El lunes 16 de mayo se llevó a cabo una marcha de jóvenes politécnicos con el propósito de entregar el Presidente de la República una misiva, firmada por la Asamblea General Politécnica, que expresa la postura de los estudiantes que se han inconformado con las medidas tomadas por la SEP con respecto a la adscripción orgánica del IPN en el marco de la organización burocrática de la secretaría.
Como se recordará, hace poco más de un mes la SEP decidió modificar el régimen de adscripción de varias de las unidades administrativas y órganos desconcentrados dependientes de las secretarías. Dicha modificación, plasmada en el Acuerdo 01/03/16 adscribía al IPN a la esfera administrativa de la Subsecretaría de Educación Superior (SES). Previamente, en el periodo 2000-2016, la adscripción orgánica del IPN correspondía directamente al despacho del secretario.
La comunicación de este cambio, difunda días antes de la celebración de las elecciones para integrar la Comisión Organizadora del Congreso Nacional Politécnico, inquietó a todos los sectores de la comunidad. En la Asamblea General Politécnica (AGP) tal modificación fue interpretada como un riesgo: si el IPN quedaba adscrito a la SES ¿qué ocurriría con el sistema de bachillerato del Politécnico? ¿era ésta una señal de la intención de desmembrar el Politécnico con la separación de sus escuelas de bachillerato?
El titular de la SEP, en lugar de salir a explicar las razones de la reforma administrativa, decidió simplemente proceder a su cancelación. Se agregó, además, un elemento de confusión cuando Nuño Mayer, al comunicar públicamente la readscripción administrativa del Politécnico a la “oficina del secretario”, indicó que todo se trataba de una confusión porque “fue en 2012 cuando hubo un cambio en la organización interna de la SEP en la que el IPN quedaba a cargo de la subsecretaría” (Animal Político, 18 de abril 2016). ¿En verdad ocurrió ese año un traslado de adscripción del IPN al ámbito de la SES?. No, la modificación referida, la de 2012, se refiere a la sectorización de las dependencias y órganos desconcentrados de la SEP, no a su adscripción orgánica. Ambos procesos (estructura orgánica y sectorización) no son equivalentes. Lo que es más, el acuerdo de sectorización (número 646, DOF 16 de agosto 2012) sigue vigente, tal cual fue emitido.
En tal contexto, los estudiantes optaron por mantener e incrementar la protesta. Se declararon en paro la mayoría de las vocacionales se exigió un diálogo público con el secretario de Educación. Inicialmente Nuño Mayer negó esta opción al considerar que el tema estaba superado. Más adelante ofreció una vía de interlocución en las instalaciones de la SEP. Los estudiantes movilizados no la aceptaron, por no ser de carácter público, y desconocieron al titular de la secretaría como interlocutor válido del conflicto. Fue entonces que decidieron interpelar al presidente de la República para buscar una solución.
La carta entregada hace unos días, redactada por cierto en tono sobrio y respetuoso, reitera la preocupación principal del movimiento: “Nos oponemos al desmantelamiento del IPN, creemos que las vocacionales deben estar siempre dentro del IPN y no desaparecerlas mediante un acto administrativo —que violenta nuestra Ley Orgánica— dentro de la “Subsecretaría de Educación Superior”. Además se alude en la carta al compromiso del gobierno federal (suscrito en los acuerdos de 2014) de que “cualquier cambio dentro del Instituto se daría por medio del Congreso Nacional Politécnico”.
En la carta, de solo una cuartilla y media, se pide al Presidente un pronunciamiento específico, “solicitamos que se respeten los acuerdos del 2014, en especial el Acuerdo Uno, que no habrá represalias, coerción o intimidación a nivel administrativo, académico o personal para toda la comunidad politécnica que pudiera causar daño físico, sicológico, académico o moral o de cualquier otra índole, que atente contra la integridad de los participantes de este movimiento, entendiendo a estos como Estudiantes, Trabajadores y Docentes de esta casa de Estudios”.
Al parecer bastaría una expresión clara del Ejecutivo Federal en sentido de que se respetará la ruta hacia el Congreso Nacional Politécnico y sus resolutivos, que se garantizará la pertenencia de las vocacionales al IPN, y que no habrá represalias contra los participantes en el movimiento de 2016.
La respuesta presidencial a la carta fue expedita. El mismo día de la marcha, en el portal web de la Presidencia de la República apareció el siguiente comunicado de prensa: “Como se informó esta tarde, dicho escrito fue turnado a la Secretaría de Educación Pública, para su atención. Adicionalmente, el Presidente de la República ha instruido al titular de dicha secretaría, Aurelio Nuño, para que cuanto antes dé respuesta a dichos planteamientos.”
¿Es esa la respuesta esperada? Habrá que ver. Obliga al secretario de Educación a responder a los estudiantes aunque ellos lo habían descalificado como interlocutor. También respalda la expresión de Nuño en el sentido de que “los asuntos educativos se atienden en la SEP”. En fin, si en la SEP se entiende que la prudencia y el tono moderado no son debilidades políticas, sino lo contrario, el conflicto puede terminar muy pronto.