Francisco Javier Lozano Díaz*
Hace pocos días la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD, sus siglas en inglés) publicaba un informe titulado: Education at a Glance: OECD Indicators [1]. Traducido como Panorama a la Educación: indicadores OCDE, otra traducción sería Vistazo a la Educación: Indicadores OCDE. Ya que el documento se compone de 510 páginas plagadas, que no plagiadas, de cuadros, gráficas y breves explicaciones acerca de los indicadores que se representan.
Parte de la prensa, como los toreros tremendista, pone la muleta perfecta para dejar ver la bravura y el trapío del informe. Aunque a los toreros tremendista se les conoce bien, cuando se conoce la suerte del albero. Pero en su filibustero arte provocan el aplauso del tendido menos entendido. Y en este contexto, se han publicado a colación del panorámico educativo, titulares como:
- Maestros mexicanos con salario más alto que otros profesionistas: OCDE [2], recogido en El Imparcial.
- España, a la cabeza de ninis y por debajo del gasto medio en educación de los países de la OCDE [3], recogido en 20 minutos.
- Argentina registra una de la mayor brecha de género educativa en la OCDE [4], recogido en Infolatam.
- OCDE: los profesores chilenos son los que más horas trabajan (la mitad no lectivas) [5], recogido en La Nación.
Tras esta lectura de titulares, por algunas cabezas pasará la idea de “Es tremendo”, aun estando avisado el lector que la faena iba por eso derroteros. Pero qué es tremendo, según el DRAE [6], es Terrible, digno de ser temido; Digno de respeto y reverencia; Dicho de un niño: Muy travieso; Muy grande y excesivo en su línea. Quizás no falta razón y sea tremendo, tomando la tercera opción como definitoria: Muy travieso.
En cambio, nos realizamos una pregunta: ¿Qué pensamiento popular subyace en las prácticas tremendista? El primero es sencillo y también popular; las cosas dependen del cristal con que se mira. La segunda es menos notable; hacer de la parte un todo, quizás porque la propia lógica estadística nos lleve a ello. Y tercero, tan poco notorio que es incluso paradójico, los datos cuantitativos no son siempre objetivos y aunque lo sean, precisan de una hermenéutica. Así, el espectador de barrera, indistinto de sol o sombra, observa la faena vistosa y arriesgada sin percatarse que quizás el toro esté afeitado, el asta a una distancia prudente y el torero pariente del ganadero.
En este punto no podemos negar el informe y la parte de verdad que en él se desarrolla. Por eso, entendiendo que haya división de opiniones, surge la necesidad de interpretar el informe. Aquí abordaremos 3 ideas claves:
- Estar arriba o debajo de la media de OCDE se debe a una medida de puntuación de tendencia central con bastante fluctuación, cuya referencia es la propia medida. Por sí mismo no hay nada de positivo ni negativo en estar por encima o debajo de la media, si no relacionamos dicha información a otras que la contextualicen. Por ejemplo: México tiene un 100% de alumnado entre 5-14 matriculados escolarizados, porcentaje que decae a 56% entre 15 a 19 años y se desploma a 1% de 19 a 25 años. Sólo el primer porcentaje está sobre la media de la OCDE, pero en la educación mexicana se da el hecho de sistemas alternos como sabatino, semiescolarizados que no son tenidos en cuenta en este indicador. Si buscamos el indicador pertinente, observaremos que México no ofreció los datos para este indicador. ¿Podremos afirmar que México está por debajo de la media de la OCDE en alumnos matriculados sin considerar el sistema de escolarización? No podemos ofrecer ningún juicio al respecto.
- La pérdida de panorámica, aunque se denomine así el informe. Más importante que estar arriba o debajo de la OCDE es haber mejorado sobre los propios resultados. Tomando el dato anterior, tener una matrícula del 1% de alumnos entre 19 a 25 años es una tasa significativamente muy baja comparado con países de Europa (por ejemplo), pero sería peor que en el informe anterior fuera del 5% y ahora haya bajado. Así como sería extraordinario, si en el informe de 2015 fue de 0,05% y ahora es de 1%.
- Los ángulos ciegos del informe son muchos. Por ejemplo, la semana pasada hablaba de la Comisión Nacional del Fomento Educativo (Conafe), donde personas acuden a comunidades a desarrollar la labor de maestros rurales. Estas personas no son maestros, van sin percepción de salario ni otros beneficios propios de los titulares del magisterio. Este ángulo ciego de ser tenido en cuenta (no se cuestiona si debe o no) bajaría sustancialmente la cantidad media de salario percibido por los maestros.
A fin de terminar este artículo, quisiera emplazar al lector a leer el informe (o parte de él) sin prejuicios para reflexionar en torno a los datos, confrontarlos con la realidad mexicana y de otras partes del mundo, concluyendo con la elaboración de sus propias conclusiones que luego podrá compartir y confrontar con otros…más allá del tremendismo.
*Psicopedagogo, especialista en Currículum, Tecnología e Inclusión. Maestría en Gestión del Conocimiento y Tecnología Educativa. epedagogo@franlozano.es http://www.franlozano.es
Nota al pie:
[1] OECD (2016). Education at a Glance 2016: OECD Indicators. OECD Publishing, París. Consultado en https://goo.gl/wihqMI
[2] Publicado el 15 de Septiembre de 2016, consultado en https://goo.gl/yRSx39
[3] Publicado el 15 de Septiembre de 2016, consultado en https://goo.gl/z2Eg3y
[4] Publicado el 15 de Septiembre de 2016, consultado en https://goo.gl/hiUTDa
[5] Publicado el 15 de Septiembre de 2016, consultado en https://goo.gl/5ZDwuy
[6] DRAE, acrónimo de Diccionario de la Real Academia de la lengua Española.