La reforma educativa del gobierno de Enrique Peña Nieto, ha servido para dejar salir todo el coraje y la inconformidad contenida de un gremio que se ha visto afectado y burlado por un gobierno insensible y carente de tino para conducir los asuntos educativos en este país. En los cuatro años de gobierno y desde su anuncio en el 2012 de la propuesta de reforma educativa, no conozco un sólo docente que manifieste su apoyo pleno a la reforma y que esté convencido realmente de que ésta sea la mejor vía para mejorar el servicio público en educación y de ahí elevar su calidad, de que efectivamente esta reforma garantiza mejores escuelas, mejores maestros y un clima más favorable para el trabajo. No, la reforma ha sido rechazada no sólo en los espacios o por los contingentes de la disidencia magisterial, ha sido rechazada también por destacamentos de maestros normales, maestros de banquillo en muchos estados del país, ¿por qué?, ¿cuál es el motivo de su no aceptación en el gremio magisterial? Son tres los motivos más fuertes de su rechazo:
- Lesiona los derechos históricos de los trabajadores de la educación, al crear un clima laboral permeado por la incertidumbre, la fragilidad legal y la inestabilidad en el empleo.
- Recurre a una estrategia basada en la evaluación punitiva, como mecanismo de castigo, de exclusión o para definir a quienes se beneficia y a quienes más se les castiga, a partir de la creación de las figuras de maestros idóneos y no idóneos.
- No es la reforma que la educación de México necesita, debido a que ésta no es la mejor vía para elevar la calidad.
De esta manera, los últimos cuatro años se han caracterizado en educación por un intenso clima de estira y afloja, donde el gobierno sin convencer pretende continuar con su afán de imponer su nuevo esquema laboral y por el otro maestros aglutinados o no en la CNTE o en otras instancias de representación colectiva se resisten a ceder ante tan compleja y arbitraria propuesta. En el centro de dicha disputa está la dirigencia del SNTE, dicha agencia ha perdido su capacidad de convocatoria y de interlocución, su principal dirigente se pasea por todo el país dando a conocer declaraciones insustanciales, apoyando en los hechos como el esquirol que siempre ha sido de las declaraciones e iniciativas del actual gobierno.
Bajo este clima de tensión no existe ninguna instancia que se coloque en el centro a modo de mediador, para que permita llegar a acuerdos a partir que las partes cedan en sus posiciones.
Alguien en el ámbito internacional debería decirle al gobierno de México que lo que ha diseñado y propuesto no es ni reforma ni tampoco es educativa, los cambios en la regulación laboral política y administrativa no deberán confundirse con el nombre de reforma educativa y, de igual manera, anular todo lo acordado en el plano de las leyes y de los ajustes políticos.
Necesitamos hacer emerger una verdadera reforma educativa desde la experiencia de los docentes, las propuestas de los investigadores y la disposición de los funcionarios educativos para darle articulación y consenso al proyecto por elaborarse. Bajo el actual clima no sólo perdemos tiempo y esfuerzo, dejamos que la historia muy pronto nos reclame el perder la incapacidad de responder a los niños y las niñas de no ser capaces de diseñar una verdadera propuesta educativa que los beneficio de cara a los retos y desafíos de un mundo cada vez más demandante.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx