Según la Encuesta Nacional de Lectura del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, el 13% de la población considera que leer es una “actividad muy difícil” y cerca del 11% dice que no le gusta hacerlo en lo absoluto.
Si no se enseña a reflexionar sobre lo que se lee, entonces esa acción no es interesante, explicó Georgina Araceli Torres Vargas, del Instituto de Investigaciones Bibliotecológicas y de la Información (IIBI) de la UNAM.
En este sentido, señaló que el fomento a la lectura no es exclusiva del sistema educativo, sino del ámbito familiar, por lo que se deben establecer propuestas claras para ello.
Según la encuesta, alrededor del 48 % de los hogares mexicanos que cuentan con libros impresos poseen entre nueve y 74, excluidos los textos escolares, y casi una tercera parte (31 %) tiene cinco o menos.
Además, de acuerdo con las respuestas de los encuestados, los materiales que prefieren los mexicanos son los libros (57 %) y los periódicos (55 %). Las redes sociales se han posicionado en el tercer lugar en preferencias de lectura.
Ante este panorama, la investigadora señala que el acercamiento a los libros debe darse desde que somos pequeños, incluso bebés, pues a partir de entonces es posible descubrir imágenes, colores y texturas, para luego continuar con lecturas más avanzadas; sin embargo, eso no ocurre en la mayoría de las familias mexicanas.
Los padres muchas veces carecen del hábito de la lectura y no pueden inculcar el amor a los libros en sus hijos; ése es un círculo difícil de romper.
Finalmente, insistió que según el mismo estudio, ver televisión es la principal actividad recreativa de la población; más de la mitad de los entrevistados la reportó como su principal forma de entretenimiento.
“Leer fue mencionada por el 21 %, siendo la quinta actividad más citada, por debajo de reuniones con amigos o familiares y de la práctica de algún deporte.”