Con la firma de 8 mil personas –investigadores en educación, docentes y ciudadanos– fue entregada a la Secretaría de Educación Pública la petición “Por una reforma educativa necesaria y respetuosa del magisterio”, impulsada desde la plataforma change.org.
La entrega de la carta, dirigida a Aurelio Nuño, Secretario de Educación Pública, fue encabezada por el académico Manuel Gil, se incluyeron las casi 7 mil firmas y 858 páginas con comentarios de las y los firmantes sobre la reforma educativa .
El texto fue firmado en un primer momento por casi el 70% de los socios del Consejo Nacional de Investigación Educativa (Comie) que asistieron a la asamblea que se llevó a cabo en Chihuahua, y posteriormente, se adhirieron más de 7 mil personas a través de change.org.
En el documento se reconoce la necesidad de una urgente y profunda transformación del sistema educativo con el fin de garantizar un futuro de inclusión y asegurar el derecho a la formación sólida y crítica, pero se considera que la reforma actual “carece de un proyecto educativo que la guíe y le de sustento. Se reduce a un conjunto de modificaciones legales para la administración del sistema escolar”.
Las y los especialistas afirman que la actual reforma está orientada a:
“regular las condiciones laborales del magisterio, a través de procedimientos de evaluación que, lejos de contribuir a la mejora docente, conforman un aparato abigarrado de control y vigilancia al que son sometidos, de manera vertical y autoritaria, las y los profesores en nuestro país.”
La misiva critica la estigmatización y la exclusión que han sufrido los maestros dentro del proceso, a pesar de ser un actor de primera importancia, “al magisterio se le ha puesto frente a una situación límite: someterse o perder el empleo”.
Los firmantes consideran que las evaluaciones tienen un carácter punitivo y se realizan “de tal manera que no se garantiza una evaluación confiable y se ponen en juego las condiciones de vida de cientos de miles de maestras y maestros.”
La propuesta, incluida en la carta, es abrir espacios para el debate, el diseño concertado y la búsqueda de caminos por los que ha de transitar la renovación de la educación mexicana.