Las instituciones educativas tienen entre sus componentes, uno que es de mayor importancia, pues les permite seleccionar personal para su gestión (y en algunos casos, contratar a quienes serán responsables de su puesta en práctica), implementar acciones para satisfacer las necesidades de sus afiliados, así como evaluarlos para la mejora, ese componente son los procesos.
Los proyectos, por su parte, surgen como una necesidad por presentar innovaciones o mejoras en los procesos, pues como lo menciona la Real Academia Española (2016), es el “primer esquema o plan de cualquier trabajo que se hace a veces como prueba antes de darle la forma definitiva”, por tanto, la Universidad de Barcelona propone los siguientes elementos básicos como parte de la estructura de un proyecto:
- Finalidad y objetivos
- Destinatarios
- Producto o servicio
- Actividades
- Calendario
- Recursos disponibles
- Presupuesto
- Resultados
Finalmente, la propuesta es la “proposición o idea que se manifiesta y ofrece a alguien para un fin” (RAE, 2016), es decir, tomando como base los procesos que se llevan a cabo de forma cotidiana en una institución educativa, se detectan las necesidades o áreas de oportunidad, se diseñan proyectos para perfeccionar o fortalecer los procesos y se proponen a los directivos y actores involucrados para su implementación.
Es muy importante que al diseñar los proyectos, se implementen metodologías que permitan detectar objetivamente las necesidades o falencias en los procesos con la finalidad de contribuir en el fortalecimiento de las instituciones. Así mismo, antes de implementar la propuesta, se debe presentar a los actores involucrados, con la finalidad de que estos retroalimenten con base en su experiencia las fortalezas y áreas de oportunidad de la misma y se realicen ajustes para su futura implantación.
Los proyectos y propuestas, también pueden surgir desde dentro de las instituciones, pues quienes participan en los procesos tienen experiencia y conocen las necesidades de mejora existentes, sin embargo, en ocasiones a los responsables de éstos poco se les toma en cuenta, pues pareciera que las innovaciones sólo pueden generarse desde fuera y ese es un error que históricamente se repite.
En otro de los casos, las instituciones brindan la oportunidad a los empleados con experiencia para presentar proyectos, sin embargo, esto no se cumple, pues se traduce como una mayor carga de trabajo y muy pocos o nulos incentivos para llevarlo a cabo, por tanto, se limitan al cumplimiento de sus responsabilidades.
Es muy importante que el líder de cualquier institución educativa, así como sus directivos generen espacios para la detección de necesidades, el diseño de proyectos y la presentación de propuestas de mejora, tomando en cuenta al personal con experiencia, cuidando los tiempos de presentación a los actores involucrados, la retroalimentación, realización de ajustes y puesta en marcha, lo cual permitirá fortalecer los equipos de trabajo en sus competencias profesionales, así como los procesos y servicios que se brindan.
Si se generan e implementan propuestas “hechas al vapor”, se tendrá un mínimo impacto, que se reducirá a la mención en un informe como acción realizada, sin embargo, si se piensa en los procesos, se deben respetar los tiempos planeados, obteniendo resultados tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo, abonando al fortalecimiento de las instituciones.
Referencias bibliográficas
Real Academia Española (2016). Definición de proyecto. España. Recuperado de: http://dle.rae.es/?id=UV6hPaS
Real Academia Española (2016). Definición de propuesta. España. Recuperado de: http://dle.rae.es/?id=UOsGs7G
Universitat de Barcelona (2016). Elementos claves en la estructura de un proyecto. España. Recuperado de: http://www.obs-edu.com/int/blog-project-management/etapas-de-un-proyecto/elementos-claves-en-la-estructura-de-un-proyecto