El pasado 28 y 29 de Octubre tuvo lugar en Cartagena de Indias (Colombia) la XXV Cumbre Iberoamericana, donde se dieron cita las Jefas y los Jefes de Estado y de Gobierno de 22 países iberoamericanos entre los que se encontraba México, representado por Enrique Peña Nieto, Presidente de la República. Donde se desarrolló un ciclo de exposiciones de actividades para la cooperación iberoamericana centrada en los tópicos: “Juventud, Emprendimiento y Educación”. Destacándose entre ellos, el Pacto Iberoamericano de Juventud.
La finalidad de la Cumbre era reunir a mandatarios de las máximas instituciones de los 22 países iberoamericanos para dialogar y contribuir al desarrollo de un documento expositivo de las acciones concretas a implementar sobre los temas “Juventud, Emprendimiento y Educación”. Al final de la Cumbre se firmó una declaración de compromiso por parte de todos los países asistentes que exponía en primer lugar de relevancia lo siguiente:
“el espacio iberoamericano para la promoción del diálogo, la concertación y la cooperación para responder a los desafíos de un mundo en transformación y promover los vínculos históricos, culturales, sociales y económicos entre los países iberoamericanos, con pleno respeto de la soberanía de los Estados y del derecho internacional, valorando tanto la diversidad de sus pueblos como los valores y principios que dan sentido a nuestra Comunidad”.
En el marco de esta declaración se ratificaron 41 acuerdos, destacando entre ellos:
“15. Señalar la importancia de la educación a lo largo de la vida para la adquisición de competencias específicas de desarrollo emprendedor, personal y profesional, factor vital para aprovechar con éxito las oportunidades ofrecidas por nuestras sociedades en permanente transformación.”
Acuerdo que enfatiza la idea del aprendizaje permanente en contextos de cambio social, dando por conseguida la meta de las oportunidades. Entendiendo que la deriva social de constante transformación es suficiente para garantizar la posibilidad de éxito, poniendo el acento en el factor individual de cada persona para afrontar el futuro desde su propio aprendizaje. Y en consecuencia, acuerdan:
“25. Fomentar la creación de mecanismos de reconocimiento de estudios y formación en la región para facilitar la movilidad laboral de los jóvenes, reconocer sus cualificaciones, competencias y experiencias laborales.”
Como sucedía en la Unión Europea en 1999 con los inicios del Espacio Europeo de Educación Superior (EEES) que derivó en el Plan de Bolonia y en la actual implementación de equiparaciones universitarias, donde se estructura un marco común de titulaciones superiores para todos los países miembros. Posibilitando así, la acordada con anterioridad, movilidad real de trabajadores cualificados, ya que se dio solución al problema de la acreditación de formación entre entidades oficiales nacionales diversas. Así un estudiante de Grado en Pedagogía de Italia no deberá pasar un proceso de convalidación exhaustivo para cursar un postgrado de Pedagogías Alternativas en una universidad portuguesa, tampoco para trabajar en un centro particular español en el departamento de orientación académica. Valga de ejemplo.
En este sentido, ya en 2014 los Rectores de diversas universidades iberoamericanas se dieron cita en Río de Janeiro para firmar la Carta de Río, documento exponían las bases de un futuro espacio común de enseñanza superior para Iberoamérica. Aunque, es conocido que para producirse más allá de las intenciones rectorales internacionales, debe existir un compromiso y cooperación política al máximo nivel como en el ejemplo anterior del EEES. Y para ello, un comienzo pueden ser los siguientes dos acuerdos:
“27. Incrementar significativamente y de manera sostenida la inversión en Ciencia, Tecnología e Innovación, como un compromiso que permita afrontar los principales retos que tienen nuestros países.
- Intensificar la cooperación Iberoamericana en Ciencia, Tecnología e Innovación con el propósito de complementar las capacidades en infraestructura, equipamiento y recursos humanos, así como fomentar la transferencia y circulación de conocimiento.”
Por último, el encuentro constó de 14 comunicaciones especiales de la cuales ninguna a propuesta de los Estados Unidos Mexicanos, que versaban desde problemáticas políticas como la situación de Gibraltar y el estado español a la reivindicación de la figura del poeta Rubén Darío por parte de Nicaragua.
La conclusión de la XXV Cumbre se concretó con el anuncio de la próxima, que tendrá lugar en la ciudad de La Antigua de Guatemala en el año 2018.
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