Los diálogos sobre la calidad de la educación superior que dieron inicio entre la Subsecretaría de Educación Superior y la ANUIES el año pasado focalizaron, entre otros aspectos, a la Carrera Profesional Docente, como uno de los ejes fundamentales para el logro y aseguramiento de la calidad educativa.
Desde siempre se ha considerado que no puede haber buena calidad en la educación superior con profesores de bajo perfil académico, con posgrados de programas de dudosa calidad, sin las competencias docentes para enseñar, investigar, trabajar en redes y extender sus conocimientos en la sociedad. En las reuniones con la Subsecretaría, lo importante fue el reconocimiento sobre la necesidad de establecer nuevas políticas públicas para fortalecer la carrera académica.
El tema, por consiguiente no es nuevo; desde 1991 la ANUIES impulsó, con el apoyo de la SEP, el Programa Nacional de Superación del Personal Académico (SUPERA), que fue instituido formalmente en el año de 1994, con el propósito de incrementar la calidad de la educación. Años más tarde, en 1996, el SUPERA sería substituido por el Programa de Mejoramiento del Profesorado (PROMEP), con una visión de mediano plazo al año 2006, que apostaba a una mejora del per l académico y de la organización de los profesores para desarrollar de manera adecuada sus actividades de docencia, generación y aplicación del conocimiento, tutoría y gestión académica.
Los importantes logros del PROMEP, devenido en 2013 en Programa para el Desarrollo Profesional Docente para el Tipo Superior (PRODEP), como consecuencia de las reformas educativas, fueron asumidos por el nuevo programa capitalizando la experiencia acumulada en sus 17 años de vida. No obstante, todos esos programas han sido diseñados para fortalecer las competencias académicas de los Profesores de Tiempo Completo (PTC) que representan numéricamente una proporción menor de la planta académica de las instituciones públicas, donde los Profesores de Tiempo Parcial (PTP) son mayoría.
Un estudio sobre la situación de los PTP, realizado por la ANUIES en 2015, a petición del Consejo de Universidades Públicas e Instituciones Afines de nuestra Asociación, en el cual participaron especialistas de universidades a liadas, encontró que más de la mitad de la formación de los estudiantes de Licenciatura está a cargo de los PTP, los cuales laboran en condiciones de gran inequidad frente a los PTC. Los PTP no han sido considerados en las políticas públicas de educación superior.
Esto es preocupante aún más cuando sabemos que el crecimiento de la matrícula de Licenciatura para hacer frente a las metas nacionales de la cobertura, ha tenido que atenderse casi exclusivamente con PTP. Esta ausencia de políticas en torno a uno de los elementos esenciales de la formación profesional se manifiesta de diversas maneras en las IES: heterogeneidad de modalidades de contratación, plantillas de horas de asignatura no reconocidas por la SEP, inexistencia de programas de formación, estímulo, reconocimiento y promoción, desconocimiento de derechos laborales, etc.
Por tal razón, la Agenda de Puebla estableció el Programa Nacional de Fortalecimiento de la Carrera Académica en Educación Superior, con el propósito de promover integralmente la formación disciplinaria y pedagógica; mejorar las condiciones de infraestructura y equipamiento; innovar las medidas de permanencia y de renovación de la planta académica de las instituciones de educación superior, considerando tanto PTC como PTP. Ello significa que los actuales programas institucionales de apoyo a la docencia, deberán ampliar sus acciones y su población objetivo para impulsar de manera integral el desarrollo de todo el personal académico.