación, por más radical que sea, no puede impactar los resultados aprendizaje en un corto tiempo. Corea se tardó 50 años para transformar su sistema educativo, lo cual pudo lograr a través de un esfuerzo sostenido a lo largo de los años.
La razón es muy simple, para cambiar los aprendizajes de una generación de estudiantes se requiere que los cambios educativos puedan ser experimentados de forma completa por los alumnos. Para los preescolares, esto implica tres años de experimentar las reformas y para los estudiantes de educación media superior esto significa 15 años de trabajar con un nuevo modelo educativo. Por ello, queda claro que por ahora no es posible evaluar el impacto de la reforma educativa, aprobada en 2013, y cuya implementación apenas ha iniciando. De 1.5 millones de docentes de la educación obligatoria, apenas han ingresado por concurso cerca de 170 mil y a solo 300 mil se les ha evaluado su desempeño. Del Nuevo Modelo Educativo ni qué decir, apenas en 2018 se empezará a implementar.
Segundo, lo menos obvio. AMLO y Moctezuma aseveran que los resultados de aprendizaje de los estudiantes mexicanos se han deteriorado como consecuencia de la reforma educativa. Ya vimos que no tiene sustento esta aseveración. Pero más allá de este falso argumento, tampoco es cierto que los resultados de aprendizaje sean peores ahora que antes y, mucho menos, como producto de la reforma educativa. De hecho, México ha avanzado lentamente a lo largo del tiempo en las evaluaciones nacionales e internacionales. Lo anterior está muy bien documentado en el estudio publicado en este año por el INEE “Cambios y tendencias de aprendizaje en México: 2000-2015”. Para el caso de PISA, por ejemplo, en promedio los estudiantes incrementan sus puntuaciones en Matemáticas 1.11 puntos por año mientras que, en Lenguaje, su incremento es marginal. Analizar los cambios en las puntuaciones de una evaluación a otra, sin considerar la trayectoria histórica, como lo hacen AMLO y Moctezuma, es un error que solo se explica cuando se desconoce la forma de analizar e interpretar los resultados de las pruebas estandarizadas.
En síntesis, preocupa mucho que el candidato a la presidencia de la república de MORENA y el futuro secretario de educación de México hagan afirmaciones públicas que no puedan sustentar con la información empírica disponible, cuyas fuentes son altamente confiables: el INEE y la OCDE. Mi recomendación es que, el equipo de especialistas en materia educativa de AMLO se asesore de la institución especialista en evaluación de la educación mexicana (el INEE) ya que, de cualquier manera, las iniciativas educativas que implemente AMLO en su sexenio serán evaluadas por este organismo. No vaya a ser que sus opositores apliquen el refrán que dice: “Con la misma medida con que mides a otros, serás medido”.