Por Juan Alfonso Mejía López.
El pasado mes de febrero, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) dio a conocer su informe: Estudiantes de bajo rendimiento: Por qué se quedan atrás y cómo ayudarles a tener éxito. De los 65 países participantes en el Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés), 13 millones de estudiantes de 15 años poseen un bajo nivel de desempeño en por lo menos una de las tres áreas evaluadas: matemáticas, ciencias y lectura. De estos alumnos, 941 644 son mexicanos, sin incluir al 30% fuera del sistema educativo.
Ante semejante realidad, ¿tenemos algo que celebrar este 15 de mayo, día del maestro? La respuesta es SÍ, pero hagámoslo por las razones adecuadas. Me explico.
A diferencia de buena parte de los analistas, difiero en que una mejora de 11 puntos porcentuales entre las pruebas de 2003 y 2012 sea razón suficiente para festejar. En primera instancia, todavía hay 55% de jóvenes mexicanos en matemáticas, 47% en ciencias y 41% en lectura que no alcanzan el nivel básico de competencias. Segundo, México continúa en el sótano del ranking internacional en términos de aprendizaje; mientras el país muestra una mejoría, también lo hace Alemania, Brasil, la Federación Rusa, Italia, Polonia, Portugal, Túnez y Turquía. Tercero, la OCDE dice que el sistema educativo mexicano no corrige las desigualdades; lejos de ello, la escuela las potencializa: 7 de cada 10 estudiantes de familias desfavorecidas en México tuvo un bajo rendimiento en matemáticas en 2012.
El derecho a aprender de la niñez y la juventud mexicana está vinculada al derecho a aprender de nuestras maestras y maestros. Sus posibilidades de realización y éxito profesional y personal, son las nuestras. La OCDE sugiere seis áreas de oportunidad para abatir el rezago escolar; las discutiremos en otro momento. Por ahora, insisto en la base de cualquier planteamiento: la motivación de los profesores resulta indispensable para construir la escuela de mañana.
Imaginarlos motivados resulta engañoso si nuestros profesores se sienten abandonados. Según la Encuesta Internacional sobre Docencia y Aprendizaje (TALIS, por sus siglas en inglés), 20% de los maestros no se siente preparado “en lo absoluto” para impartir su clase, mientras que 15% dice no tener herramientas pedagógicas necesarias; sólo 4 de cada 10 se desempeñan en escuelas donde hay programas con mentoría.
El proceso de evaluación registrado para los maestros frente a grupo durante el 2015 debe ayudar a solventar esta realidad. Es importante hacerles sentir que los estamos escuchando cuando dicen sentirse como “conejillos de indias”, hijos de una reforma que necesitan entender con mayor claridad y profundidad. A pesar de que 9 de cada 10 dicen que la retroalimentación los hace sentir confiados en su trabajo, sólo 5 de cada 10 afirman que los resultados de la evaluación concluyen con alguna mentoría.
Contrario a lo que suele pensarse y, formar la base de las políticas públicas para los docentes, las aspiraciones de las y los maestros de México no se identifican necesariamente con un incentivo económico.
Les motiva los logros que ven en sus alumnos y el reconocimiento de sus pares. Revalorizar su función como agente de transformación social exige de nosotros un debido acompañamiento. ¡No los dejemos solos!
En Mexicanos Primero hemos propuesto replantear tanto la formación inicial como la formación continua de los maestros. Hay que aprovechar esta oportunidad histórica que nos ofrece la reforma educativa y generar una formación centrada en el aprendizaje; pertinente y profesionalizante; participativa y retadora; diferenciada y con proyecto; y, orientada hacia la comunidad. (Mexicanos Primero, Prof. Recomendaciones sobre formación inicial y continua de los maestros en México, www.mexicanosprimero.org)
Todavía esta pendiente la discusión sobre el Modelo Educativo en México. En Mexicanos Primero creemos en una modificación que no se limite sólo al aspecto “curricular”, sino que también contemple el aprendizaje profesional. Transformar una formación docente que todavía es “in-adecuada” y por ello es “in-apropiada”, es el mejor homenaje que podemos hacerle a nuestros maestros. Reconocer su derecho a aprender, es defender el de nuestros hijos. Entonces podremos decir: ¡Felicidades maestr@!
Director Adjunto de Mexicanos Primero.
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