Recientemente ha aparecido el número 1 de la revista Reformas y Políticas Educativas (RPE), revista trimestral editada por el Fondo de Cultura Económica (FCE). De dicho número me llamó la atención el artículo titulado ¿Qué tan útiles son las experiencias de los Sistemas Educativos de Alto Desempeño? De Wong Ee Lee, Ee Long Lo y Sin Kong Lee. En dicho artículo se trata de vincular la experiencia acumulada de los sistemas educativos llamados de alto desempeño con lo que otros autores les llaman “sistemas exitosos” con relación a los que no lo son.
Los autores mencionados hacen un recuento (a manera de un estado del arte) con la finalidad de sistematizar la literatura en el campo de los llamados sistemas de alto rendimiento. Dichos autores comienzan rastreando el origen de dicho fenómeno y esto se coloca a partir de generar algunos estándares de desempeño, no solo en el comparativo nacional sino incluso en el ámbito internacional.
Los países con sistemas de alto desempeño (SAD), comienzan modificando algunas prácticas y bajo el reconocimiento de generar cambios de paradigmas de aquellos modelos que no están operando satisfactoriamente.
Otro par de rasgos tiene que ver con la posibilidad de destinar mayores recursos al sistema bien administrado, junto con la certeza de propiciar la autonomía en el funcionamiento del propio sistema.
Otro aspecto es cómo se resuelve el dilema entre ¿igualdad o excelencia? Los recursos casi siempre escasos deberán distribuirse de tal manera que se aprovechen equitativamente pensando en “los que menos tienen pero más necesitan” y dejando de lado a otros sectores importantes, avanzados y de alto rendimiento, que deberán ceder un poco o sacrificarse por los demás. De esta manera, el sistema no se escinde en esos dos rubros: equidad e igualdad de oportunidades versus excelencia, alto rendimiento y productividad.
Para el caso nuestro habría que agregar tres elementos más que se suman este paradigma de SEAR (sistemas educativos de alto rendimiento).
a) La elite política y los tomadores de decisiones si se dejan ayudar a través de instancias que garantizan la correspondencia entre sociedad, científicos e investigadores junto con la esfera de la clase política. Se introduce la figura de comunidad educativa en la perspectiva de la gestión de un proyecto común.
b) Los recursos, debido a su carácter público son transparentes y muy bien administrados, tratando de distribuirlos de la manera más equitativa.
c) Se valora mucho a los sujetos que operan o que hacen funcionar el sistema: los docentes de escuela, los administradores, los gestores, los asesores, incluso los padres de familia y otros usuarios, complementan al sistema en su funcionamiento, pero en todo ello los educadores son altamente valorados, de tal manera que todo cambio o de todo ajuste que se haga como cambio del sistema son consultado en todos ellos para generar consensos. De esta manera, el sistema tiene un mejor curso de acción debido a la correspondencia existente entre la clase política con la sociedad civil en general.
El primer elemento para convertirse en un sistema educativo de excelencia es la disponibilidad gubernamental. Que parecen que en este lugar (Jalisco) y en este país (México) son inexistentes.
*Doctor en educación. Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx