Cuando encuentres una bifurcación en el camino, tómala.
Yogi Berra
“Del lado del gobierno nos quedamos con un buen sabor de boca de esta reunión”, declaró el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, tras la primera reunión con la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación y la Comisión Nacional Única de Mediación (Excélsior 23/06). Agregó: “Sin embargo, la decisión de acotar los actos de violencia y los bloqueos carreteros en distintos estados será sólo de la Coordinadora”.
Adelfo Alejandro Gómez, el líder de la sección 7 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, de Chiapas, dijo que la CNTE seguirá adelante con el plan de acción que ha delineado con sectores y organizaciones civiles, “hasta que no podamos acordar la abrogación de la reforma educativa, seguimos con la ruta que se ha construido a lo largo y ancho de todo el país” (El Universal, 23/06).
Samael Hernández, un conocedor a fondo de las entrañas de la Sección 22 del SNTE, de Oaxaca, la más organizada de las facciones de la Coordinadora, cita el “Comunicado de la CNTE del 23/06”: “La valoración unitaria de la Comisión Nacional Única de Negociación es que, a pesar de haber logrado la interlocución bilateral —situación relevante—, aún no entramos a la etapa de acuerdos concretos a nuestras demandas, por lo que no modificaremos nuestro plan de acción y no cambiaremos la ruta de acumulación de fuerzas al interior de la CNTE, y con nuestros hermanos de las organizaciones sociales, académicos, intelectuales y todos aquellos que estén dispuestos a luchar por la defensa de la educación pública” (el subrayado es de Samael).
Ya sabemos que la CNTE no va a mover ningún punto —ni uno solo— de sus exigencias, que por lo pronto Oaxaca y parte de Chiapas seguirán bajo sitio, que las poblaciones, en especial las urbanas, sufrirán más desabasto y estarán sujetas a la intolerancia de grupos extremistas.
También se sabe que los “afines” de la CNTE —es decir, grupos que todavía apetecen la vía revolucionaria y sueñan con una guerra de guerrillas— rebasan a los maestros disidentes en las acciones más violentas; incluso con el asesinato del periodista Elpidio Ramos y el secuestro de Fernando Albarrán y Pedro Cortés, de Televisión Azteca.
Es conocido que la muerte —que todos lamentamos— de nueve personas en Nochixtlán, desplazó de la agenda gubernamental la postura del secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño. Hoy, tras un año de negativas, el gobierno se sienta a parlamentar con la CNTE, pero lo hace en medio de una debilidad política extraordinaria: la popularidad del presidente Peña Nieto en niveles ínfimos; los partidos políticos (con excepción de Morena) acosados por divisiones internas (aun en el PAN, aunque ahora están disimuladas por el sabor de la victoria electoral); rebelión entre el empresariado por la ley 3de3; y la oposición vociferante de la jerarquía de la Iglesia católica por las posturas —inesperadas para ella— liberales en las que se embarcó el Presidente.
A pesar de la sonrisa y —hay que reconocerlo— que no se le quiebra la voz, el secretario Osorio Chong está ante una bifurcación imposible de tomar. Si no aprueba sus demandas, la CNTE seguirá con su estrategia de movilización-chantaje-amenaza-negociación, con acciones cada vez más arrebatadas y con más apoyos en el país. Los movilizados tienen experiencia en convocar a los inconformes a la acción; a veces provocan escaramuzas fuera de control, con consecuencias fatales, como en Nochixtlán. Pero, si el gobierno cede, decepcionará a quienes han apoyado las reformas.
Los líderes de la CNTE demostraron, de nuevo, que son expertos en negociar sin ceder. Rubén Núñez está libre bajo fianza.
No me explico, pues, ¿por qué el secretario Osorio Chong tiene un buen sabor de boca?
*Académico de la Universidad Autónoma Metropolitana