La reforma educativa se ha tornado en un complejo laberinto de muchas entradas y con la única salida posible cancelada. La propuesta de reforma educativa ha entrado en un proceso circular de discusión – deliberación – engaño. Las declaraciones de diversos actores se han tornado de doble vínculo: en una instancia se habla de que la reforma se revocará y en otra se dice que no se puede cancelar que sólo está a discusión el aspecto pedagógico de la reforma. Así las cosas, parece que se trata de marear a las instancias mandándolas de un lado hacia otro, con mucha más confusión que claridad en las propuestas.
Ha sido Michael Foucault el creador de la categoría del esquema laberíntico o lo laberíntico al referirse a un trayecto complejo en el mundo social cuya entrada es fácil de definir pero su salida es incierta e impredecible.
La fase actual de reforma educativa se ha tornado en una tomada de pelo de un auto-engaño, que pretende servir para engañar a toda la sociedad. En el momento presente la reforma se sostiene de tres hilos muy delgados, los cuales son los siguientes:
- El esquema basado en la evaluación. Tanto la SEP como el INEE han reconocido el abuso al que incurrieron de evaluar todo y a toda costa. La evaluación sirvió para tomar decisiones equivocadas en cuanto a despedir o suspender a los docentes que por algún motivo habían salido bajos en las evaluaciones practicadas. Este punto sin desparecer está teniendo ajustes muy fuertes en el seno de la cúpula dirigente del gobierno, sin tener claro cuáles serán los ajustes por hacerse, no tampoco la propuesta alternativa a practicarse.
- Los ajustes políticos laborales para incorporar y promover docentes. Ese es el aspecto más cuestionado y es en donde la reforma se ha tornado en una pugna por posiciones de fuerza y de poder. Ésta es la parte central de la disputa en donde ninguna instancia está dispuesta a ceder o perder. Aquí tanto la disidencia sindical, como amplios sectores del magisterio nacional se han visto seriamente amenazados en cuanto a sus derechos y la estabilidad laboral que gozaban antes de la reforma. Desaparece la plaza de base, el derecho a la inamovilidad, los ascensos vía escalafonaria para dejar todo en manos de una evaluación, la que puede ser tramposa o ejecutarse en condiciones no del todo favorables. Aquí es donde descansa la parte más incierta dentro del laberinto de la reforma.
- El modelo educativo. En los últimos días comienza a circular una tímida propuesta de Reformulación curricular 2016, la cual pretende convertirse en el modelo educativo de la reforma. Dicho documento es una corrección desde una visión aun más empresarial del Plan de estudio 2011 de educación básica. Son sólo ajustes, correcciones pero sin ningún planteamiento de fondo. No existe ningún sustento novedoso, ni tampoco algún elemento que permita decir que la reforma está dando un brinco y pretende superar sus errores anteriores.
Así las cosas, el laberinto en el que se ha convertido la reforma ha servido para dejar atrapados a sus creadores, a los protagonistas del caos institucional (SEP–SNTE), dejando algunos huecos o muchos intersticios en donde se pueden colar las verdaderas propuestas del cambio y de la verdadera reformas educativa, que muy pronto se anunciará para México desde los espacios menos esperados en el laberinto en el que todos estamos metidos.
La reforma educativa como laberinto ha generado dos grandes trayectos: por un lado la dupla SEP-SNTE recorren el trayecto conocido de simulación y autoelogios, por el otro la dupla SEGOB-CNTE inauguran un tortuoso camino de negociación con el riesgo de llevarlos a ninguna parte. el laberinto se recorre una y otra vez por los actores en juego, mientras que el tiempo pasa y se agotan las posibilidades de acuerdos de fondo.
Mientras la reforma educativa no se legitime ante la sociedad y ante el magisterio nacional no hay salida posible del laberinto.
*Profesor-investigador de la Universidad Pedagógica Nacional, Unidad Guadalajara. mipreynoso@yahoo.com.mx