En el marco del coloquio “Voces de la Evaluación docente”, docentes de la Ciudad de México, separados del servicio por no haber presentado la evaluación de desempeño, coincidieron que durante el proceso fueron víctimas de un intenso hostigamiento, agresiones y amenazas por parte de las autoridades educativas para que presentaran alguna parte de la evaluación.
Durante la mesa de debate “Experiencias de resistencia ante la evaluación”, auspiciado por la Organización de Estudiantes de la Asamblea del Departamento de Investigaciones Educativas del Cinvestav, las y los profesores Norma Cortés Osorio, Loreira de Jesús López y Gabriel Herrera Salazar, coincidieron en que se negaron a participar en la evaluación por la incongruencia de las leyes en materia educativa o, en el caso de la profesora Loreira, por fallas en el sistema.
Sin embargo, señalaron que cualquiera que sea el motivo, el despido de los docentes es injusto y vulnera sus derechos laborales y humanos.
Al respecto, Norma Cortés, profesora con más de 10 años en servicio, puntualizó que no se negaba a evaluarse, pero sí a un proceso que ponía en riesgo su trabajo y el de sus compañeros.
Entre las principales irregularidades que considera importantes, es que las autoridades no tomen en cuenta el contexto en el que se desarrollan, y que las decisiones de la SEP y el INEE “se basan en las necesidades de los profesores”.
Además, señaló que el hostigamiento por parte de la SEP, durante la última semana del plazo para subir sus evidencias, fue muy desgastante, pues recibía una gran presión para participar.
Por su parte, Loreira de Jesús López, dijo que su participación en la evaluación posiblemente fue parte de una venganza por parte de una directora con la que tuvo discusiones.
“Al retirarse la maestra del plantel donde se presentaron problemas con los padres de familia, me advirtió que yo sería la primera en participar en la evaluación. En ese momento no comprendía el alcance de su amenaza”, advirtió.
Al saber su llamado a participar en el proceso, la profesora dijo sentirse vulnerable ante los caprichos de quien era su jefa.
Adicional a esta situación, explicó que ella tenía la intención de participar en ese proceso, sin embargo, las plataformas digitales nunca le permitieron subir sus evidencias y continuar el proceso, por lo que fue considerada como ausente.
Finalmente, Gabriel Herrera Salazar, ex profesor del Colegio de Bachilleres, reiteró el acoso que sufrió por parte de las autoridades, por lo que también se negó a participar en el proceso.
“Esta evaluación representa los intereses de grupos empresariales que ven a la educación como un negocio”, dijo.
Finalmente, los profesores señalaron que se acercaron con la Sección 9 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, quienes los han asesorado jurídicamente , sin embargo creen que los esfuerzos no tendrán muchos frutos.