*Erick Juárez Pineda
Ser periodista en México no parece ser alentador. Ante los índices de violencia hacia los comunicadores y nuestra labor, es necesario repensar el quehacer de esta profesión, la cual, resulta indispensable en esta democracia que al parecer resulta ser aún muy joven.
Quienes nos hemos especializado en el medio educativo sabemos que la tarea periodística no es más fácil. Conocer a fondo un sistema educativo tan complejo, sus vicios y virtudes; malos resultados y, tal vez, poca disposición para que las condiciones mejoren, requiere de una gran tenacidad y disciplina en la materia.
Sin embargo, quienes realizamos esta labor de manera independiente enfrentamos grandes obstáculos para hacer que nuestro trabajo sea respetado y así, poder ayudar a que se tomen las mejores decisiones al respecto.
Históricamente, las grandes empresas mediáticas han dado un golpe certero contra el sistema educativo, anteponiendo la ética periodística a los lineamientos que, agrupaciones, sindicatos o gobiernos de cualquier nivel, han interpuesto.
Pero los medios libres tenemos un gran aliado: los maestros. No se puede pensar el periodismo educativo sin la participación activa de los docentes. Esa misma voz que la reforma educativa impulsada por el presidente Enrique Peña Nieto pareciera que no ha tomado en cuenta.
Y para prueba un botón. Durante los Foros de Consulta sobre el Nuevo Modelo Educativo organizados por el entonces Secretario de Educación Emilio Chuayffet, a los docentes se les invitó a subir sus propuestas a una plataforma electrónica, las cuales, diversos expertos analizarían para conformar los nuevos planes y programas de estudio, así como una nueva pedagogía que se implementara en las escuelas públicas. Adicionalmente, en cada foro, solo se les permitió exponer sus ideas durante menos de cinco minutos, sin espacio para la crítica, debate o análisis.
¿Y las iniciativas? No se vieron reflejadas en los documentos finales presentadas por el actual titular de la SEP Aurelio Nuño. Ni estas propuestas ni los resultados de los análisis hechos por comités integrados por académicos e investigadores en educación se tomaron en cuenta
La mayoría de los medios de comunicación tampoco se vieron interesados en las voces magisteriales que están deseosos por hacerse oír.
Afortunadamente existen espacios como Educación Futura donde pudimos recabar una gran mayoría de estos documentos y, en un ejercicio sin precedentes (http://ow.ly/I7LH30cnTmV), recogimos todas estas valiosas voces que pedían ser tomados en cuenta.
El resultado fue una serie de notas periodísticas con lo más relevante. Un asombroso panorama con cientos de iniciativas educativas que, al final, solo quedaron en eso: iniciativas sin ser consideradas por los tomadores de decisiones.
Hago esta reflexión en el marco del Día de la Libertad de Expresión en México, donde convoco a los actores educativos a sumar esfuerzo con los medios independientes.
No concibo, bajo ninguna circunstancia, que el periodismo educativo (o la reforma) se haga sin tomar en cuenta todas las perspectivas; todas las voces y miradas que intervienen en cada proceso.
Bajo esta premisa, llamo también a los actores a ser parte de los hechos periodísticos. Documentar lo que pasa desde el aula, denunciar las malas prácticas y reconocer lo que sí funciona.
Solo así, construyendo una comunicación integral entre todos, podemos demostrar que es posible un periodismo educativo más social, humano y cercano al acontecer diario que afecta no solo a quienes son responsables del quehacer educativo, sino al elemento más importante: los estudiantes.
Fortalezcamos la libertad de expresión desde el periodismo educativo, fortalezcamos a los medios independientes, fortalezcamos a los maestros, pero sobre todo, fortalezcamos desde nuestros espacios, el debate, análisis y crítica de un sistema que han lacerado, menospreciado e insultado por actores que no han experimentado esta pasión por enseñar.
*Director Editorial de Educación Futura. ejuarezcomunicacion@gmail.com