A todos los profesores en su día
Los premios o reconocimientos sirven para reconocer al autor y su obra, por su carisma, ingenio y talento. También los premios y reconocimientos en educación deberían ser indisociables entre el autor y su obra, así como para reconocer su contribución importante a la humanidad.
Pero los reconocimientos en educación son pocos y más bien se hacen a la figura pública y no a la obra educativa y pedagógica que el autor deja como legado. El premio Nobel, el Premio Nacional de las Artes, incluso la medalla Belisario Domínguez son sólo algunos ejemplos del nulo o poco reconocimiento a la educación.
El premio Nobel es un legado de Alfred Nobel a raíz de que el mayor de sus inventos le generaron algunos dilemas éticos ocasionados por el accidente vinculado al uso químico de explosivos -en el cual murió el hermano más joven-, y un obituario donde por un error y confusión con otro hermano que había fallecido, apareció en un periódico francés la frase: “ha muerto el mercader de la muerte”. (Bio, Alfred Nobel. Biography, abril del 2016).
Alfred Nobel profundamente afectado por ambos sucesos, como parte de su voluntad y testamento, dedicó una parte importante de su fortuna a generar el premio que llevaría su nombre para reconocer las mejores contribuciones a la humanidad en química, física, literatura, medicina, paz, y posteriormente economía. Actualmente es difícil imaginar un premio Nobel para educación, aún y cuando todos los líderes del mundo reconozcan a la educación como factor de paz, desarrollo, progreso, competitividad, etc.
A nivel mundial también se han generado otras distinciones por las contribuciones del autor y su obra a las esferas de la ciencia, el arte y la cultura. La medalla Fields por las aportaciones sobresalientes al mundo de las matemáticas. El premio Pullitzer para periodismo. Los premios Oscar para el cine. El premio Cervantes en literatura (que por cierto acaba de ganar el mexicano Fernando del Paso) y un largo etcétera.
¿Qué hay en el caso de México? A nivel gubernamental, la SEP, otorga un reconocimiento (simbólico y económico) a los docentes por su trayectoria de 10, 15, 20, 35 y 50 años de servicio. Pero aquí se reconoce el trabajo y la actividad, no la obra.
En el caso del Premio Nacional de Ciencias y Artes, se hace para todas las áreas: tecnología y diseño, bellas artes, lingüística, literatura, ciencias físico matemáticas y naturales, historia, ciencias y filosofía, artes y tradiciones populares. Pero no a educación. Quizá la única excepción fue la entrega del premio Nacional de Ciencias y Artes a Pablo Latapí Sarre en 1996, fundador de la investigación educativa en México.
Respecto a la medalla Belisario Domínguez, con un poco más de justicia se le dio este reconocimiento a personajes como Jaime Torres Bodet, Javier Barros, Miguel León Portilla, entre otros. Pero incluso esta medalla se ve opacada en el presente cuando el Senado de la República reconoce más a empresarios y filántropos, que a personas que contribuyen con su obra a la educación.
Finalmente, también las propias instituciones educativas, sindicatos (el SNTE, por ejemplo) y las asociaciones civiles (como la ANUIES, el COMIE o Mexicanos Primero) han intentado reconocer la labor educativa, al autor y su obra, al crear reconocimientos y premios por investigación o docencia. Pero estos reconocimientos son parroquiales que nos invitan a pensar en un reconocimiento mayor.
Por ello, cabe considerar reconocimientos que podrían emular a personajes históricos de la educación de la talla de Comenio, Peztalozzi, Rousseau, Freire, Piaget, por mencionar algunos. A nivel nacional también se pueden plantear reconocimientos en educación y en honor a José Vasconcelos, por contribuciones a la alfabetización; o a Justo Sierra, por el impulso a la universidad.
Lo anterior, es sólo por mencionar la lista de algunos que no sólo fueron funcionarios en educación o empresarios filántropos sino que contribuyeron con su obra a la educación, y de ahí a la ciencia, la cultura, el arte y el desarrollo de un país.
Poscriptum.
-El 22 de abril se festeja el día de las educadoras en honor al pedagogo alemán Federico Froebel, la conmemoración la promueve el SNTE.
-En México el 15 de mayo se festeja el día del maestro. La fecha coincide con la historia de Juan Bautista La Salle y en México con la fecha histórica de la toma de Querétaro que data de 1918.
Coordinador de la Maestría en Educación, Universidad Marista de Querétaro.
Twitter: @cesar_garcia131