Hace unos días me encontraba leyendo el libro “Más allá de la tecnología” de David Buckingham; mi querida y pequeña sobrina me hacia compañía, no pasaron cinco minutos cuando me di cuenta que ella estaba manipulando mi teléfono celular, la observe por un rato y comprendí que sin ella saber estaba aprendiendo del dispositivo, lo estaba usando y deslizando su manita sobre el cristal, comprendí el nuevo medio de aprender de los infantes, Ariadne Sarahi con solamente dos años de edad tenía una nueva maestra: la pantalla.
Curiosamente acababa de leer el párrafo siguiente, “existe, en apariencia, una especie de esencia natural en la infancia -un conocimiento innato, una fluidez espontánea, una sed de aprender- que es liberada en forma automática por esta tecnología”. (Buckingham, 2008: 62)
A través de los años, los métodos para enseñar han ido evolucionando paulatinamente, haciendo su aparición nuevos productos, equipos, dispositivos y tecnologías de acuerdo a las necesidades y demandas de la sociedad. Pero vale la pena preguntarnos ¿Qué papel juegan las tecnologías de la información y la comunicación en la educación de los seres humanos en la actualidad? ¿Cómo son utilizadas estas tecnologías por las personas en nuestro país?, a propósito hoy que vemos a una gran cantidad de habitantes de la población mexicana (según estima la CONAPO, a la fecha es de 122, 273, 473 habitantes), hacen uso de estas TIC, uso que se divide en tres categorías según el INEGI como se muestra en la siguiente grafica de usuarios de tecnologías de la información y la comunicación que nos comparte en su estadística de ciencia y tecnología:
Donde se observa que del estimado de la población nacional, el 45.5% hace uso de la computadora, el 51% hace uso del internet y el 63.5% hace uso de algún teléfono móvil celular, a lo que podemos agregar lo que el mismo INEGI nos informa, en que los usuarios de los teléfonos inteligentes a la fecha son 44, 479, 312 y solo 29, 846, 188 tienen conectividad a internet desde dichos dispositivos, evidentemente una gran cantidad de personas tiene en sus manos el poder de la tecnología digital, desafortunadamente dicha encuesta no considera a los menores de seis años; Ariadne Sarahi que no soltaba mi celular no estuvo considerada en la encuesta nacional.
Como se observa en la denominación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación el uso de la telefonía celular móvil destaca con una gran aceptación y auge en la actualidad por la gran población que en México hacen uso de ella, sin duda que estos datos son muy importantes para la reflexión sobre la cantidad de personas que tiene acceso a lo que me he permitido llamar las “pantallas maestras”, y digo ello porque los dispositivos móviles o teléfonos inteligentes actualmente están guiando, instruyendo, enseñando, divirtiendo, informando, comunicando, navegando y enganchando el tiempo ya sea para bien o para mal de millones de mexicanos; a simple vista estas tecnologías digitales están cambiando todo lo que hacemos en nuestras vidas hasta el grado de cómo nos relacionamos, el cómo trabajamos y el cómo interactuamos; además de que hoy los negocios y el mundo laboral por medio del e-commerce son una nueva cultura valga la expresión.
Es preciso mencionar que podemos llamar dispositivos móviles desde los teléfonos hasta las tablets, los cuales tienen entre otras las siguientes características: son portables y de pequeño tamaño, gran capacidad de procesamiento, con conexión inalámbrica a la red, altísima interacción mediante la pantalla de manera muy sencilla y agradable, con una gran facilidad de descargar de aplicaciones o apps según los temas que el usuario prefiera, además de ser muy amigables y sobre todo son de uso personal e intimo, el cual marcara la diferencia que cada usuario le dé a su propia pantalla maestra.
Asimismo podemos mencionar que en la actualidad quien no tiene la oportunidad de tener un dispositivo móvil para estar “conectado” o en “línea”, sencillamente está incomunicado o desconectado del mundo de la información por así decirlo, hoy la diversidad de software, programas y aplicaciones que la tecnología digital ofrece proporcionan el beneficio a los usuarios de poder hacer un sinfín de acciones, operaciones y gestiones propositivas como serian estudiar en línea, leer un libro, escribir, dictarle al dispositivo para que tome nota de lo que se desee, realizar compras, negocios, transacciones bancarias, desarrollar ideas, cursar algún idioma, grabar video, tomar fotos y compartir con el mundo en tiempo real desde donde sea, ubicar su posición geográfica y la de cualquier otro dispositivo en cualquier punto del planeta tierra, buscar rutas para llegar a destinos, ubicar las coordenadas terrestres y celestes; en fin miles de beneficios pudiéramos encontrar, pero a decir verdad nos deberíamos de preguntar, como ocupamos los mexicanos esta moderna tecnología, podríamos contestar que en verdad la estamos aprovechando para el desarrollo personal y el de nuestra sociedad, o simplemente la usamos como medio de distracción, de diversión o para estar presentes en las redes sociales.
Pareciera ser que los dispositivos móviles son artefactos de invención futurista traídos a nuestra realidad para facilitarnos la vida si así lo deseamos, o por el contrario para alejarnos de nuestros seres queridos como hoy vemos en algunos casos en que es más fácil comunicarse mediante las pantallas por medio de mensajes por alguna de las plataformas existentes, que personalmente mediante el dialogo con nuestros semejantes; hoy vemos absorta a la gente en sus pantallas, como atrapados por sus touch o tactiles ignorando a quien está a su lado, incluso poniendo en riesgo sus propias vidas al no dejar de hacer uso en su andar y en su estar.
Pantallas maestras he llamado a esta colaboración porque millones de personas estamos enganchados a estos táctiles inteligentes que nos acompañan desde que amanece hasta que anochece, que están en las palmas de nuestras manos, que programamos para lo que queramos y que son una herramienta o un distractor según sea nuestro uso; la gran pregunta es en que invertimos las horas de nuestras vidas en estos dispositivos y que estamos aprendiendo, cada quien respóndase que aprende de su propia pantalla maestra.
Referencias:
Buckingham, David. Más allá de la tecnología: Aprendizaje infantil en la era de la cultura digital. Buenos Aires. Manantial, 2008.
www.inegi.org.mx
Estudiante de Maestría en la UAM-X
miangaca@hotmail.com