Paola González-Rubio Novoa*
La semana pasada compartimos en este espacio el primer eje de acción de la propuesta de 124 organizaciones de la sociedad civil, incluida Mexicanos Primero, para lograr la Escuela Que Queremos. Este primer eje se refiere al respeto y promoción de las maestras y maestros de México. Hoy hablaré del segundo eje, aquel que propone la realización de un nuevo proyecto educativo de vanguardia.
El proyecto educativo se refiere a los qué y cómos de la educación: qué vamos a aprender y cómo lo lograremos. El Modelo Educativo (ME) vigente que se definió con la Reforma Integral de la Educación Básica (RIEB) en 2011 tiene limitantes importantes desde su diseño centralizado y rígido, lo que se traduce en poca pertinencia y relevancia del contenido y espacios restringidos para la participación de la comunidad escolar.
En julio del presente año, la SEP dio a conocer la propuesta del nuevo ME, misma que recupera lo discutido en los foros de consulta nacional para la revisión del modelo educativo de 2014. Este año en julio y agosto se abrieron foros de debate sobre la nueva propuesta en los que han participado organizaciones de la sociedad civil, académicos, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), maestros y familias, entre otros. Según la autoridad educativa, los resultados de estos foros enriquecerán y modificarán el diseño final del ME que entrará en vigor el ciclo escolar 2018-2017, después de ser piloteado en el ciclo 2017-2018.
Encontramos en esta nueva propuesta dos temas transversales que urge definir y trabajar a detalle para poder lograr un proyecto educativo de vanguardia. En primer lugar, la formación docente. Los cambios esperados en el aula y en el aprendizaje de las y los alumnos deben ir de la mano de una estrategia específica de aprendizaje profesional docente. Aunque la nueva propuesta reconoce el derecho a aprender de los maestros, no habla de procesos críticos para su implementación en el aula: una formación docente articulada con el nuevo modelo – especialmente en temas de inclusión, diversidad y equidad-, un proceso de selección y asignación de maestros adecuado a las necesidades de las escuelas, y una evaluación docente claramente relacionada con la implementación del Modelo.
En segundo lugar, las capacidades de las escuelas. La propuesta da un lugar central a la comunidad escolar, sin embargo, muchas de las posibilidades que se abren podrán ser aprovechadas según las capacidades de la comunidad para hacerlo. La directora o director juega un papel esencial para desarrollar las capacidades de la escuela, para guiar el proyecto escolar y promover la participación de la comunidad y actividades de rendición de cuentas. El sistema debe dar a los líderes escolares el apoyo necesario para aprovechar esta oportunidad; apoyo especial merecen las escuelas que no cuentan con director/a (más de 40 mil en educación básica).
En México contamos con casos ejemplares en que se ha logrado construir una verdadera comunidad de aprendizaje, apoyando la formación de maestros y activando a las familias para que participen en la educación de sus hijos. Tal es el caso del Profesor Juvenal Mercado, director de la Secundaria Técnica 94 en Puebla. El Profe Juvenal ha puesto al centro de su gestión a los alumnos, y se ha enfocado a acompañar y empoderar a los maestros para que puedan ser lo que sus alumnos necesitan. Igualmente ha logrado involucrar a las familias de forma que el proceso de aprendizaje de las niñas y niños sea integral, fortaleciendo los lazos de apoyo entre maestros, alumnos y padres. El Profe Juvenal es uno de los ganadores del Premio ABC 2016 otorgado a maestros de los que aprendemos. (Conocer más sobre el extraordinario trabajo del Profe Juvenal y de los demás galardonados en www.mexicanosprimero.org).
El sistema educativo debe dar a todas las escuelas la posibilidad de convertirse en comunidades de aprendizaje como la que el Profe Juvenal ha creado. ¿Cómo sí logramos esto? Con un Modelo Educativo holístico e incluyente que asegure la construcción de capacidades para su implementación en cada comunidad. Debemos estar atentos a la publicación de los documentos finales que constituirán el nuevo Modelo Educativo y, principalmente, al detalle de su implementación. La educación pública es de todos, y todos debemos empujar por los qué y cómos que comiencen la transformación hacia las escuelas – y el país – que queremos.
*Investigadora en Mexicanos Primero
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