El trabajo educativo cada día es más demandante, más exigente, requiere nuevas habilidades y destrezas por parte de los sujetos que se dedican a enseñar y a educar y que dichas destrezas se articulan con las viejas habilidades ligadas a la vocación y al deseo de enseñar. Tareas tales como el concomiendo de los educandos, la capacidad de saber acompañar, entrenar la escucha y la capacidad de ponerse en el lugar de los otros, resolver conflictos y entender los nuevos escenarios regulados por un clima de violencia, conocer los nuevos intereses de jóvenes ya adolescentes ligados al uso y abuso de redes sociales y al uso de dispositivos móviles y electrónicos, el saber responder ante el desinterés de muchos escolares (sobre todo en el nivel medio básico y superior) ante los contenidos escolares oficiales, etc.
Ante ello los y las educadores estamos obligados a desplegar ejercicios de investigación, sin que para ello se tengan que conocer forzosamente manuales y protocolos de investigación, sino una habilidad de investigación más en la emergencia, o como le llaman en psicología ser capaces de realizar investigaciones breves que respondan a problemáticas educativas del entorno inmediato.
Es aquí donde surge la figura de la intervención, como la capacidad de conocer para actuar ante problemáticas del entorno inmediato, sin necesidad de recorrer una rauta larga, pero tampoco tan corta que se reduzca a diseñar propuestas instrumentales sin ningún sentido ni fundamento.
Uno de los principales aportes institucionales del trabajo académico en el seno de las Universidad Pedagógica Nacional (UPN), ha sido la capacidad de diseñar y proponer distintas alternativas de trabajo dirigida fundamentalmente a los docentes frente a grupo, pero también a directivos, gestores, asesores, interventores, etc.
Con el diseño de cada programa educativo sea de licenciatura o posgrado se diseñó alguna alternativa de trabajo, de esta manera surgieron figuras y propuestas tales como: el diseño de propuestas pedagógicas, los talleres integradores y el diseño de alternativas de innovación, todo articulado desde la realización de una práctica reflexiva y crítica.
De esta manera desde el trabajo en la UPN y más concretamente a partir del diseño y puesta en operación en el año 2002 de la Licenciatura en Intervención Educativa (LIE) se ha puesto a trabajar el concepto de intervención educativa. La intervención después de ser una polisemia o un concepto gelatinoso y multireferecial, se ha convertido en un componente estelar, incluso pensado en otra forma de concebir a la investigación, como un ejercicio de producir conocimientos para hacer un uso de los mismos como respuesta inmediata a las demandas problemáticas de los entornos escolares y sociales cada vez mas demandantes, exigentes y complejos.
A la intervención (dentro de muchas otras nociones) se le concibe como una capacidad de respuesta surgida desde el trabajo de los y las educadores ligada a la práctica, al contexto donde se educa, y a la reflexión de los diversos elementos que están en juego en dicha práctica. De esta manera el educador despliega su horizonte profesional y se convierte en diversas formas desde la práctica, en acompañante, en promotor social y cultural en un mediador y un animador socio-cultural en un gestor de los nuevos conocimientos. La intervención entonces es un concepto novedoso a partir de un ejercicio académico en movimiento, en donde en el centro está el sujeto que actúa y que piensa su práctica, junto con los diversos ejercicios de conocer, indagar, actuar reflexionar con el firme propósito de mejorar la práctica y lo que con ella se genera.
En el seno de la UPN tanto la LIE como la Maestría en Educación básica trabajan bajo ese horizonte, no sin dificultades propias de instituciones pequeñas asediadas por la persecución institucional y poco reconocidas y valoradas en el campo de los estándares de calidad por los que ponen las reglas, los dueños de la pelota y del campo de juego.
Aun así la construcción se hace desde abajo, como mucho de lo que se hace en la UPN a pico y pala trabajando lo educativo y pensándolo permanentemente.