El 25 de febrero de 2013 el Ejecutivo Federal promulgó la nueva Reforma Educativa, más de 3 años han transcurrido y la dichosa Reforma sigue olvidando, en los hechos, a los niños más pobres del país. Esto lo digo porque no debemos omitir que el lunes 31 de marzo de 2014, hace ya 2 años, el titular del INEGI Eduardo Sojo dio a conocer el informe completo del Censo de Escuelas, Maestros y Alumnos de Educación Básica y Especial al titular de la Secretaría de Educación Pública en ese entonces Emilio Chuayffet, donde aportó información muy alarmante del estado que guardan las escuelas del país.
Aun así, el gobierno federal y el principal promotor de la incongruente Reforma Educativa, el actual titular de la SEP Aurelio Nuño, han olvidado que México es mucho más que las escuelas urbanas donde le ha dado por tomarse fotos cada lunes. Una omisión imperdonable que vale la pena recordar al “famoso” secretario que dedica mucho de su tiempo en perseguir maestros para evaluarlos y amenazarlos en lugar de ocuparse de las impresionantes carencias que existen en las escuelas públicas del país.
Según datos del INEGI, de las 207 682 escuelas que hay en el nivel básico:
101, 348 escuelas carecen de drenaje público
64 381 escuelas no tienen agua potable directa
26 583 escuelas no tienen baños
23 260 escuelas no cuentan con energía eléctrica
Datos alarmantes que son parciales, porque el informe del INEGI precisa que el levantamiento del Censo no fue completo, puesto que faltó de censar el 34% de las escuelas de Oaxaca, Michoacán y Chiapas, donde los estragos de la pobreza y marginación son los más devastadores del país. Por lo anterior, estamos hablando que de los 25 777 384 estudiantes que integran la educación básica del país, varios millones de niños no cuentan con escuelas que cumplan con los elementos mínimos de infraestructura, mucho menos con pupitres, pintarrones, escritorios, bibliotecas de aula, material didáctico diverso, impresoras, proyectores, computadoras, laboratorios, techumbres, internet, entre otros.
Sin embargo, hay demagogia en el actuar del secretario Nuño al tomarse la foto en escuelas, regularmente, completas, puesto que muchas de ellas han sido medio equipadas con los esfuerzos y aportaciones de los mismos padres de familia, no del gobierno, aparte de caravanear con sombrero ajeno, el discurso del secretario de que “la Reforma avanza” no corresponde con la realidad de necesidad y carencia que viven diariamente millones de alumnos y maestros en las escuelas olvidadas del país.
Estamos hablando de un problema mayúsculo que alcanza dimensiones de desastre, el cual está siendo olvidado porque los reflectores están fijando la atención en las disputas que genera la evaluación de los maestros, opacando gravemente una realidad mucho más importante porque se trata del servicio educativo que deberían de recibir “los niños más pobres y vulnerables de México”, de allí la importancia de evitar su olvido.
Sobre todo ahora que la CEPAL en su informe “Panorama Social de América Latina 2015” dio a conocer que México es el quinto país más pobre de América Latina y el único, junto con Guatemala y Venezuela donde la pobreza aumentó en los últimos ocho años. Entre 2012 y 2014 –los primeros años del gobierno de Enrique Peña Nieto– la pobreza se incrementó en el país 4.1%, al pasar de 37.1% a 41.2%.
Una serie de datos que, por supuesto, incrementará mucho más la lamentable realidad educativa de los que menos tienen, pues queda demostrado que el gobierno de Peña Nieto no tiene interés en mejorar las condiciones de vida de los grandes sectores de población marginada, mucho menos invertir en el mejoramiento de sus escuelas.
Ya lo declaró Aurelio Nuño el 6 de abril al término de la sesión ordinaria del Compromiso Social por la Calidad y Equidad de la Educación 2016. Insistió en que, pese a que suman ya más de 5 mil millones de pesos, los recortes que se aplicaran al gasto educativo, no impactarán en programas estratégicos. Más claro no puede ser, tenemos un sistema educativo terriblemente excluyente hacia los niños más pobres tal y como lo indican los datos del Censo, los cuales no entran en los programas estratégicos, para el secretario la infraestructura de las escuelas abandonadas no es prioridad, nunca ha importado. Si no hay inversión debido a los recortes, no pasa nada, al fin y al cabo, como la historia lo demuestra, ellos, los pobres, los marginados son para el gobierno ciudadanos de segunda, al menos, así han sido siempre tratados.
Y es que los fideicomisos emanados del Fondo de Aportaciones Múltiples del Ramo 33 y los Bonos de Infraestructura Educativa, del Programa Escuelas al CIEN, aparte de ser deuda, no olvidemos eso. Están exentos de la vigilancia de las leyes de transparencia y la rendición de cuentas, como se reconoció por expertos y legisladores en la sesión del Programa Interdisciplinario de Rendición de Cuentas del CIDE el pasado 8 de abril. El gobierno federal a través de la SEP puede gastar esos dineros con toda la discrecionalidad del mundo, donde más le convenga sin ningún pendiente.
Por todo lo anterior, no podemos permitir que siga el desprecio por la escuela marginada, sus niñas y niños tienen rostro aunque no sea visto, tienen voz aunque no sean escuchados y tienen derechos aunque nunca hayan sido respetados. El discurso de mentira y demagogia del secretario Nuño debe ser exhibido, debe ser confrontado, porque la desafortunada realidad de precariedad que viven miles de escuelas y niños pobres de México no debe ser ya olvidada.
Profesor de Nivel Primaria, con 18 años de servicio frente a grupo. Actualmente se desempeña como docente en la Escuela Primaria “Año de las Américas” T. M. en Fracc. Latinoamericano de Torreón y en la Escuela Primaria “Lázaro Cárdenas del Río” T.V. en Ejido San Miguel, Matamoros, ambas en Coahuila.